Según estimaciones recientes, los niños nacidos a principios del siglo XXI tienen una esperanza de vida de unos cien años.
El envejecimiento de su país y de la población mundial está ahí para que todos lo vean; gracias a los avances de la ciencia y a una mejora general de la calidad de vida, asistimos a un aumento constante de la edad media de las personas.
Envejecer de forma activa y autosuficiente representa, por tanto, la premisa fundamental para disfrutar en serenidad de este largo período de vida.
Como cualquier objetivo importante, incluso el de frenar los efectos negativos asociados con el paso del tiempo, debe perseguirse con la cantidad adecuada de compromiso y determinación.
Algunas sencillas precauciones, a adoptar desde la infancia, pueden ayudarnos a afrontar la vejez con serenidad y vigor.
Importancia del peso ideal
En las mesas de los países industrializados, la comida nunca ha sido tan abundante como en las últimas décadas. A pesar de esto, el aspecto cualitativo de la comida es a menudo insuficiente para mantener la eficiencia óptima de la preciosa máquina humana. De hecho, es un alimento rico en calorías, poco saciante y pobre en principios nutricionales como sales minerales y vitaminas.
Esta paradoja subyace en la creciente tasa de obesidad, un problema grave que se está extendiendo de manera alarmante y preocupante.
Una de las condiciones fundamentales para extender y mejorar su vida es mantener su peso corporal dentro del rango normal. Este truco, no siempre fácil de adoptar, es capaz de prevenir, por sí solo, una larguísima lista de patologías. Además, según los estudios realizados con éxito en muchos animales de laboratorio, una reducción global de la ingesta calórica parecería ser una de las mejores formas de persistir en el estado de eficiencia psicofísica que caracteriza a la juventud.
Sin llegar a la desnutrición, que es un agravante en el proceso de envejecimiento, es importante cubrir las necesidades de todos los nutrientes esenciales (proteínas, grasas e hidratos de carbono pero también, y sobre todo, vitaminas y minerales) sin excederse en las calorías.
vitamina
A nivel cualitativo, los nutrientes que más frecuentemente faltan en la dieta de los occidentales son precisamente minerales como el calcio, hierro y zinc, y algunas vitaminas (A, E, D, Folato, B1, B2 y C). Por tanto, es fundamental garantizar una correcta ingesta de alimentos ricos en vitaminas y minerales como frutas, verduras, grasas buenas (aceites vegetales a excepción de los tropicales) y alimentos integrales con la dieta. Algunas vitaminas y en particular la E, o tocoferol, han mostrado propiedades antioxidantes muy fuertes capaces de atenuar, por sí solas, el impacto del envejecimiento.
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En el artículo "suplementos vitamínicos" hemos demostrado que no siempre es fácil cubrir las necesidades de estos nutrientes y que, en algunas circunstancias, es necesaria una suplementación específica. Un buen suministro de calcio y vitamina D también es importante para prevenir la osteoporosis.
Antioxidantes, Dieta y Deporte
Para defenderse de los radicales libres, nuestro organismo combina los antioxidantes derivados de la dieta con sistemas endógenos muy eficaces. Se ha demostrado una relación entre la eficacia de estos mecanismos y la vida útil de muchas especies animales. La mejor manera de aumentar el poder de estos sistemas antioxidantes endógenos es mediante la actividad física regular. Este hábito saludable explica por qué el ejercicio hace que las personas que lo practican regularmente se vean más hermosas y más jóvenes. El deporte también contribuye a desarrollar una mentalidad ganadora y a mejorar la relación cuerpo-mente. Las crisis psicológicas provocadas por la incapacidad de reaccionar con fuerza ante algunos sucesos vitales desagradables contribuyen a acelerar el deterioro físico del organismo.
El deporte también es la mejor manera de establecer un cuadro hormonal positivo de una manera completamente natural.
Hay varias teorías, muy populares en Estados Unidos y recientemente también en nuestro país, que pintan a la terapia hormonal sustitutiva como el mejor método para ganar la lucha contra el envejecimiento prematuro.
La producción y secreción de las hormonas en las que se basa esta terapia (GH, testosterona y su precursor DHEA), es de hecho significativamente mayor en sujetos que practican una vida activa y mantienen su peso dentro de la norma.
Diabetes y colesterol
Uno de los aliados más peligrosos del envejecimiento es la hiperglucemia, una condición típicamente asociada con la diabetes. Sabemos que en la mayoría de los casos existe una predisposición genética a la enfermedad y que esta está muy influenciada por el estilo de vida de la persona (dieta demasiado rica en azúcar y escasa actividad física).
Las fibras contenidas en frutas, verduras y alimentos integrales tienen una larga lista de factores beneficiosos que incluyen: efecto estabilizador del azúcar en sangre, aumento de la sensación de saciedad, acción reductora del colesterol, prevención del sobrepeso y la obesidad, mejora de la funcionalidad del sistema gastrointestinal. tracto y reducción de la incidencia de algunos cánceres.
Tumores |
Factores de riesgo en la dieta |
Tumor de esófago |
Abuso de vino, cerveza y especialmente licores; |
Cáncer de estómago |
Nitratos y especialmente los nitritos contenidos en embutidos, alimentos secos y ahumados; ver el artículo dedicado: nitritos y nitratos |
Cáncer colonrectal |
Consumo excesivo de conservas, carnes rojas, grasas trans e hidrogenadas, alimentos muy salados; suplementos de calcio (relación incierta) y / o falta de fibra en la dieta |
Cancer de prostata | Alto consumo de carnes rojas, bajo consumo de fibras vegetales y legumbres (soja), alto consumo de productos lácteos |
Cáncer de mama | Alto consumo de alcohol y grasas animales, bajo consumo de fibras vegetales y legumbres (soja) |
Cáncer de hígado | Abuso de alcohol y consumo de alimentos contaminados con toxinas (por ejemplo, algunos tipos de hongos o cereales contaminados con aflatoxinas) |
Cancer de pancreas |
Exceso de alcohol, consumo excesivo de carnes rojas |
Agua e Hidratación
En los ancianos, pero también en muchos adultos y personas muy jóvenes, la deshidratación es un problema a menudo subestimado.
La disminución del estímulo de la sed asociado al envejecimiento, asociado a una dieta que con demasiada frecuencia sustituye el agua por alcohol y bebidas azucaradas, es responsable de una reducción de la síntesis de proteínas y un aumento del tejido adiposo. Este empeoramiento de la composición corporal abre las puertas a la obesidad y disminuye la eficiencia física y mental.
Por lo tanto, debemos hacer un esfuerzo por beber agua a lo largo del día, incluso en ausencia de sed.