Si en algún momento de tu vida te preguntas si has perdido el tiempo, quizás sea el momento de seguir los consejos de este artículo. Te ayudarán a encontrar la felicidad de nuevo.
Última actualización: 14 septiembre, 2020
A veces pasan los años sin que nos demos cuenta. El trabajo, la rutina diaria, las preocupaciones nos impiden reflexionar sobre quiénes somos y cómo somos. En cierto momento, sin embargo, cansado de vivir en estos automatismos, nos hacemos preguntas como: "¿Conseguí lo que quería o estoy desperdiciando mi vida?" o "¿Estoy donde quería estar?". Aquí estas preguntas comienzan a llenar continuamente nuestra mente.
Si te has encontrado en esta situación, no te preocupes. Es muy común, más de lo que piensas. Todos hemos pasado por un período similar en un momento particular de la vida.
Si bien hacer estas preguntas puede dar miedo al principio, podemos aprovechar esta oportunidad para hacer una introspección saludable y descubrir aspectos positivos que conducirán al crecimiento personal.
A partir de este momento de crisis pueden emergen nuevos impulsos capaces de redirigir la existencia hacia una mayor conciencia y optimismo.
“Yo no soy el contenedor de la vida. yo soy la vida soy conciencia. Soy el ahora. Soy."
-Eckhart Tolle-
¿Cómo saber si estoy desperdiciando mi vida?
Cuando una persona se hace esta pregunta, la sensación que puede experimentar se describe como una especie de abismo que se abre en su interior. No es raro mirar la vida de uno en retrospectiva con el objetivo de encontrar un equilibrio entre los logros y los fracasos de uno.
Esto puede llevar a despertar multitud de sentimientos y emociones. Quizás porque han estado marginados durante mucho tiempo o quizás porque han sido reprimidos durante mucho tiempo. Lo importante es conocerlos, reflexionar sobre su origen y expresarlos. De alguna manera, este proceso nos ayuda a comprender quiénes somos y liberarnos de las cargas que nos bloquean.
Hacer estas preguntas tiene la consecuencia el comienzo de un largo viaje mental y emocional a través de los aspectos de la vida a los que damos importancia, uno después del otro. Entre estos identificamos:
el trabajo de la vida
“¿Me gusta mi trabajo?”, “¿Qué perspectivas me ofrecen?”, “¿Trabajaré aquí para siempre?”, “¿Desperdicié mi vida haciendo este trabajo?”.
Estas preguntas no suelen tener una respuesta fácil. Trabajar es fundamental para vivir, por lo que es una realidad de la que es difícil escapar. No es posible controlar todas las circunstancias relacionadas con el trabajo y la actitud con la que nos enfrentamos a estas situaciones varía de persona a persona.
Dado que no se recomienda hacer depender la felicidad del tipo de empleo, muchos psicólogos aconsejan abordar estas cuestiones con un estado emocional "ligero", sobre todo si la persona percibe malestar o alberga emociones negativas.
"El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos".
-Michael Jordan-
Es importante ser consciente de que no se debe obligar a nadie a ser quien no quiere ser. Por ello, si te encuentras en esta condición, puedes replantearte tu situación laboral y buscar nuevas oportunidades laborales.
Cuando el trabajo trae más decepción que satisfacción, puede ser el momento de buscar nuevas posibilidades. y así evitar acumular molestias. También es cierto que esto a veces no es posible.
La vida se compone de momentos y hay que aprender a aprovechar al máximo todos los momentos que la componen. Por ejemplo, si siempre estás fuera de casa por motivos de trabajo, al volver debes intentar vivir momentos inolvidables. Esto mantendrá intacta su capacidad para disfrutar de la vida.
La familia
"¿He desperdiciado mi vida familiar?" Esta podría ser otra de las grandes preguntas que se agolpan en la cabeza. Lo bueno es que podemos dar una respuesta diferente cada vez.
Si no le da a esta pregunta una interpretación negativa, puede tomarla como un punto de partida para tener una perspectiva más positiva de la vida familiar. Una respuesta podría ser: “Sí, tal vez hasta ahora me he tomado un tiempo lejos de mi vida familiar, ¡así que es hora de ponerme al día!".
Nadie elige a su familia. No obstante, es importante estar agradecido por su familia, incluso por tenerlos. Recuerda que no todo el mundo tiene esta suerte.
Tal vez ha pasado un tiempo y te has distanciado de tus familiares o no tienes las relaciones que deseas. En cualquier caso, ¿qué le impide establecer la relación familiar que tanto ha deseado?
El pasado, si lo quieres ver así, no es más que una fantasía de la memoria. No debe entorpecerte e impedirte actuar en el presente para recuperar los lazos con la familia. Si tienes que perdonar, hazlo; si necesitas que te perdonen, tienes derecho a que te perdonen.
