Ni racional ni lógico
Cuando deseamos algo, buscamos la manera de conseguirlo, y el pensamiento es la principal herramienta que tenemos para decidir qué dirección tomar. Cada una de estas decisiones nos acercará o alejará gradualmente de lo que deseamos. Como el psicoanalista de la historia, confiamos en tales decisiones porque creemos que nuestro pensamiento es lógico y racional, no consideramos que esté profundamente influenciado por nuestros deseos, expectativas y sueños, de hecho, el deseo indica que nos falta algo, y los deseando pensamiento es la respuesta mental a esa necesidad. El problema es que a veces este deseo es tan grande que el pensamiento se vuelve esclavo de él. Entonces somos incapaces de ver las señales de que nos vamos por mal camino, solo vemos lo que queremos ver y sacamos las conclusiones que queremos sacar, ignorando la realidad. Y esto nos puede causar serios problemas.Las trampas del pensamiento deseoso
El pensamiento del deseo surge del deseo, no de la realidad, por lo que a menudo se convierte en la fuente de muchos problemas en nuestra vida diaria.- Nos hace centrarnos demasiado en los resultados. El pensamiento del deseo es ante todo concreto, está orientado a lograr una meta en el menor tiempo posible. Esa sensación de urgencia que provoca el deseo nos juega una mala pasada, porque nos impide programar correctamente y percibir las señales que indican que vamos por el camino equivocado. Básicamente, desear pensar nos da las justificaciones lógicas que necesitamos para cometer errores y tomar el camino que queremos, incluso si no es el mejor o el más conveniente.
- Nos impide ver evidencias y obstáculos. La ilusión hace que saquemos conclusiones y tomemos decisiones basadas en lo que más nos gusta, en lugar de analizar los detalles teniendo en cuenta la realidad. Este tipo de pensamiento se basa en emociones más que en evidencia. El problema de fondo es que queremos que algo suceda o sea tan cierto que rechazamos la evidencia en contrario. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Nueva York mostró que desear pensar alimenta las fantasías sobre nuestro futuro, de modo que nos obsesionamos más con las ventajas que con las desventajas, de modo que, al final, tomamos peores decisiones.
- Causa una gran frustración. Uno de los principales problemas con el pensamiento de deseos es que terminamos viviendo en el mundo de fantasía que hemos construido en nuestra mente, basándonos en las conclusiones equivocadas que hemos sacado. En la práctica, es como si viviéramos en un castillo de naipes. Obviamente, tan pronto como sopla el viento de la realidad, ese castillo cae. Entonces nos sentimos abrumados por la frustración, la decepción y la tristeza.
¿Por qué dejamos que las ilusiones tomen las riendas?
Un estudio realizado en la Universidad de Illinois reveló que nuestro pensamiento funciona de manera muy similar a la memoria. Es decir, en ocasiones distorsiona algunos recuerdos al olvidar algunos detalles y agregar otros porque nos conviene más, ya sea para evitar recuerdos dolorosos o para consolidar la imagen que tenemos de nosotros mismos, evitando disonancias. fueron muy convenientes para ellos y para otros francamente negativos. La tarea de cada participante fue determinar la confiabilidad de la fuente. Curiosamente, las personas tendían a indicar que las predicciones más convenientes para ellos provenían de fuentes confiables, mientras que atribuían predicciones negativas a fuentes no confiables. En la práctica, nuestro deseo de que las cosas salgan bien nos hace perder la perspectiva, también podemos dejar que el pensamiento del deseo tome las riendas para no tener que lidiar con una realidad compleja que no estamos dispuestos a aceptar. Cuando las cosas no salen como nos gustaría, en lugar de aceptar la realidad, decidimos mirar solo lo que nos gusta y confirmar nuestra visión del mundo. Entonces nos sentimos mejor Por supuesto, este mecanismo normalmente se activa en un nivel inconsciente.¿Cómo podemos usar las ilusiones a nuestro favor?
El pensamiento del deseo en sí no es negativo, solo es necesario aprender a usarlo en nuestro beneficio. En realidad, el deseo que subyace tiene un enorme poder motivador que podemos explotar a través de la técnica WOOP (Wish, Outcome, Obstacle and Plan):1. Deseo. Piense en algo que realmente desee. Ese deseo se convierte en una meta alcanzable. Tenga en cuenta que, si bien los deseos pueden ser vagos y generales, el objetivo debe ser concreto y cuantificable.2. Resultado. Imagina el mejor resultado posible, deja que la sensación de logro te llene.
3. Obstáculo. Vuelve a la realidad, céntrate en los obstáculos que te impiden alcanzar este objetivo y elige el más grande.
4. Proyecto. Piensa en las posibles soluciones y selecciona una acción concreta y eficaz que te permita superar este obstáculo.