El bienestar emocional es el resultado de la calma, el producto de ser dueños y gestores de las propias emociones. En este escenario, la mente se convierte en el mejor aliado del equilibrio, la satisfacción y la felicidad.
Última actualización: 21 de mayo de 2022
Alcanzar el bienestar emocional y mantenerlo es sinónimo de calidad de vida. Esta profesión psicológica nos permitiría, entre otras cosas, reducir los efectos de la ansiedad, el estrés y la angustia que, como un velo de ceniza, oscurece la capacidad de ser feliz. Es por tanto una dimensión que todos deberíamos alcanzar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el bienestar emocional como un estado de ánimo en el que la persona es capaz de utilizar sus capacidades para gestionar problemas y dificultades, sentirse bien consigo misma y poder contribuir a la comunidad. En otras palabras, una habilidad que también vuelve a los que nos rodean.
Santiago Ramón y Cajal decía que sólo la alegría es garantía de salud y bienestar. Sin embargo, lograr un estado mental y emocional equilibrado, gratificante y armonioso no es tarea fácil. Especialmente cuando el mundo es demasiado ruidoso, exigente e incluso caótico. Pero no perdamos la esperanza: todos tenemos los recursos para alcanzar el bienestar emocional.
“El ser humano pasa la primera mitad de su vida arruinando su salud y la otra mitad tratando de recuperarla”.
-Giuseppe Leonard-
Formas de lograr el bienestar emocional
Alcanzar el bienestar emocional nos permite mejorar la salud física, psicológica e incluso social. Las relaciones son mejores y los lazos se fortalecen. Casi podríamos decir que esta dimensión es la variable más determinante para la felicidad y satisfacción humana. Sin embargo, pocos aspectos permanecen tanto tiempo en el sótano del olvido.
Esto se debe a que, por regla general, hoy en día es casi más importante tener un trabajo incluso a costa de la salud. También es importante adaptarse a las expectativas de los demás, aunque no se ajusten a las nuestras. Es crucial alcanzar los objetivos marcados, incluso cuando afectan negativamente a nuestro equilibrio físico y psicológico.
Un trabajo de investigación realizado en la Universidad de Oxford indica que si bien es más necesario que nunca promover el bienestar emocional, en promedio muchas personas aún no toman en cuenta esta dimensión. No se entiende, por ejemplo, el impacto que el estrés, la ansiedad o el malestar emocional pueden tener en la salud general. Es fundamental brindar estrategias efectivas para que cada uno de nosotros, desde la niñez y la adolescencia, aprendamos a lograr el bienestar emocional.
1. Reflexión sobre uno mismo: lo que me pasa “aquí y ahora”, lo que siento, lo que necesito y quién soy
La autorreflexión y la autoconciencia son palabras evocadoras que describen realidades complejas. En términos simples, se refieren a la conexión con uno mismo para reflexionar sobre cada emoción sentida, pensamiento elaborado y necesidad oculta.
Significa también iniciar diálogos adecuados con nosotros mismos para fortalecer nuestra identidad y así llevar una vida acorde a los deseos y acciones, comportamientos y valores. Vigilarnos a diario para saber qué sucede en nuestro interior es el primer paso hacia el bienestar emocional.
2. Todo lo que siento es válido, pero tengo que trabajar en mi paz interior
Para lograr el bienestar emocional, es importante entender que todas las emociones experimentadas son válidas, incluyendo aquellos con un valor negativo. El cansancio, la tristeza, el resentimiento, la ira, la angustia, el miedo y las decepciones son aceptables y, como tales, no podemos ni debemos reprimirlos. Por el contrario, comprenderlos y luego transformarlos en estados más saludables.
Esto implica, entre otras cosas, aprender a manejar el estrés diario. Habilidades como la resolución de problemas, la reinterpretación o la reformulación de experiencias para no ver todo solo desde el prisma del pesimismo y adoptar un enfoque más flexible siempre son útiles.
3. Acepto lo que no puedo cambiar para lograr el bienestar emocional
A veces la conducta de algunas personas nos resulta incomprensible y hay quienes se comportan de forma diferente a como nos gustaría. Sin embargo, para alcanzar el bienestar emocional es necesario aceptar realidades que no podremos cambiar. Y esto incluye las personalidades de muchos de los que nos rodean.
Lo mismo ocurre con las numerosas experiencias a las que nos enfrentamos. Todos deseamos que la vida fuera más amable y ciertamente más fácil., pero nos vemos obligados a asumir sus altibajos y su complejidad.
No podemos cambiar a las personas, así como no podemos evitar que el destino nos presente ciertas adversidades. Sin embargo, alcanzar el bienestar emocional también pasa por saber adaptarse a estas circunstancias. Como dijo Viktor Frankl, si no podemos cambiar algo, nos cambiamos a nosotros mismos.
4. Me doy lo que merezco cuando lo necesito
Tal vez en este momento necesitamos un descanso físico y mental, pero no sabemos cómo bajar el ritmo. Podemos ser conscientes de que una determinada circunstancia, persona o tarea está limitando nuestra salud mental. A pesar de ello, no decidimos distanciarnos.
Todos tenemos límites y sobre todo necesidades. Darnos lo que nos merecemos en cualquier situación no es egoísmo, sino bienestar psicológico. Alcanzar el bienestar emocional también significa estar atento a nuestras "banderas rojas".
¿A qué nos referimos con eso? Como explica la psicóloga Frances Vaughan, todos tenemos una voz interior que nos advierte cuando algo anda mal. Muchas veces nuestra intuición nos advierte que es hora de parar, de cuidarnos, de dejar de lado ciertas realidades. Sin embargo, tendemos a vivir en modo piloto automático, dejamos de escuchar nuestras necesidades para priorizar nuestras obligaciones.
5. Abierto al cambio, mente flexible para lograr el bienestar emocional
Alcanzar el bienestar emocional también implica dejar de resistirse a lo inevitable: los cambios. Si nos aferramos a lo que ya no tiene sentido ni utilidad, estaremos atrapados en un sufrimiento perpetuo. Por lo tanto, es necesario poder desarrollar un enfoque flexible para adaptarse a cada variación y no temerla; al hacerlo, no dudaremos en aprovechar las oportunidades y, sobre todo, miraremos al horizonte con esperanza.
Conclusiones
Pocas habilidades son más útiles que desarrollar los puntos descritos en este artículo. El bienestar emocional requiere un cuidado que se traduce en una inversión de nuestra parte. Si cuidamos nuestra salud física, ¿por qué no hacer lo mismo con la emocional?.