Las metas siempre deben estar presentes en nuestros corazones y mentes para ayudarnos a seguir adelante.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Hoy, mañana y pasado mañana. Nunca debemos subestimar la importancia de tener un propósito en la vida.. Nunca dejamos de ponernos metas y recordar lo que es importante para nosotros. Las metas claras despiertan pequeñas alegrías y traen abundancia.
Las metas siempre deben estar presentes en nuestros corazones y mentes para ayudarnos a seguir adelante. Estos son los que nos dan motivos para levantarnos de la cama, energía para pensar que hoy será mejor que ayer, significado para entender que la vida siempre vale la pena vivirla.
Pocas dimensiones son tan esenciales para la salud mental y el crecimiento personal como el hábito de tomar pequeñas y grandes resoluciones.
Esto es lo que más llama la atención cuando hablamos con una persona que está enferma del alma. Él te dirá que ya no tiene ningún propósito. Su realidad está suspendida en el vacío, donde nada da placer y donde los gestos cotidianos carecen de sentido.
Puede tener intereses, pero no disfrutarlos realmente. Puedes tener pareja, amigos y familiares y aun así sentirte vacío.
Es un estado de vida desolador que requiere un largo y delicado trabajo psicoterapéutico para recuperar fuerzas. Reestructurar el pensamiento y redescubrir el equilibrio emocional que se necesita para reconstruir la vida y aclarar nuevas metas.
Es perfectamente normal atravesar periodos en los que nos vemos obligados a reformular nuestras intenciones. Son momentos de transición en los que es necesario ajustar el tiro. Poner fin a un vínculo afectivo, concluir una etapa laboral, enfrentar una gran adversidad, nos obliga a redefinir algunos aspectos.
Hacerlo es bueno. Somos historias, tramas extraordinarias para ser reescritas una y otra vez. Mientras tengamos tinta para escribir nuestros objetivos, todo irá bien.
Un propósito para seguir adelante, para promover nuestro bienestar
En 2016, la Universidad de Harvard puso en marcha un proyecto de investigación con el objetivo de profundizar en el concepto de prosperidad personal. Es una dimensión que puede ir más allá del propio bienestar. Es, ante todo, superación, resiliencia, la capacidad de utilizar los recursos psicológicos para afrontar cualquier circunstancia y ser feliz.
De este programa, que se desarrolla desde hace cuatro años, surge un concepto claro: trabajar por nuestros objetivos es uno de los pilares fundamentales de la prosperidad. Dar sentido a nuestra vida, como diría Viktor Frankl, afecta directamente a nuestro equilibrio mental. Así lo confirman también estudios complementarios, como el publicado en 2019 en el American Journal of Epidemiology.
Según esta investigación, realizada por Ying Chen y Erik Kim, tener un propósito en la vida repercute en la salud física, el equilibrio mental y emocional y la autoestima.
Estas metas, este significado que cada uno de nosotros atribuye a nuestra existencia, actúan como un soporte interior. En ese momento, nada nos pesa, la realidad no está filtrada por el miedo y nos sentimos estables, satisfechos.
¿Qué significa realmente "tener un propósito"?
Una vez que comprenda la importancia de tener un propósito en la vida, puede surgir una pregunta. ¿Qué es realmente un propósito?
Obviamente, este no es un objetivo simple. No es el deseo de una casa más grande o un mejor trabajo. Y menos aún ser esbelta o ser constante en ir al gimnasio.
Es mucho más. Un propósito en la vida trasciende los simples deseos. Es una dimensión elevadora, pero nos da un lugar, nos da metas, esperanza y motivación.
El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi nos lo explica en su libro Flow: The Psychology of Optimal Experience. Un propósito es establecer en nuestras mentes un propósito estable para algo que sea significativo para nosotros, algo que incluso puede ir más allá de nosotros mismos.
Ser útil a los demás, por ejemplo. Crea algo que pueda inspirar (un libro, una canción, una forma de arte). Podría ser aprender o ganar más sabiduría. O, de nuevo, hacer felices a nuestros seres queridos, cuidar a las personas que amamos.
La importancia de tener un propósito en la vida
Mark Twain dijo que los días más importantes de nuestra vida son dos. El primero, el día que nacemos. La segunda, aquella en la que averiguamos por qué. A veces es agotador. Es difícil decir qué es lo que realmente calienta nuestro corazón y lo hace latir.
Pero siempre llega un momento en que sentimos un aguijón, esa pasión, ese sentido. Es importante saber distinguirlos y no perder nunca un propósito para seguir adelante. Porque solo así podremos luchar contra la adversidad. Con las metas vienen las oportunidades y el optimismo necesarios para enfrentar las tormentas.
Por otro lado, los propósitos pueden cambiar. No es lo mismo tener 20 que tener 60. Ya no somos los mismos cuando cerramos una puerta y abrimos otra, tanto en la vida amorosa como en la laboral. Inmediatamente aparecen en el horizonte nuevas necesidades, nuevos sentimientos, nuevas metas que alimentan la esperanza.
Tenemos que tener esto en cuenta. En cada uno de nosotros hay una llama interior que calienta los sueños e ilumina el camino. Sigamos así.