Emociones: ¿Puedes conseguir un precio?

Emociones: ¿Puedes conseguir un precio? 

¿Estarías dispuesto a pagar más para ser feliz o para evitar sentirte avergonzado? Bueno, la respuesta depende en gran medida de la cultura en la que creciste.

Ahora, un equipo de investigadores de las universidades de Cambridge y Hong Kong ha realizado un curioso experimento en el que analizaron cuánto estaríamos dispuestos a pagar por probar diferentes emozioni.

En la primera parte del experimento participaron 97 estudiantes británicos y se les dijo que tenían hasta £ 150 para comprar todas las emociones positivas que quisieran y evitar todas las negativas. El primer hallazgo que llamó la atención de los investigadores fue que los estudiantes estaban dispuestos a pagar más para tener experiencias positivas que para evitar las negativas.



En la parte superior de la lista se encontraron la felicidad y la tristeza, mientras que en las posiciones inferiores, por ejemplo, el disgusto.

Pero cuando los investigadores repitieron el experimento con estudiantes chinos, no encontraron una diferencia tan marcada. Es decir, estaban dispuestos a pagar cantidades bastante similares de dinero tanto para sentir emociones positivas como para evitar las negativas.

¿Qué significan estas diferencias?

Primero, al ser parte de una cultura específica, tendemos a compartir ciertos valores y percibimos algunas emociones como más importantes que otras. En las últimas décadas, la muy promocionada Psicología Positiva ha hecho todo lo posible para poner la felicidad en un pedestal identificándola directamente con el éxito, por lo que no es de extrañar que la mayoría de nosotros estemos dispuestos a pagar por ello.

Sin embargo, en una cultura diferente, el deseo de evitar emociones negativas es tan fuerte como la necesidad de intentarlo emociones positivas, sobre todo si hablamos de una empresa en la que el sentido del grupo sigue siendo muy fuerte. Por tanto, no es de extrañar que los estudiantes chinos sintieran la necesidad de pagar casi la misma cantidad de dinero por la felicidad que por otras emociones. 



Más allá de las estadísticas y las conclusiones generales, creo que es realmente importante preguntarnos: ¿cuánto estaríamos dispuestos a pagar por cada emoción? No hagas trampas, es posible que tus respuestas te sorprendan. De una forma u otra, siempre te darán una buena pista para reflexionar sobre tus metas en la vida.



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