De hecho, se dice que Proust había aislado la habitación en la que escribía y también usaba tapones para los oídos. Solo así podría concentrarse. Wagner dijo que su mayor necesidad para componer una pieza musical era la quietud, el silencio y la calma, mientras que Kafka dijo que necesitaba la soledad para escribir.
Distracción: factor necesario para la creatividad
84 personas participaron en el experimento en cuestión. Su creatividad se evalúa de dos formas diferentes: la primera prueba fue buscar un final creativo para algunas historias. Cuanto mayor era el número de finales y más originales eran, más valían para evaluar la creatividad. La segunda prueba consistió en encontrar soluciones creativas a los problemas de la vida cotidiana. De esta forma, se identificaron las personas más creativas.
Luego, se midió la actividad eléctrica de sus cerebros en busca de señales que indicaran la capacidad de filtrar automáticamente la información no deseada. Para ello, escuchó el sonido de dos clics en los auriculares, separados entre sí por 500 milisegundos. La mayoría de las personas mostraron una fuerte excitación fisiológica al escuchar el primer clic, pero luego inhibieron el segundo. Sin embargo, esto no sucedió con las personas creativas.
Estas personas siguieron mostrando una fuerte activación del segundo clic, lo que reveló que sus filtros para detener información irrelevante no estaban funcionando muy bien. Estos resultados indican que distraerse fácilmente no es tan malo como cree.
La relación oculta entre creatividad y distracción
Los filtros sensoriales nos permiten detectar estímulos irrelevantes del entorno e inhibirlos, para que podamos mantenernos enfocados en lo que estamos haciendo. Sin embargo, estudios recientes indican que en ocasiones en el proceso creativo es necesario que estos filtros dejen pasar alguna información.
Al permitir que una mayor cantidad de estímulos lleguen a nuestra conciencia, aumentan las posibilidades de que podamos recurrir a combinaciones nuevas, diferentes y originales. En la práctica, en las primeras etapas del proceso creativo, la distracción nos permite encontrar más respuestas ya que integra ideas que de otro modo habrían escapado a nuestro enfoque.
Si somos capaces de canalizar estos estímulos en la dirección correcta, entonces la distracción nos permitirá vivir una vida más rica en estímulos y experiencias que pueden desencadenar la creatividad.