Saber aceptar un No: ¿por qué es importante?

Saber aceptar un No: ¿por qué es importante?

Aprender a aceptar un "No" es tan importante como saber cuándo decirlo. La vida está llena de situaciones en las que tenemos que renunciar a nuestros deseos porque no se pueden realizar. Aceptar este hecho nos permite crecer.

Saber aceptar un No: ¿por qué es importante?

Última actualización: 28 de abril de 2020

Mucho se ha hablado de la importancia de decir "No", pero poco de la importancia de saber aceptar un "No". Decir "No" es tan importante como saber aceptarlo. En la vida hay sueños y deseos que inevitablemente se nos niegan. Entonces, si nos cuesta aceptar un “No”, la vida puede ser más complicada de lo que ya es.



La etapa de la vida en la que más nos cuesta aceptar un "No" es la infancia. Esto es normal porque los niños tienden a ser extremadamente egocéntricos. La capacidad de ver las cosas desde un punto de vista colectivo se desarrolla con el tiempo, siempre que la educación recibida de nuestros padres nos haya ayudado a desarrollar esta capacidad.

Aceptar un “No” nos pone frente a nuestros límites y esto, por lo general, nos provoca sensaciones desagradables. En estos casos, el "No" se opone a nuestros deseos y esto nos provoca cierta frustración. Estas situaciones no son negativas en sí mismas, son parte del curso natural de la vida y debemos aceptarlas.

“Los límites nos definen. Definen lo que somos y lo que no somos. Nos muestran dónde acabamos nosotros y dónde empieza otra persona”.

-Henry Cloud-

Saber aceptar un "No"

Todos somos conscientes de que existen diferentes tipos de "No". Algunos, por ejemplo, son temporales, mientras que otros son permanentes. Asimismo, algunos implican renuncias que no son pertinentes y otros requieren renunciar a algo que valoramos, amamos o necesitamos con urgencia. Todo ser humano tiene que enfrentarse a diversos tipos de "No" a lo largo de su vida.



A veces, el "No" es directo, como cuando pedimos algo que se niega inmediatamente. Otros, no se usa claramente esta palabra, pero son los hechos los que nos hacen comprender que esa cosa nos es negada y que debemos posponer o renunciar a lo que queríamos. Asimismo, existen “No” implícitos que se comunican a través de gestos de rechazo o aprensión.

Por supuesto, es más probable que aceptemos un "No" cuando sabemos que el rechazo es temporal o si el objeto de deseo no era realmente importante para nosotros. Sin embargo, Puede ser difícil para algunas personas aceptar este desperdicio aparentemente insignificante. Para la mayoría de las personas, la dificultad surge cuando el rechazo es definitivo o significativo. Pero entonces, ¿por qué es importante saber aceptar un “No”?

Aprende a saber aceptar un "No" de los demás

A veces un "No" viene de fuera. Por ejemplo, cuando no has sido aceptado para un trabajo, un proyecto, una universidad, una promoción u otra cosa. O de personas cercanas a nosotros que nos dicen: "¡No me toques!", "¡No quiero seguir con esta relación!" o "No fuiste invitado a la fiesta".

Esta negación nos muestra una realidad que, a veces, nos cuesta aceptar: otros no tienen que hacerse cargo de nuestras necesidades, expectativas o deseos. No están ahí para hacernos la vida más fácil. Tienen todo el derecho de poner límites a las situaciones que los involucran.

Generalmente, la dificultad para aceptar esos “No” surge del hecho de que no reconocemos los límites que existen entre nosotros y los demás. Interactuar con los demás no significa que siempre podamos obtener algo de ellos. Evolucionamos más cuando aprendemos a aceptar un "No", ya sea explícito o implícito.


El "No" de la vida

Los "No" de la vida son mucho más fuertes e inapelables. Desde el momento en que nacemos se nos dan muchas posibilidades y se nos niegan muchas más. Las limitaciones son parte de la vida y los padres que quieren ocultarnos esta realidad no nos ayudan.


No nos hacemos fuertes cuando no nos imponen límites, sino cuando aprendemos a reconocerlos, aceptarlos y enfrentarlos. Hay muchas cosas por las que tendremos que esperar o luchar, o simplemente nunca las conseguiremos. Desesperarse o negar que existen límites es una forma incorrecta de lidiar con las consecuencias de esos límites.


Seremos mucho más fuertes y felices cuando aprendamos a aceptar el "No" de la vida. De lo contrario, no haremos más que aumentar nuestra frustración y acabar distorsionando o eludiendo nuestros deseos más auténticos. De esta forma viviremos una vida imposible en lugar de una posible.

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