La productividad personal es un término muy popular últimamente. Viene del lenguaje de los psicólogos ocupacionales y se refiere a cómo reelaborar los potenciales individuales para maximizar nuestra efectividad en las actividades diarias. ¿Por qué la productividad personal está tan de moda? Creo que la respuesta es muy sencilla; vivimos en un mundo demasiado complejo que se vuelve cada día más incierto y caótico, por eso muchas personas intentan simplificar sus actividades para obtener el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo. Debemos aprender a organizarnos mejor para aprovechar al máximo nuestras habilidades, optimizar el tiempo y llevar a cabo nuestros proyectos. Entonces ... ¿de qué se trata realmente la productividad personal? Creo que, independientemente de la especificidad de cada situación, los métodos que intentan fomentar la productividad se basan en tres ideas clave: 1. Motivación. La productividad personal deberá centrarse en lo que todos realmente quieren lograr. El primer paso para lograr establecer un excelente estado de productividad es delinear con precisión cuáles son las motivaciones profundas y cuáles son los proyectos importantes de nuestra vida, para evaluar cómo los objetivos de la vida cotidiana encajan y contribuyen a la realización de estos proyectos. 2. Objetivos. El segundo paso es planificar metas tangibles, cuantificables y sobre todo alcanzables. La productividad personal nos recuerda que muchos de nuestros proyectos nunca se concretan porque no se reflejan en la realidad, o porque somos incapaces de ponerlos en práctica a través de pequeños y sencillos pasos. Definir claramente lo que queremos y establecer tiempos máximos para su realización es fundamental para ser productivos. 3. Acción. Ser productivo es sinónimo de: “poner en práctica”. Quizás la regla de oro de todos los tratados de productividad personal podría ser: "sólo hay una forma de probar la teoría: aplicarla". Aprender a ser productivo implica aprender a tomar la iniciativa y actuar sin demora. La productividad personal presupone una vida más simple en la que tomamos el control de nosotros mismos para convertirnos no solo en personas más eficientes sino también más felices. La productividad personal es un término muy popular últimamente. Viene del lenguaje de los psicólogos ocupacionales y se refiere a cómo reelaborar los potenciales individuales para maximizar nuestra efectividad en las actividades diarias. ¿Por qué la productividad personal está tan de moda? Creo que la respuesta es muy sencilla; vivimos en un mundo demasiado complejo que se vuelve cada día más incierto y caótico, por eso muchas personas intentan simplificar sus actividades para obtener el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo. Debemos aprender a organizarnos mejor para aprovechar al máximo nuestras habilidades, optimizar el tiempo y llevar a cabo nuestros proyectos. Entonces ... ¿de qué se trata realmente la productividad personal? Creo que, independientemente de la especificidad de cada situación, los métodos que intentan fomentar la productividad se basan en tres ideas clave: 1. Motivación. La productividad personal deberá centrarse en lo que todos realmente quieren lograr. El primer paso para lograr establecer un excelente estado de productividad es delinear con precisión cuáles son las motivaciones profundas y cuáles son los proyectos importantes de nuestra vida, para evaluar cómo los objetivos de la vida cotidiana encajan y contribuyen a la realización de estos proyectos. 2. Objetivos. El segundo paso es planificar metas tangibles, cuantificables y sobre todo alcanzables. La productividad personal nos recuerda que muchos de nuestros proyectos nunca se concretan porque no se reflejan en la realidad, o porque somos incapaces de ponerlos en práctica a través de pequeños y sencillos pasos. Definir claramente lo que queremos y establecer tiempos máximos para su realización es fundamental para ser productivos. 3. Acción. Ser productivo es sinónimo de: “poner en práctica”. Quizás la regla de oro de todos los tratados de productividad personal podría ser: "sólo hay una forma de probar la teoría: aplicarla". Aprender a ser productivo implica aprender a tomar la iniciativa y actuar sin demora. La productividad personal presupone una vida más simple en la que tomamos el control de nosotros mismos para convertirnos no solo en personas más eficientes sino también más felices.
