Por el escritor de healthiergang , Entrenadora personal certificada por la ISSA y estudiante en SaNIS (Escuela de Nutrición e Integración Deportiva).
Omóplatos alados
El gimnasio y la postura son tradicionalmente dos áreas que, en el imaginario colectivo, no se llevan bien entre sí. ¿Es esto porque el gimnasio no es funcional para la postura? No. De hecho, es exactamente lo contrario. El ejercicio en el gimnasio es el primer remedio para compensar los desequilibrios posturales. ¿Por lo tanto?
Entonces el problema es otro. Cada sujeto tiene desequilibrios posturales más o menos pronunciados que a menudo resultan de desequilibrios en la fuerza o el tono muscular. Con el fortalecimiento muscular estos músculos "delanteros":
1. responden mejor al estímulo de entrenamiento;
2. Ellos "roban" trabajo a otros músculos más débiles.
Todo esto conduce a una acentuación de los desequilibrios posturales.
Tras esta necesaria premisa, analicemos el tema de los omóplatos alados. Este problema es de gran importancia sobre todo si tenemos en cuenta la gran incidencia de tales paramorfismos en la adolescencia. Sin embargo, inmediatamente vemos que esta incidencia es más atenuada en sujetos que entrenan [1] lo que lleva a reevaluar la importancia del ejercicio físico (es decir, fortalecimiento muscular).
Entonces, ¿qué son?
Es un paramorfismo que deriva, en su mayor parte, de una postura incorrecta en la adolescencia pero también de problemas patológicos [2] [3] [4] [5]. Por lo tanto, se asocia con una espalda curvada, postura colocada antes de los hombros, a menudo los sujetos tienen hiperlordosis lumbar. Esta actitud hace que la esquina inferior y el margen interno de los omóplatos se alejen de la caja torácica (con el consiguiente aspecto de "ala"). A nivel muscular, el problema consiste en un hipotón de los aductores de los omóplatos (por tanto el trapecio, el romboide, el dentado grande, el angular) y por tanto en su incapacidad para mantener los omóplatos fijos al pecho.
Ahora bien, este defecto suele ser menor y tiende a retroceder con el crecimiento de forma más o menos espontánea. Sin embargo, si se subestima y ante una intervención incorrecta (o la propia inercia) existe un riesgo real de degeneración y agravamiento de la situación.
Prevención y tratamiento
En cuanto a la prevención del problema, los conceptos generales son válidos para cualquier paramorfismo postural: actividad física equilibrada desde temprana edad. De hecho, al hacerlo, podrá contar con una musculatura siempre activa, fuerte y equilibrada capaz de compensar cualquier actitud incorrecta (por ejemplo, muchas horas sentado en la escuela).
Cualquier deporte que lleve a una actitud cifótica, como algunos estilos de natación, debe incluir ejercicios de compensación para los músculos de la espalda. En el caso de actitudes erróneas, puede ser un buen consejo acudir a un posturólogo para que las corrija lo antes posible.
El tratamiento consiste principalmente en fortalecer la musculatura posterior del tronco, por lo tanto la gran dorsal, los deltoides posteriores y sobre todo la musculatura colocada en la aducción de los omóplatos antes mencionada. Lógicamente, todo debe ser contrarrestado por un ejercicio colocado también sobre los músculos anteriores (hombros, pectoral mayor etc.) en fin, no vuelvas a caer en el problema contrario. Por otro lado, los omóplatos alados presentan un gran problema que consiste en reducir el potencial de entrenamiento del pectoral mayor. Esto porque:
- el deltoides anterior “robará” trabajo en los distintos ejercicios de empuje;
2. El pectoral mayor tendrá dificultades para alcanzar un rango máximo de ROM en elongación ya que el hombro se colocará delante de él.
Todo esto sugiere, por tanto, que estructuramos el protocolo de forma sinérgica y completa.
Lógicamente, en los casos patológicos graves los tipos de intervención serán clínicos y, en ocasiones, bastante invasivos [6] [7] [8] [9] [10].
Ejercicios y remedios
Veamos algunos ejercicios que nos pueden ser de utilidad.
1. Encogerse de hombros a Kelso
Una variante de los clásicos "batidos" para el trapecio que involucra más a los aductores de los omóplatos. La ejecución consiste en colocar el pecho en un banco inclinado (45-60 grados) y realizar (con mancuernas o barra) sacudidas normales siempre perpendiculares al suelo con el fin de activar los aductores de los omóplatos.
En este sentido, cuanto mayor sea la inclinación, mayor será la implicación de los trapecios ya que nos encontraremos trabajando cada vez más en posición vertical.
2. Aducción escapular con bandas elásticas
Otro ejercicio clásico y excelente para el calentamiento. Con un elástico en las manos, colocamos los brazos frente a nosotros (en el plano sagital) y aducción de los omóplatos con la consiguiente abducción del húmero y tensión del elástico.
En este caso, se debe tener cuidado de distinguir el trabajo del deltoides posterior (que no es un aductor de la escápula) de los músculos diana.
3. Polea de tres tiempos (Scapular Row)
Este ejercicio (delicado y exigente) consiste en dividir la ejecución de la Polea en dos tiempos: el primero consistirá en una aducción de los omóplatos, el segundo en la extensión del húmero por la gran dorsal (lógicamente también tendremos la flexión del codo por el bíceps).
Nuevamente, considerando la carga y la tensión ejercida, debes tener buena movilidad y solidez músculo-articular para realizar este ejercicio.
Ejemplo de programa
Veamos ahora un ejemplo de un programa del sujeto X que tiene omóplatos alados. Será una forma genérica en la que vamos a entrenar la espalda y los hombros. Lógicamente luego se insertará dentro de una programación general.
Calentamiento: ejercicios de movilidad de hombros con bandas elásticas, liberación miofascial especialmente de los deltoides.
Veamos cómo ponemos mucho énfasis en el ejercicio de espalda. No dejamos caer demasiadas repeticiones con una carga relativamente baja, excepto en el remo con mancuernas que se presta a involucrar una gran parte de los músculos de la espalda y en el encogimiento de hombros kelso, que es un ejercicio específico para los aductores del omóplato.
Los dos últimos ejercicios involucran (con volumen reducido) los haces anterior y medial del deltoides).
conclusión
Los omóplatos alados son un problema concreto, no deben subestimarse y tratarse de inmediato. Además, un protocolo de entrenamiento equilibrado y bien estudiado en el gimnasio es la base de una correcta actitud postural. No menos importante debe cuidar la actitud en la vida cotidiana y luego tratar de no quedarse demasiado inclinado y buscar momentos para "estirar las piernas" y "relajar los hombros" (esta terminología, en el uso cotidiano y metafórico, es muy indicativa de los problemas que puedan surgir).
Por último, un "llamamiento" a los (nuevos) padres. Cuidar la actividad física del niño en edad preadolescente es fundamental para evitar repercusiones y daños que pueden, a largo plazo, convertirse en verdaderas dismorfismos. Después de todo, sabemos: “siempre es mejor prevenir que curar”.