definición
El síndrome de Ménière es una afección poco común que afecta al oído interno.
Puede causar mareos, tinnitus (percepción de ruidos agudos o “silbidos”), pérdida de audición y sensación de presión en el oído. Con menor frecuencia, causa hipersensibilidad al sonido (hiperacusia) y distorsiones en la percepción.
Los ataques son repentinos y suelen durar de dos a tres horas. El cuadro sintomatológico puede ser completo o parcial. A veces, la remisión total demora hasta un par de días.
La gravedad y los síntomas de la enfermedad de Ménière varían de persona a persona. Algunos se quejan con frecuencia de ataques de mareo con pérdida auditiva total; otros refieren tinnitus severo con vértigo menos intenso.
Desarrollo e incidencia
El síndrome de Ménière se desarrolla en varias etapas.
Comienza de repente y, después de los mareos, puede provocar náuseas y vómitos.
En las últimas etapas, estos síntomas se vuelven irregulares y, a veces, disminuyen progresivamente. Por el contrario, el tinnitus y los trastornos auditivos tienden a empeorar.
La imprevisibilidad del síndrome de Ménière y la discapacidad resultante pueden favorecer la aparición de ansiedad y depresión.
La incidencia es 1: 1000 o 1,5: 1000. Es más común en mujeres y ocurre principalmente entre las edades de 20 y 60 años.
Causar
Se desconocen las causas del síndrome de Ménière.
La hipótesis más acreditada se refiere a un hipotético desequilibrio químico en la matriz acuosa del oído interno. Se produciría hidropesía, es decir, una presión excesiva del líquido en cuestión.
La familiaridad es muy relevante.
tratamiento
El tratamiento del síndrome de Ménière tiene como objetivo el control de los síntomas; sin embargo, no es concluyente.
Las posibles intervenciones son: medicamentos, dieta, reeducación vestibular, técnicas de relajación y, en casos graves, cirugía (con controvertida eficacia).
Dieta y síndrome de Ménière
No existe una verdadera "dieta para el síndrome de Ménière".
La dieta tiene como objetivo tratar de reducir la hidropesía. Sin embargo, esta condición NO es una "constante" del síndrome de Ménière. Del mismo modo, los análisis de cadáveres revelan que algunos sujetos tienen una forma totalmente asintomática de hidropesía.
Hidrope, sales y agua
La dieta para el síndrome de Ménière tiene como objetivo restaurar la normalidad volumétrica y composicional del líquido presente en el interior del oído, combatiendo la hidropesía sintomática.
En la introducción, especificamos que la estabilidad del fluido es independiente de la composición de la sangre.
Normalmente, el líquido se mantiene a volumen y presión osmótica constantes mediante algunos mecanismos intrínsecos.
Las concentraciones de sodio, potasio, cloro y otros electrolitos son muy específicas y no deben cambiar.
El líquido interactúa con las células sensoriales del oído interno y les permite funcionar correctamente.
El control de fluidos independiente puede verse afectado debido a lesiones o degeneración en estructuras internas específicas.
De esta forma, la presión y la concentración del líquido en el oído interno tienden a equilibrarse con el plasma sanguíneo, cambiando significativamente.
Esta alteración debería provocar los síntomas de hidropesía.
Principios dietéticos
La dieta para el síndrome de Ménière se basa en el control y la restricción del sodio en la dieta.
Quizás debido a la abundancia en la comida ingerida por el paciente, este ion tiende a aumentar excesivamente en el líquido interno provocando los desequilibrios de los que ya hemos hablado.
La cantidad normal de sodio, que es la dosis recomendada en su país, está entre 600 y 3500 miligramos por día (mg / día). Las dosis diarias recomendadas estadounidenses, por otro lado, sugieren un rango de 500-2300 mg / día.
Antes de continuar con la explicación, es necesario especificar algunos conceptos fundamentales:
- El sodio se encuentra naturalmente en los alimentos, se agrega como ingrediente en los alimentos en conserva y forma un condimento en forma de sal de mesa (Na + Cl-).
- La sal de mesa contiene aproximadamente un 40% de sodio y un 60% de cloro.
- La ingesta diaria media de sodio en su país es de alrededor de 3500 mg / día.
- En Bel Paese, se consumen unos 10 g de sal al día.
- La sal añadida como condimento (denominada “discrecional”) representa casi el 40% del total.
