Imágenes mentales: un ejercicio para mejorar la habilidad

Imágenes mentales: un ejercicio para mejorar la habilidad

¿Sabías que muchos cirujanos suelen hacer práctica mental antes de realizar una operación complicada? ¿Sabías que para los deportistas que se desempeñan en pistas o en campos deportivos es rutina normal imaginar los movimientos que realizarán? Y no pretendo planificar el programa de trabajo, sino hacer exactamente lo mismo imágenes mentales cómo realizarán los distintos movimientos.

Pues bien, en 2008 se realizó un estudio muy interesante en el que la cuestión central era si la toma de imágenes mentales realmente podía mejorar las habilidades de intervención en quirófano. Para responder a esta pregunta, los investigadores reclutaron a algunos estudiantes de medicina que ya se dedicaban a la práctica clínica.



La mitad de ellos fueron entrenados para usar imágenes mentales (por ejemplo, reproducir mentalmente los movimientos necesarios para realizar las operaciones) mientras que la otra mitad se sometió al curso normal que se imparte en todas las escuelas.

Como puede entenderse, los estudiantes que imaginaron los movimientos en su mente primero realizaron las cirugías mejor que los demás. Otro estudio similar, realizado más recientemente en 2011, mostró una vez más que practicar mentalmente mejoraba la salud mental
habilidades de los cirujanos laparoscópicos.

Si nos alejamos del quirófano, vemos que la imagen mental también es habitual en los deportes. De hecho, atletas como Roger Federer y el piloto de Fórmula Uno Jenson Button han reconocido públicamente que el uso de esta técnica les da excelentes resultados.

¿Cómo funciona la técnica de la imagen mental?

Para responder a esta pregunta tenemos que remontarnos a un estudio realizado en 2004. En este experimento los participantes fueron divididos en cuatro grupos que se comportaron de estas diferentes formas:


  1. Se imaginaron espasmos del dedo meñique
  2. Se imaginaron el brazo moviéndose
  3. No aplicaron ninguna técnica.
  4. Entrenaron moviendo literalmente su dedo
    dedo meñique y brazo

El juicio continuó durante cuatro semanas. Luego se midió la fuerza en el dedo meñique y el brazo. Obviamente, los que no aplicaron ninguna técnica (grupo 3) no mostraron aumento de fuerza, mientras que los que entrenaron físicamente mostraron un aumento de fuerza de aproximadamente 53% (grupo 4).



Pero ... ¿qué pasó con el primer y segundo grupo, es decir, los que solo se imaginaban moviendo el dedo meñique o el brazo? Ahora viene la parte interesante: en el primer grupo la fuerza del dedo meñique se incrementó en un 35% mientras que en el segundo grupo se observó un aumento en la fuerza del brazo del 13,5%.


En este punto, los investigadores no tienen dudas: el hábito sistemático de imaginar mentalmente el más mínimo detalle y hacerlo todos los días puede producir cambios reales a nivel físico.

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