Que el poder esconder ciertos peligros en los que lo conocen
muchos, que actúa como una droga y que incluso llega a cambiar para bien
medir a las personas es una realidad. Sin embargo, en esta ocasión hablamos de un
nuevo efecto del poder que explica por qué las personas que lo ejercen pueden
vivir bien con las decisiones aparentemente inhumanas que tienen que tomar. El estudio en cuestión fue realizado por investigadores
del Tiburg Institute for Behavioral
Economics Research, de la Universidad de Tilburg, y sugiere que las personas
que tienen poder tienden a ser menos humanos con otras personas con el objetivo
para poder abordar mejor algunas medidas que están obligadas a
implementar. La investigación se llevó a cabo con la participación de 102 estudiantes que
inicialmente tuvieron que completar una prueba en la que se evaluó la suya sentido
de poder. Posteriormente, tuvieron que leer un texto de ficción literaria.
en relación con una población sudamericana llamada Aurelia ei
sus habitantes. Inmediatamente se hizo evidente una correlación; participantes que
habían puntuado alto en la prueba de potencia, tendían a
describir a los habitantes de este país ficticio como gente poco civilizada e
muy infantil. Más tarde, los investigadores se prepararon con
algunos de los estudiantes, haciéndolos sentir más poderosos y preguntándoles que
recordó y transcribió algunos hechos en los que habían ejercido la
su poder sobre otras personas. Como puedes imaginar, los que fueron sometidos
en el cebado del control, afirmaron que serían capaces de transferir
los habitantes del pueblo de Aurelia que vivían en los barrios más marginales, en
una parte subdesarrollada de su país, incluso en contra de su voluntad. Finalmente, los investigadores pusieron a los participantes en una
Situación de juego de roles en la que se reconocieron los puestos de: jefe
cirujano, ayudante de cirujano y enfermera. La tarea era tomar
una decisión relacionada con un paciente ficticio de 56 años que mostró un
cierto nivel de crecimiento abdominal. Curiosamente, mientras que cuanto mayor era el rango de
poder que el participante hizo alarde, eligió el tratamiento más
doloroso entre las dos opciones existentes, pero al mismo tiempo la más eficaz. Sin embargo, este no es el primer experimento en el que
Se intenta relacionar poder y deshumanización. Por ejemplo, un
Grupo de becarios de la Universidad de Stanford,
Nueva York, Noroeste y Londres
Business School, ya había realizado en 2008 suficientes experimentos
similar con resultados idénticos. Los investigadores dicen que tratar a las personas como
si fueran objetos reduce el impacto emocional dado por las consecuencias de
decisiones que toma, facilitando la toma de decisiones. Probablemente
ocupar una posición de poder incita a las personas a elegir
soluciones más efectivas (menos costosas, más rápidas y más probables
éxito) ya que creen que este es su trabajo. Por supuesto, el
la deshumanización que trae consigo el poder puede ser positiva en algunos casos;
en otros un poco menos, especialmente si la persona pierde la perspectiva de
nivel de daño y dolor que puede causar y no considera tanto los aspectos
tan práctico como las consecuencias desde el punto de vista humano.