¡ADVERTENCIA! Los dos primeros párrafos de este artículo se limitan a describir con la mayor fidelidad posible el sistema de "Dieta de la miel"; el comentario nutricional del autor solo está disponible en el último párrafo.
¿De qué se trata?
La dieta de la miel es una dieta basada en el supuesto efecto adelgazante de la miel, que debe sustituirse por todos los azúcares refinados en el contexto de una dieta no restrictiva.
Según el nutricionista Mike McInnes, creador del sistema, el efecto adelgazante de la miel es consecuencia de su impacto metabólico y psicológico. Él cree que la miel puede actuar en dos frentes: reducir el deseo excesivo de alimentos dulces y mejorar el catabolismo de los lípidos.
La dieta de la miel no requiere recuentos de calorías, gramaje ni alimentos o suplementos costosos; le permite perder hasta 1,5 kg en una semana.
Según McInnes, la mayor parte de la pérdida de peso se produciría durante el sueño, antes de lo cual habría que ingerir una cucharada de miel.
El secreto de este sistema se basa, contrariamente a lo que cabría imaginar, precisamente en el alto porcentaje de azúcares que contiene la miel. De origen puramente natural, los carbohidratos de este producto reaccionan de manera diferente a los refinados que, en cantidades importantes, tienden a generar un verdadero aumento de glucemia-insulina. De hecho, el aumento de azúcar en sangre y la insulinemia tienden a dificultar la eliminación de lípidos y aumentan el deseo de consumir otros dulces, dos aspectos extremadamente contraproducentes de la pérdida de peso.
Por tanto, utilizando miel es posible NO eliminar los alimentos endulzados; por el contrario, permite su uso en cantidades moderadas espontáneamente sin riesgo de alterar negativamente el metabolismo.
¿Qué comer en la dieta de la miel?
Resumamos brevemente los principios básicos de la dieta de la miel:
- Reemplaza el azúcar con miel: a veces, el azúcar alimenticio puede tener un efecto más engordante que las grasas mismas. Por tanto, es necesario eliminar el azúcar discrecional y todos los alimentos que lo contienen, sustituyéndolo por miel. La miel se puede agregar a infusiones de hierbas, agua caliente (antes de acostarse), café, té, pan, leche, yogur, etc.
- Prefiera los carbohidratos sin refinar: la harina de trigo refinada y el arroz blanco, así como los alimentos que los contienen, pueden causar picos reales en el azúcar en sangre (por lo tanto, también en la insulina). Los integrales, en cambio, al ser ricos en fibra, garantizan saciedad, un mejor impacto metabólico y movilidad intestinal. Deben constituir un poco menos de una cuarta parte de la comida y se pueden alternar con legumbres.
- Consuma siempre alimentos con proteínas, verduras y frutas: los alimentos con proteínas magras, como carnes blancas, requesón bajo en grasa, clara de huevo, músculo de trigo, tofu y pescado, deben estar presentes en cada comida. La ración de verduras es casi gratuita, mientras que la fruta se debe consumir en dos unidades al día, prefiriendo la menos calórica. Los alimentos con proteínas y las verduras deben constituir más de ¾ de cada comida.
- Utilice leche y derivados con grasa, evitando el desnatado: aunque pueda parecer extraño, preferir productos lácteos desnatados puede aumentar indirectamente la proporción de azúcares en ellos (por ejemplo, la adición de azúcar en el yogur a 0,1 g de grasa). Sin embargo, deben tomarse con moderación, es decir: un yogur o un tarro de requesón, y no más de medio litro de leche por día.
- Evite la comida chatarra: este es el caso de todos los bocadillos, comidas rápidas, dulces, bebidas carbonatadas y alcohol. La dieta de la miel solo funciona si elimina estos productos de su dieta.
- Evite los carbohidratos complejos un día a la semana: además de eliminar los productos refinados y reducir los carbohidratos totales, también es necesario seguir un día completo de descarga; Los derivados de cereales pueden sustituirse por frutas, verduras, carne, pescado, huevos, yogur, frutos secos y otras semillas.
- Elimina las patatas: son responsables de unos niveles glucémicos muy elevados, suelen acompañar a grandes cantidades de grasas, compuestos tóxicos (acrilamida, acroleína, aromáticos policíclicos, etc.) y tienden a dificultar la pérdida de peso.
Comentario
La dieta de la miel es básicamente una dieta alta en proteínas. No descarta los carbohidratos, pero los limita drásticamente. Este es un sistema que no puede ser adoptado por quienes practican deportes aeróbicos intensos y prolongados, ya que la mayoría de los sujetos podrían experimentar los síntomas de la hipoglucemia: debilidad, hipotensión, astenia, irritabilidad, alteración del ritmo sueño-vigilia, etc.
La descomposición de macronutrientes energéticos es característica. Predice la superioridad de las proteínas sobre los carbohidratos y los lípidos; además, debido a la eliminación de condimentos, las grasas totales se reducen de manera más que significativa.
En una suposición, se alcanzan 50% de péptidos, 10-15% de lípidos y 35-40% de carbohidratos en la dieta de la miel. Es rico en fibra y, dependiendo de la cantidad de semillas oleaginosas y pescado, puede aportar una cantidad suficiente de ácidos grasos esenciales.
La cantidad de vitaminas y sales minerales puede ser más o menos adecuada según el caso específico; Sin embargo, una evaluación precisa es completamente imposible, ya que la dieta de la miel no prevé el peso de los alimentos.
Este sistema no debe utilizarse en nutrición clínica, incluso si el uso de algunos cereales integrales, derivados y legumbres podría ayudar a una posible condición patológica de hiperglucemia (típica de la diabetes mellitus tipo 2) e hipertrigliceridemia.
Es completamente inadecuado para la nutrición de la mujer embarazada y puede crear desequilibrios si se adopta en la vejez.
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