Un estudio realizado en la Universidad de Nueva York ha demostrado, por primera vez, que dormir después de una sesión de estudio aumenta las conexiones sinápticas (conexiones de una neurona con otras para transmitir información).
Estos investigadores han profundizado en los mecanismos del sueño preguntándose por qué esto facilitaría el almacenamiento de información transformándola en recuerdos estables y duraderos. Entonces, trabajaron en un grupo de conejillos de indias a quienes se les inyectó proteínas fluorescentes en sus cerebros. Usando un microscopio con un escáner láser, estas proteínas le permitieron monitorear la imagen de las dendritas antes y después de que los conejillos de indias aprendieran una nueva habilidad, en este caso, correr sobre una cuerda.
Algunos de los animales durmieron después del ejercicio, mientras que otros se mantuvieron despiertos. Así se observó que después del sueño, los que habían dormido mostraban un mayor número de conexiones dendríticas. En particular, hubo un aumento de las espinas dendríticas, una pequeña parte de la dendrita a través de la cual se transmite la información. Esto sucedió durante el sueño no REM.
Los investigadores también observaron que las mismas neuronas activadas durante el aprendizaje también se reactivan durante el sueño, pero las conexiones varían dependiendo de si el conejillo de indias corrió hacia adelante o hacia atrás en la cuerda, lo que demuestra que cada aprendizaje sigue una red neuronal diferente.
Este fenómeno continuó incluso después de que los conejillos de indias se despertaron, proceso que duró entre 8 y 24 horas.
Estos resultados muestran que soñar, al menos a nivel celular, no es un proceso pacífico y relajante. Nuestras neuronas siguen funcionando y están en un proceso continuo de transformación procesando la información que adquirimos mientras estamos despiertos. De hecho, el sueño es una estrategia muy eficaz para mejorar las conexiones sinápticas y consolidar el aprendizaje.
Por lo tanto, si tienes que memorizar alguna lección o aprender una nueva habilidad, recién terminada, un poco de sueño podría ayudarte a consolidarla. No necesariamente necesitas un sueño muy profundo, una siesta puede ser más que suficiente.
Otros estudios sugieren que los eventos vividos pierden su impacto emocional, al menos en parte, durante el sueño. Así que ahora, el viejo dicho es más cierto que nunca: "Si tienes un problema, duerme".