Trabajos precarios, lugares de trabajo tóxicos, jefes que vulneran derechos... El síndrome de Burnout pronto se convertirá en una enfermedad profesional. La OMS ya es consciente del desgaste que provoca esta patología.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
El síndrome de Burnout necesitaba reconocimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) finalmente lo clasificará como se merece. Pasará entonces de ser una simple condición médica a una enfermedad profesional. Puede obtener licencia por enfermedad e incluso obtener una discapacidad.
Sin embargo, hay quienes no ven con buenos ojos esta noticia, hay voces críticas que tienen otra perspectiva. Ver el síndrome de burnout como un trastorno mental resultante de malas condiciones de trabajo, un ambiente de trabajo tóxico o un empleador explotador significa prestar atención a varios aspectos relevantes del trabajo. El agotamiento laboral no solo se resuelve con tratamiento o ausencia laboral. El problema es crear mejores condiciones de trabajo.
La OMS ha querido dar un paso adelante clasificando esta realidad psicológica muy común hoy en día. Una acción positiva que debe ser el comienzo de una nueva toma de conciencia. Sin duda, se puede garantizar una mejor atención médica y más apoyo. La raíz del problema no está en el trabajador, sino en un mercado laboral precario.
A pesar de los rumores escépticos, tenemos que admitir que esta es una buena noticia. Y lo es porque representa el inicio de un cambio que reconoce un hecho innegable: el agotamiento y el estrés que provocan determinados entornos laborales reducen significativamente la calidad de nuestra vida.
Según estudios de la OMS, el agotamiento psicológico ocurre cuando las demandas de un trabajo superan con creces la recompensa, el reconocimiento y los tiempos de descanso.
Síndrome de Burnout o síndrome de agotamiento emocional
El síndrome de Burnout aparecerá en la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tendrá lugar en 2022 y se incluirá en el apartado "problemas relacionados" con el empleo o el desempleo con el código QD85.
Aún faltan algunos años para que la nueva clasificación entre en vigor, pero es en todo caso el reconocimiento de una realidad que hasta ahora no existía o no estaba bien enmarcada.
Hasta ahora, el trastorno asociado con el estrés laboral crónico se definía vagamente como "problemas relacionados con las dificultades para controlar la vida". Como podemos ver, la referencia directa al trabajo estaba ausente, un aspecto que le permite gestionar casos y resaltar una realidad social innegable.
Las estadísticas también nos informan que el Síndrome de Burnout ya es una epidemia. Christina Maslach, profesora emérita de la Universidad de California en Berkeley, es una de las principales expertas en agotamiento relacionado con el trabajo.
Comenzó a estudiar este fenómeno ya en los años setenta y en la actualidad destaca un aumento de esta realidad. El síndrome de Burnout es devastador: sofoca las ambiciones, el idealismo y hace que las personas pierdan valor.
El alto costo personal del síndrome de burnout
La Dra. Armita Golkar de la Universidad Karolinska en Suecia realizó un estudio en 2014 en el que demostró un hecho realmente sorprendente. El agotamiento emocional y la negatividad causados por el estrés laboral pueden cambiar drásticamente el cerebro de un trabajador.
- Los efectos son similares a los del trauma infantil. Áreas como la amígdala y la corteza cingulada anterior se activan, lo que hace que la persona esté en constante alarma, angustia e incluso estrés postraumático.
- El síndrome de burnout está relacionado con la enfermedad coronaria. Se ha comprobado que es muy común padecer dolor musculoesquelético, fatiga prolongada, dolor de cabeza, molestias gastrointestinales, insomnio, depresión, etc.
- El agotamiento y el estrés laboral aparecen en todas las áreas y categorías de trabajo. Médicos, sanitarios, guardias penitenciarios, almacenistas, profesores, etc. la padecen. Nadie es inmune a esta patología.
¿Qué se conseguirá con la nueva clasificación?
La nueva clasificación internacional de enfermedades (CIE-11) de 2022 establecerá que deben aparecer 3 síntomas evidentes para diagnosticar esta enfermedad profesional:
- Síntomas de agotamiento extremo.
- Negatividad y angustia persistente.
- Disminución de la eficiencia del trabajo.
Con esta nueva clasificación, la OMS busca:
- Dando visibilidad al Síndrome de Burnout y aportando un número real de casos que no estaban diagnosticados hasta la fecha.
- Lograr el objetivo anterior y centrarse en los factores psicosociales del trabajo.
- Establecer mejores condiciones de trabajo y proteger a los trabajadores del estrés derivado de trabajos sobrecargados, horarios imposibles y condiciones de trabajo precarias.
La introducción de estas innovaciones nos da esperanza. Y seremos más felices si no quedan soluciones paliativas simples. De nada servirá dar permiso a un trabajador para que siga la terapia si luego tiene que volver al trabajo en las mismas condiciones. Vale la pena reflexionar sobre esta realidad.