Simplifique la toma de decisiones diaria

Simplifique la toma de decisiones diaria

Las decisiones diarias, aunque necesarias, a menudo nos hacen perder un tiempo precioso. Por eso, hoy damos algunos consejos para gestionar y simplificar la toma de decisiones en el día a día. ¡Tomar nota!

Simplifique la toma de decisiones diaria

Última actualización: 18 de marzo de 2021

Simplificar el proceso de toma de decisiones en la vida cotidiana es una elección ganadora. A menudo tendemos a invertir torpemente nuestras energías en decisiones cotidianas de poca importancia; como si nuestros recursos fueran ilimitados.



Puede que no parezca tan obvio, pero esto genera un estrés considerable. Quizás por la conciencia de restar tiempo a otros aspectos más importantes o porque esas mismas decisiones se convierten en preocupaciones que se convierten en sombras.

Hay algunas reglas e indicaciones que le permiten gestionar este proceso de una manera sencilla.. Lo ideal es allanar el camino a los pequeños problemas para centrar los esfuerzos en las cosas importantes. Veamos cómo simplificar el proceso de toma de decisiones en la vida cotidiana.

“El misterio nos asedia, y es precisamente lo que vemos y hacemos todos los días lo que esconde la mayor cantidad de misterios”.

-Henri-Frédéric Amiel-


Las tres reglas de oro para simplificar la toma de decisiones en la vida cotidiana

Estas reglas se adaptan a un gran número de situaciones: desde comprar en el supermercado hasta planificar tu tiempo. Son extremadamente simples y se basan en el sentido común. Las tres reglas de oro para simplificar la toma de decisiones diarias son las siguientes:

1. Identificar y sistematizar decisiones recurrentes

A menudo pensamos en cosas que hacer varias veces.. Van desde el clásico "¿cómo me visto hoy?" al "¿Qué como para la cena?". Hay muchas situaciones que se ajustan perfectamente a este patrón.



El primer paso es identificar nuestras elecciones recurrentes. Por lo tanto, tómese el tiempo para sistematizar las soluciones más adecuadas. Decidir al principio de la semana qué vestiremos los siguientes días o qué comeremos puede ahorrarnos tiempo y energía.

2. Planificación y anticipación

Es importante, si no esencial, tener claro lo que usamos con más frecuencia en la vida cotidiana. No sólo los alimentos, sino también las medicinas, las herramientas más útiles para nosotros, etc. Lo ideal es tener siempre una escolta para no perder tiempo en una emergencia.

El mismo principio se aplica a las acciones que realizamos periódicamente, como el pago de facturas o el control de gastos. Lo ideal es dedicar un tiempo específico del día, de la semana o del mes a esta actividad, en lugar de hacerlo de forma casual y desorganizada.

3. La regla de la alimentación

La nutrición es una necesidad fisiológica primaria., por lo tanto común. Todos los días nos vemos obligados a satisfacer nuestras necesidades nutricionales. Y si no comemos fuera, tenemos que encargarnos personalmente de preparar la comida; con una cierta cantidad de tiempo y energía.

La regla de oro, en este caso, es la siguiente: la comida no debe tener un tiempo de preparación superior al que se tardará en consumirla. Hablamos en promedio sobre. ¿Pero como hacerlo? Si establecemos un límite de este tipo, poco a poco seremos llevados a ajustar los tiempos.

Simplificar el proceso de toma de decisiones en la vida cotidiana: algunas ideas más

Para aplicar con éxito estas tres reglas y obtener los resultados deseados, podemos integrarlas con las siguientes propuestas:


  • Las reglas no están destinadas a endurecer el pensamiento, sino a guiar la acción.. Por esta razón, nunca deben adoptarse dogmáticamente. Si una regla no es funcional en un momento específico, es mejor omitirla.
  • Las reglas mejoran la calidad de las decisiones, pero no las hacen perfectas. Aunque estas reglas nos ayudan a simplificar la toma de decisiones diaria, no siempre nos hacen consumir menos energía. Por ejemplo: después de planificar nuestra ropa para toda la semana, el martes nuestro jefe de repente nos informa que en los siguientes días tendremos una serie de citas donde se requiere ropa formal.
  • Las reglas funcionan mejor cuando las aplicamos con cierta flexibilidad.. Es decir, si funcionan, bien; de lo contrario, mejor revísalos. Cada uno, de acuerdo a su propia situación, es responsable de evaluar su efectividad.
  • No requieren fuerza de voluntad. Si son realmente funcionales para nuestros propósitos, no deberían requerir ningún esfuerzo de nuestra parte. Si no, lo mejor es revisarlos.

El propósito de estas reglas es simplificar nuestra vida a través de una mejor organización mental. Además de esto, nos permiten tomar conciencia de la enorme pérdida de tiempo y energía que se utiliza para resolver los problemas más insignificantes de la vida cotidiana.



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