- La ingesta mínima de sodio recomendada en la dieta es de 575 mg / día, o alrededor de 1.500 g / día de sal (1,5 g / día).
La dieta para el síndrome de Ménière NO debe contener más de 1.500-2.000 mg de SODIO al día (1,5-2,0 g / día); este valor puede corregirse por sudoración.
El patrón dietético para hidrops no es muy diferente al recomendado para hipertensión arterial, con lo que el hidrops NO muestra una correlación estadística evidente.
Además, además de la cantidad de iones, parece que la hidropesía empeora aún más con las fluctuaciones en el plasma (concentración variable). Esto significa que, además de la ingesta diaria de sodio, la dieta hidrops debe limitar los alimentos, recetas y comidas ricas en este mineral.
Algunos argumentan que el sodio no es el único elemento capaz de modificar la composición del líquido interno. Parece que los azúcares simples y las fluctuaciones glucémicas relacionadas también están involucradas.
La deshidratación ejerce un efecto similar al de la ingesta de moléculas fuertemente osmóticas, como el sodio y los azúcares, por lo que sería mejor evitar su aparición.
Las dosis altas de nervios como el alcohol, la cafeína, la teobromina y la teofilina pueden empeorar los síntomas. Lo mismo se aplica a ciertos medicamentos (ibuprofeno, naproxeno, ácido acetilsalicílico, etc.).
Síntesis
En resumen, la dieta para el síndrome de Ménière debe tener las siguientes características:
- Reducción de la ingesta total de sodio a no más de 1750 mg / día (menos de 2 g).
- Dado que aproximadamente el 40% de sodio es discrecional y la sal de mesa contiene un 40% de sodio, se recomienda NO condimentar los alimentos con más de 1,5-2,0 g de sal total por día (media cucharadita rasa)
- Evite los alimentos envasados o procesados con alto contenido de sal y sodio. Estos aumentan el aporte total del ión y favorecen la manifestación de picos plasmáticos. En particular, sugerimos excluir los siguientes alimentos de la dieta:
- Carnes en conserva: embutidos (salami, chorizo, salchichas, etc.), cortes salados (jamón, bresaola, etc.), ahumados (speck, lonzini, etc.), secos (desmenuzado de caballo), enlatados (gelatinas, etc.) .
- Productos de la pesca, especialmente conservas: conservas (atún, caballa, camarones, carne de cangrejo, etc.), huevos deshidratados (bottarga), huevos enlatados (caviar y huevas de lumpfish), moluscos en salmuera, surimi, moluscos bivalvos, incluso FRESCOS (almejas, mejillones, ostras, etc.), pescado seco o ahumado (arenque, bacalao, etc.).
- Quesos añejos: pecorino, taleggio, provolone etc.
- Varios condimentos: salsa de soja, cubito de caldo, salsa de tomate, margarina, mostaza, salsa barbacoa, salsa tártara, mayonesa, ensalada rusa, verduras en escabeche, etc.
- Comida rápida: hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas, croquetas, etc.
- Aperitivos: bolsas de patatas fritas, palomitas de maíz saladas, nachos, maní salado, maíz salado, etc.
- Conservas de frutas y verduras: aceitunas en salmuera, verduras en aceite o en escabeche, champiñones en tarro, etc.
- Legumbres y cereales en salmuera: frijoles, garbanzos, lentejas, guisantes, maíz, etc.
- Evite el exceso de azúcar agregada y los alimentos envasados o procesados con alto contenido de azúcares simples (incluido el jarabe de glucosa, maltosa y fructosa). En particular, sugerimos excluir los dulces y bebidas azucaradas de la dieta, o limitarlos drásticamente.
- Evite el exceso de bebidas o alimentos que contengan altas dosis de nervios, como bebidas energéticas, bebidas de tipo cola, cafés, chocolates y cacao, tés fermentados y licores.
- Evite siempre las comidas que sean demasiado abundantes, especialmente si contienen alimentos de la "lista negra".
- Prefiera alimentos frescos y sin procesar; Evite especialmente los conservados en tarros, salados y secos.
- NO agregue sal o posiblemente lo haga con moderación para caer dentro de los 2 g / día.
- Evite la deshidratación sistémica. Es posible hacer esto bebiendo regularmente, especialmente en caso de sudoración marcada (caliente o debido a la actividad física), vómitos y diarrea.
- Evite los medicamentos y tómelos SÓLO cuando sea necesario.
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