¿Alguna vez te has sentido tan nervioso que ni siquiera puedes moverte? ¿Se suponía que debías pronunciar un discurso importante, pero las palabras no salieron de tu boca? ¿Alguna vez has experimentado una situación tan impactante que te sientes completamente paralizado? ¿Quizás has recibido malas noticias que no has podido aceptar hasta pasados muchos días? ¿Ha fallado en recuperarse de una ruptura romántica y seguir huyendo si alguien se acerca? Todos estos son ejemplos de bloqueo emocional.
Cuando una situación nos afecta de forma muy emocional, nuestra mente pone en marcha un mecanismo de defensa que nos permite sobrevivir al problema y es lo que se conoce como bloqueo emocional. De esta forma amortiguamos el impacto de la situación y nos protegemos del dolor. Luego, cuando seamos capaces de interiorizar lo sucedido, aceptaremos el evento y podremos seguir adelante, desde este punto de vista, el bloqueo emocional es algo bueno porque nos protege de una situación que consideramos potencialmente peligrosa. Nos impide seguir adelante y hacernos daño o incluso ser víctimas de un estrés particularmente intenso que puede generar trauma El ejemplo clásico de bloqueo emocional defensivo es cuando un ser querido muere repentinamente o cuando una relación romántica termina. Cuando la persona recibe la noticia no la acepta sino que continúa con su vida normal, pues su mente ha bloqueado automáticamente la información, mientras tanto su subconsciente está procesando, la persona pasa por un período de ajuste emocional y, solo cuando usted Están listos, comienza el verdadero duelo. En este caso, el bloqueo emocional es una herramienta que ayuda a adaptarse a la nueva realidad, la persona deja a un lado sus sentimientos para afrontarlos más tarde, cuando será capaz de afrontarlos ante situaciones negativas, pero son También una respuesta a una noticia tan buena que parece increíble. En estos casos, la persona necesita un período de tiempo para asimilar la idea y mientras tanto, es como si no la hubiera percibido, puede sentirse paralizada o continuar con su vida normal, como si no hubiera pasado nada. las personas son más resilientes que otras, lo que significa que tienen más recursos psicológicos disponibles para hacer frente a estas situaciones. Por tanto, un hecho que en unos puede generar un bloqueo emocional, en otros se puede asumir de forma más natural ya que no genera el mismo impacto.
La persona no siempre es capaz de superar el bloqueo emocional, en ocasiones este se convierte en un obstáculo que le impide continuar por el camino que había trazado; se convierte en una creencia limitante y se expresa a través del dolor, la culpa, la ira, el miedo y la tristeza. El ejemplo clásico es el de una persona que ha sido abandonada por su pareja y al no aceptar la ruptura se impide reconstruir su vida amorosa ¿Por qué sucede esto? En muchos casos, la persona prefiere permanecer en su zona de confort; por ejemplo, opta por permanecer anclada en el pasado, aunque sea doloroso, porque tiene miedo de afrontar el futuro. Sin embargo, lo cierto es que no podemos crecer hasta enfrentarnos a los bloqueos emocionales, porque actúan como barreras que nos limitan emocional y cognitivamente: resentimientos, heridas sin curar, cosas nunca dichas y, en general, todo eso. Que se almacena y de alguna manera representa una carga emocional, nos duele mucho. A veces este daño se traduce en problemas de salud, pero otras veces se expresa en problemas de relación con los demás o por frustración y falta de autoestima. Piensa en el bloqueo emocional como una carga pesada para llevar cuesta arriba que te impide caminar libremente. A veces, esta roca te obliga a detenerte en el camino, para reflexionar y recargar las pilas. Sin embargo, llega un momento en el que si quieres progresar necesitas deshacerte de la pesada piedra, es importante entender que desconectarse momentáneamente del problema sirve para protegernos, pero si en un tiempo razonable no nos adaptamos, Terminamos muriendo por dentro.