Como dijo Carl Lewis en un famoso comercial: "EL PODER NO ES NADA SIN CONTROL". Esta afirmación nos lleva a la idea de que el enfoque psicológico del desempeño es notable; y si hablamos de control hablaremos del Sistema Nervioso, por lo tanto del cerebro: nuestro "ordenador de a bordo". El cerebro, un órgano fascinante, dicta los ritmos de la vida diaria a través de impulsos eléctricos que son, dependiendo de la actividad que se esté configurando (incluido el deporte), más o menos intensos. Este órgano, que siempre ha ejercido una fascinación inconmensurable, trabaja a través de una intensa actividad eléctrica que varía en el orden de las 24 horas. La intensidad de los impulsos se mide en HERTZ, frecuencias divididas en cuatro tipos de ritmos u ondas cerebrales por el Dr. Berger en 1929.
RITMO BETA: Es el ritmo del estrés agudo (COMO CUANDO ENTRENAS DURO), con frecuencias por encima de los 14 hercios. Caracterizado por una tensión puramente mental, casi completamente hacia afuera, permite una rápida reacción a los estímulos al regular la velocidad de ejecución. También coincide con la fase de sueño REM, que es cuando soñamos. Este ritmo se asocia con el máximo gasto de energía física y nerviosa, por tanto, a largo plazo, con el máximo deterioro por exceso de trabajo.
RITMO ALFA: Es el ritmo de mitigar, por tanto, de la disminución de la actividad cerebral, con frecuencias que oscilan entre los 8 y 13 hercios. En sujetos que no tienen ninguna patología a cargo, este estado se genera involuntariamente al cerrar los ojos. En este estado se favorece el autocontrol interior y el espíritu creativo. Agregado con las prácticas de visualización, el ritmo alfa tendrá una alta influencia somática (por ejemplo, yoga).
RITMO THETA: Aquí la frecuencia fluctúa entre 4 y 7 hercios. Constituye la iteración cerebral en estado de semi-sueño, que fisiológicamente se produce en enormes cantidades durante la fase pre-sueño (o estado hipnagógico). En esta fase, la conciencia se divide en conciencia despierta y sueño.
RITMO DELTA: Ocurre en el sueño profundo, fase en la que no se produce actividad onírica y con intensa relajación muscular. Aquí, las frecuencias en hercios suelen estar por debajo de 3. Esta fase también es conocida por la producción máxima de hormona del crecimiento o GH. También es el punto culminante de todos los procesos regenerativos y para la formación de ENDOFARMACI, que se activará gracias a la sensación de tranquilidad. El ritmo mencionado anteriormente está totalmente bajo el control del sistema nervioso parasimpático. Si esto se altera, el sujeto duerme mal, tiende a estar cansado, a tener trastornos psicosomáticos y a enfermarse con mucha facilidad.
La ciencia muestra que los atletas logran su mejor rendimiento cuando el ritmo cerebral está en "alfa", que es cuando nuestro cerebro ejercita un ritmo de ondas cerebrales capaz de permitir una "conciencia relajada pero alerta". Este estado se puede conquistar con entrenamiento psíquico, a través de ejercicios de entrenamiento autógeno. La práctica de esta técnica es fundamental ya que inicialmente tomará varios minutos acercarse al estado ideal. Solo después de familiarizarse con la técnica de entrenamiento autógeno, es posible inducir a la psique a estabilizarse en alfa en unos pocos segundos. "Permanecer en alfa" significa ir a visualizar los movimientos que se llevarán a cabo en unos momentos: por ejemplo un sprint.
Para quienes realizan una actividad fitness bastante intensa, el estado de concentración es fundamental, porque mejora el rendimiento. ¡¡A menudo escuchamos sobre el equilibrio psicofísico !! Bueno, para que esto suceda, el sujeto debe poder bajar la frecuencia cerebral en unos momentos, para pasar de un contexto "beta" a un contexto "alfa". Numerosos atletas profesionales poseen esta habilidad innata. El acondicionamiento psíquico se puede obtener tanto con entrenamiento autógeno como con ejercicios de meditación, es decir, desinteresado del mundo circundante cuando se necesita la máxima concentración. Esto se aplica no solo a los jabalinistas o tiradores profesionales (arco, rifle, etc.), sino también a aquellos que entrenan en la sala de pesas con cargas elevadas.
Por tanto, siempre hay que tener en cuenta que la concentración es un elemento determinante para todos los amantes de la práctica del deporte.