El efecto halo (Efecto aureola) es uno de los sesgos cognitivos más frecuentes en la vida cotidiana y se trata de una generalización errónea inspirada en una única característica o cualidad del objeto o persona.
El término fue acuñado por Thorndike en 1920 y deriva de sus investigaciones en el ejército, cuando detectó la tendencia innata de los soldados a atribuir una serie de características positivas a sus superiores una vez que descubren una característica positiva o, por el contrario, las consideran negativamente a partir de un efecto de cuerno de característica negativa.
Posteriormente, Nisbett y Wilson llevaron a cabo un experimento en el que dos grupos de estudiantes de la Universidad de Michigan (118 personas) debían observar dos videos en los que un profesor daba una conferencia. Seguía siendo el mismo profesor, pero en un video era autoritario mientras que en el otro era cordial y afable. Cada grupo vio solo una de las dos características del profesor.
Luego se pidió a cada estudiante que describiera la apariencia del profesor. Los estudiantes que vieron el lado positivo lo describieron como una persona agradable y atractiva, mientras que los que vieron el lado negativo lo describieron como una persona negativa. Fue interesante que al preguntar a los alumnos si la actitud del profesor había influido en su juicio, todos dijeron que no, convencidos de que eran objetivos.
El mismo efecto se observó en otro experimento realizado unos años más tarde por Karen Dion. En esta ocasión a los participantes se les mostraron varias fotos y se les pidió que emitieran un juicio sobre la persona que aparecía en la foto. Las personas físicamente atractivas fueron descritas como responsables, afables y agradables. Esto fue así incluso cuando los entrevistados no conocían personalmente al tema.
Cabe destacar que el efecto halo no solo es evidente en las relaciones con las personas sino también con los productos. Un ejemplo de efecto halo es el relacionado con el sabor de la Coca Cola que puedes encontrar en el artículo: “Coca Cola o Pepsi”.
¿Qué mecanismos psicológicos hay detrás del efecto halo?
Este sesgo es una distorsión cognitiva que afecta la forma en que percibimos la realidad, pero los mecanismos psicológicos que dan lugar a esta forma de evaluar el mundo aún están en discusión.
Thorndike creía que el efecto halo era mucho más que una mera presunción o interpretación de los significados de cualidades aisladas, considerando que el origen del halo radicaba en nuestra incapacidad para resistir la influencia afectiva de la evaluación global versus la evaluación de cualidades específicas. En otras palabras, no somos capaces de separar un rasgo aislado con un fuerte impacto emocional de nuestra visión global de la persona, hecho o producto en cuestión.
Nisbett y Wilson creían que el origen del efecto halo no radicaba tanto en el impacto emocional de la característica aislada como en la falta de conciencia de las personas, lo que podría permitirles separar una cualidad individual de un juicio global.
Por otro lado, Solomon Ash pensó que el efecto halo era consecuencia de una disonancia cognitiva. Si la primera impresión que damos a una persona es positiva, entonces tendremos la tendencia a evaluar a esa persona en su conjunto siempre de forma positiva, para no afectar la coherencia entre emociones, comportamientos y creencias.
Personalmente creo que las personas que nos rodean y la realidad en sí son muy complejas, nada es blanco ni negro y en ocasiones la variedad nos abruma o, simplemente, no tenemos todas las herramientas psicológicas necesarias para afrontarlo.
Entonces, tendemos a simplificar y dejarnos llevar por la primera característica que conocemos del objeto. Muchas veces este mecanismo funciona a nivel inconsciente, por lo que ni siquiera nos damos cuenta del efecto halo, pero esto es solo un intento de darle sentido, lógico y simple, a una realidad que no conocemos en profundidad.
Por supuesto, en este sentido, el efecto halo será más o menos intenso o más o menos consciente, dependiendo del impacto emocional de las características individuales que conozcamos.
El efecto halo sería la tendencia a simplificar a partir de una característica aislada con el objetivo de mantener una visión congruente del mundo y de las relaciones interpersonales, cuando no disponemos de datos suficientes para desarrollar un juicio profundo y complejo sobre las personas o fenómenos de nuestro entorno. realidad.