La gran mayoría de las personas viven atrapadas entre el pasado y el futuro, por lo que dejan escapar el presente. Muchos creen que cuando consigan el codiciado ascenso serán más felices, cuando encuentren pareja finalmente estarán completos, cuando se jubilen podrán hacer lo que quieran ...
De esta forma viven acumulando expectativas de futuro. Dejan de pensar en cómo mejorar su situación actual imaginando que están viviendo en el mañana. Se centran en cómo deberían vivir o en cómo les gustaría vivir, sin darse cuenta de que solo están hipotecando el presente. En consecuencia, cuando hablan, la conversación es una queja constante que engloba todas las desgracias y frustraciones de su vida diaria.
Así, esperar algo del futuro mientras se olvida el presente se convierte en una cuerda con la que se atan las manos y los pies. Entonces, si queremos que nuestra vida cambie, el primer paso, que también es el más difícil de dar, es dejar de esperar.
¿Qué deberías dejar de esperar?
- Deja de esperar algo de los demás. Aunque las personas que te rodean te quieren y te consideran, tienen sus propias necesidades, sueños e ilusiones, por lo que no puedes esperar que siempre cumplan con tus expectativas. De hecho, cuando los liberas del yugo de las expectativas, también te liberas a ti mismo. Cuando no exijas nada, lo que te dan crecerá espontáneamente y aprenderás a apreciarlo más. Además, no esperes demasiado de los demás, aprende a confiar en ti mismo y te sentirás mucho más seguro.
- Deja de esperar que todo sea perfecto. Si espera que las condiciones sean perfectas para dar el paso y tomar la decisión, es probable que se quede donde está. El momento perfecto no existe, a menudo es una creación del miedo que acecha nuestra mente. Cuando tenemos miedo o nos sentimos en peligro, nos consolamos con la idea de que las condiciones no son las más favorables. Por supuesto, no se trata de saltar al vacío sin paracaídas, pero si hay algo que realmente quieres no esperes más, da los primeros pasos. Dejar de esperar el momento perfecto y ponerse a trabajar crea una increíble sensación de poder y te hace notar que el verdadero arquitecto de tu vida eres tú.
- Deja de esperar demasiado de ti mismo. A menudo, las expectativas que ponemos sobre nuestros hombros nos abruman. Lo curioso es que muchas veces suelen ser las expectativas que nuestros padres y adultos tenían de nosotros, así que quizás sea el momento de deshacerse de ellas. Está bien planificar nuevos desafíos y metas, pero si crean mucha tensión en ti, hasta el punto de dañar tu bienestar, es posible que te estés exigiendo demasiado. Vivir el día a día asegurándote de disfrutarlo te quita el estrés y, curiosamente, justo cuando te deshaces de tus expectativas, alcanzas tu máximo potencial porque te sientes mucho más libre para hacer lo que siempre has querido y soñado. Recuerda que eres una persona única y extraordinaria, no necesitas adaptarte a las expectativas de los demás.
- Deja de esperar demasiado del futuro. Vivir en el futuro significa tomarse un descanso del presente, que es donde se desarrolla la vida. Empiece a amar lo que tiene y siéntase satisfecho con ello. Esto no significa que no tengas que esforzarte para mejorar y alcanzar otras metas, pero si ya te sientes feliz, el camino hacia tus nuevas metas será mucho más placentero porque sabes que tu felicidad no depende únicamente de ellas. Puede que no sepamos lo que nos depara el futuro, pero sí sabemos lo que tenemos en el presente, asegúrate de aprovecharlo al máximo y estar agradecido por todas las pequeñas cosas de la vida.
¿Qué cambios ocurren cuando dejas de esperar?
- Retoma el control de tu vida, eres consciente de que tus decisiones, acciones y actitudes tienen consecuencias y determinan tu camino.
- Empiezas a dar pequeños pasos que te llevarán en la dirección correcta, en lugar de quedarte atrapado en un círculo vicioso de quejas.
- Te liberas de una carga enorme, porque te deshaces de todas las expectativas que han frenado tu desarrollo.
- Te das cuenta de que incluso si puedes lograr más y tener otras metas, puedes sentirte agradecido por lo que eres y tienes.
- Deja de sentirte frustrado porque al no tener tantas expectativas, los contratiempos serán menos duros. También aprende a valorar más los regalos inesperados.
- Empiezas a fluir con los cambios que ocurren a tu alrededor, te sintonizas con el mundo y puedes aprovechar mejor las oportunidades que te ofrece.
En cualquier caso, no esperes a tener todo para disfrutar de la vida, ya tienes vida para disfrutar de todo.
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