En resumen, es bueno pensar que la familia representa nuestros orígenes, nuestras raíces, ese grupo de personas con las que tenemos mucho en común. Esta visión alimentará el deseo de no descuidarla.
Niños
Algunas personas tienen otras prioridades. Para otros, en cambio, tener hijos parece ser la misión de la vida. En todo caso, es recomendable reflexionar cuando estés tranquilo y tomar cierta distancia de lo que te pasa. Pensar cuando estás tranquilo lleva a conclusiones positivas.
"Padre sabio es el que conoce a su hijo"
-William Shakespeare-
Si tiene una gran preocupación sobre la educación de sus hijos o su futuro, la pregunta que debe hacerse es: "¿Hay algo que nos obligue a estar tan preocupados?" Existe la posibilidad de encontrar nuevas estrategias para reducir esta preocupación y resolver las cosas de otra manera.
Para evitar obtener los mismos resultados una y otra vez, a veces lo mejor que se puede hacer es abordar las situaciones de manera diferente. Siguiendo siempre el mismo camino, siempre se llega al mismo destino.
Amigos
Pasan los años, es normal. Algunos ya no forman parte de nuestra vida y otros están a punto de conocerlos. Esto sucede especialmente si cambias de ciudad o país.
Puede sentir que tiene cada vez menos amigos. Cuando esto sucede, tenemos dos opciones: mantener el círculo de amigos (aunque se pueda pensar que ya no están unidos) o abrirse a nuevas amistades sin olvidar las antiguas.
Un error relativamente común es idealizar a los viejos amigos. Esto puede llevarte a creer que son lo que solían ser, como cuando los conociste en la escuela o la universidad. Pero no puedes estar seguro. Hacer nuevos amigos puede ofrecer grandes beneficios para la salud emocional.
¿Estoy desperdiciando mi vida? Los objetivos alcanzados
La pregunta que generalmente nos hacemos es: "¿Estoy desperdiciando mi vida?" o "¿Qué he logrado en mi vida?". Para evaluar el grado de satisfacción con los resultados obtenidos se establecen criterios de evaluación basados en la comparación.
De esta comparación pueden surgir preguntas como: “¿Obtuve todo lo que quería de la vida?”. Es común tener la sensación de que ya se ha llegado al punto de máxima realización. De hecho, casi siempre hay tiempo para el futuro y hay muchas otras posibilidades para lograr nuevos éxitos.
Una opinión compartida por muchos es que nunca es tarde para reinventarse y conseguir lo que se quiere. Esta declaración no es completamente engañosa. Tanto los objetivos que nos marcamos como los resultados que podemos alcanzar dependen ciertamente de nosotros mismos.
¿Estoy desperdiciando mi vida? Reinventarse es la solución
¿Cuáles son los recursos que tenemos disponibles? ¿Qué límites tenemos todos los días? Estas preguntas nos permiten conocer aquellos factores que podrían impedirnos alcanzar nuestras metas y hacernos conscientes de las habilidades que poseemos para alcanzarlas.
Conocer nuestras habilidades es importante para “aligerarnos” y alejarnos de aquello que, más que ayudarnos, nos impide alcanzar los objetivos marcados. Aprender de los que disfrutan de una calidad impecable es una buena idea para afrontar el camino del conocimiento y la superación.
“El futuro premia a los que avanzan. No tengo tiempo para sentir pena por mí mismo. No tengo tiempo para quejarme. Solo voy a seguir adelante”.
-Barack Obama-
Los últimos años, muchos o pocos, están hechos de experiencias y recuerdos que construyen nuestra torre de sabiduría. Allí puedes encontrar el "material" para crear una mejor versión de ti mismo.
"¿Estoy desperdiciando mi vida?". Tal vez, y solo tal vez, la respuesta sea solo cuestión de tiempo. Es posible que al reexaminar tus metas e identificar lo que has dejado sin terminar, puedas retomar el camino hacia las metas que te habías propuesto.
Lo que resta valor a la calidad de tus días no merece tu atención. Por el contrario, hay que tener en cuenta lo que las potencia. Necesitamos actuar y seguir aprendiendo. Es cuando nos cuestionamos a nosotros mismos que nuestras decisiones entran en juego. Podemos asumir tres actitudes:
- Tomar decisiones.
- No los tome.
- Decidir no decidir (incluso si en última instancia se trata de una trampa mental).
Cuál de estas tres opciones está destinada a los más valientes y cuál a los más cobardes solo podemos saberlo. Como dijo el maestro de judo Jigoro Kano: “Lo importante no es ser mejor que los demás, sino ser mejor que ayer”.