noche-">¿Es mejor ir al gimnasio por la mañana o por la noche?
Para muchas personas, por motivos laborales, compromisos, familiares y diversas tareas, es complicado reservar un momento para realizar la actividad física con total serenidad. A menudo, y con mucho gusto, recurrimos a los momentos extremos del día entre ellos: la mañana y la noche.
Pero, ¿cuándo es preferible ir al gimnasio o simplemente hacer ejercicio?
Mañana
Comencemos analizando los pros y los contras del primer momento del día, es decir, la mañana. Ahora es sabido por todos, gracias a numerosos estudios científicos, que realizar actividad física a primera hora de la mañana tiene una larga serie de beneficios en el organismo.
Como elemento preponderante encontramos el hecho de que inducimos al organismo a quemar más grasas que azúcares gracias a que estos últimos se agotan durante el ayuno nocturno.
también puedes nuestro metabolismo se acelerará increíblemente, pero no solo durante el entrenamiento, sino a lo largo del día. Esto nos permitirá quemar más calorías.
Especialmente si nuestro entrenamiento implica tanto estrés mecánico dictado por pesas como trabajo aeróbico.
Como tercer elemento significativo encontramos el calentamiento de nuestro cuerpo. De hecho, aumentará su temperatura corporal a lo largo del día gracias a la actividad de la mañana permitiéndonos percibir menos el frío durante las temporadas invernales. Este elemento también está respaldado por numerosos estudios.
Otro punto a favor del gimnasio por la mañana, especialmente el ayuno, lo determina el pico hormonal de GH que se produce durante la noche. Por la mañana, al no subir el pico glucémico, podremos aprovechar positivamente el alto nivel de esta hormona para entrenar muy intensamente.
Lamentablemente, sin embargo, no todas las personas son capaces de despertar y poder realizar actividades de forma inmediata, quizás más por costumbre que por otras circunstancias, pero es difícil encontrar la energía para ir al gimnasio.
Para algunos, también tiene un efecto negativo, ya que puede quitarles energía para el resto del día. En general, es muy subjetivo y los pros y los contras varían de persona a persona.
noche
En cuanto al gimnasio por la tarde, podemos deducir enseguida que hacer actividades después del trabajo, o en todo caso al final de nuestra jornada laboral, puede ayudarnos a eliminar el estrés, el nerviosismo acumulado y a liberar la mente concluyendo todo con un buena ducha caliente.
Además, las personas que realizan un trabajo bastante sedentario encuentran tremendamente beneficioso ir al gimnasio por la noche.
Sin embargo, en primer lugar debemos prestar atención al tiempo en el que se desarrolla su negocio, sea del tipo que sea. De hecho, pasado un tiempo determinado, que establecemos alrededor de las 20 de la tarde, no se recomienda la práctica de deporte. La razón es muy simple: la adrenalina y la emoción del entrenamiento podrían afectar negativamente la calidad del sueño.
Otro elemento en detrimento de hacer ejercicio tarde es el hecho de que te podrías agotar en el gimnasio, arriesgándote a no hacer productivo el entrenamiento, aumentando, aunque sea levemente, el riesgo de lesiones.
Desde un punto de vista biológico, un estudio de “The Chrolobiology International” ha demostrado que la hora excelente para entrenar es alrededor de las 16 pm. Esto se debe a la producción máxima de enzimas para la actividad muscular.
conclusión
En conclusión, observamos que hay muchos elementos a favor y en contra de los dos momentos del día. El argumento podría ir más lejos, pero la certeza de la subjetividad de la situación permanece.
Cada uno de nosotros, basado en experiencias y sobre todo hábitos, se adapta más o menos bien a los estímulos externos. Hay quienes por la mañana logran tener energía inmediata con la que disponer, quienes la encuentran más por la tarde.
Muchos entrenadores mentales simplemente sugieren entrenar cuando podemos y queremos. De hecho, aconsejan no dejarse influir por las comidas, el sueño u otros elementos que puedan distraer nuestra atención del verdadero propósito final.
Solo tenemos que aprender a escuchar nuestro cuerpo y nuestra mente y entender cuándo es mejor para nosotros ir al gimnasio.
A menudo y de buena gana buscamos excusas como simples coartadas detrás de las cuales escondernos. Pero tratamos de aislar todo lo que pueda resultar contraproducente para nuestro fin.
El entrenamiento, el gimnasio, en cualquier caso nos hará sentir bien, mejor que antes. Si tenemos el tiempo y las ganas de hacerlo bien por la mañana, disfrutaremos de los beneficios que se derivan de ello. Si por el contrario preferimos hacerlo por la noche, no hay problema.
Siempre recordamos que nuestro cuerpo es muy habitual, en consecuencia, cuando damos cierta regularidad a nuestras actividades, también se prepara de tal manera que nos haga rendir al máximo. Al final, todo es cuestión de hábito, coherencia y de escucharnos a nosotros mismos.
PS.
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