El estrés daña severamente nuestra salud. De hecho, se producen trastornos físicos y mentales acompañados de un envejecimiento prematuro.
Última actualización: 18 de abril de 2022
Investigaciones científicas recientes indican una correlación entre la timidez y el estrés, ya que hay muchas posibilidades de que las personas tímidas, temerosas o ansiosas sufran estrés crónico.
El estrés daña gravemente nuestra salud. De hecho, se producen trastornos físicos y mentales acompañados de un envejecimiento prematuro. Esto se traduce en menos años de vida para las personas tímidas que para las personas extrovertidas o alegres.
La reacción del cuerpo al estrés.
Los procesos fisiológicos son impulsados por el cerebro, el sistema nervioso central y nuestro estado de ánimo. Mente y cuerpo forman un vínculo indisoluble.
Los procesos metabólicos sobre las proteínas, la frecuencia cardíaca y la presión arterial dependen del sistema nervioso. Cuando sometemos nuestra mente a un estrés psicológico prolongado, nos encontraremos con innumerables dolencias; el sistema inmunológico se verá afectado principalmente.
El cuerpo responde al estrés con un mecanismo de defensa, esta respuesta es fundamental para superar situaciones que representan un peligro o una amenaza.
Nuestros sentidos son alertados por el sistema nervioso, que cambia el ritmo cardíaco, la respiración y aumenta la actividad muscular y los niveles de glucosa en sangre. Esto disminuye la respuesta del sistema inmunológico.
Las protagonistas son las hormonas producidas por las glándulas suprarrenales (glucocorticoides y adrenalina), encargadas de la movilización de esa energía en el organismo.
Cuando esta reacción de escape no se activa durante unos minutos, sino que se prolonga debido a factores que influyen en nuestro estado emocional (problemas en el trabajo, en la familia, salud), los niveles hormonales, que en un principio parecen positivos, empiezan a dañar nuestro organismo de forma prolongada por la disminución de las defensas.
Investigación científica sobre la timidez y el estrés
Los estudios publicados en la revista Proceedings of the National Scope of Sciences muestran que las hormonas del estrés pueden liberarse en grandes cantidades debido a la timidez y el consiguiente miedo infundado a nuevas situaciones (encontrarse con extraños, miedo a nuevas personas, objetos, lugares aunque no supongan ninguna amenaza). Este miedo se llama neofobia.
Los grupos de población más afectados son los niños y jóvenes, que muestran este comportamiento hasta alcanzar la madurez. Si permitimos que el ritmo frenético de la sociedad actual nos estrese, liberaremos hormonas continuamente, el proceso de envejecimiento se acelerará y enfermaremos con mayor facilidad.
Y si estas nuevas situaciones las afrontamos con miedo y timidez, y si eso se mantiene durante el resto de nuestra vida, provocará un aumento continuo de hormonas.
La combinación de timidez y estrés puede quitarnos hasta diez años de vida. Por lo tanto, sería recomendable llevar una vida tranquila, pero también decidida, valiente y libre de angustias. No seamos demasiado tímidos.