Las palabras tienen una gran influencia en nosotros, incluso si no nos damos cuenta. De hecho, a veces tratamos de analizar un discurso palabra por palabra tratando de averiguar por qué se usaron algunos términos en lugar de otros. Por ejemplo, un estudio interesante reveló recientemente que muchos libros que se han convertido en best sellers contienen adjetivos en el título.
La buena noticia es que también podemos usar palabras a nuestro favor, usándolas para motivarnos cuando nos sentimos frustrados o simplemente agotados bajo la enorme carga de trabajo. Como puedes imaginar, en esos momentos en los que nos sentimos desanimados nuestro diálogo interior ya no es nuestro mejor amigo, sobre todo porque contribuye aún más a hacernos perder la motivación. Al respecto, hay tres palabras que en estos casos tienen un poder casi mágico.
1. yo quiero. Cuando nos sentimos desmotivados, solemos pensar en todas las cosas que no queremos, todas las cosas que queremos evitar y todos los problemas que tenemos que afrontar. En definitiva, solo nos centramos en los aspectos negativos.
Nunca es necesario aplicar un positivismo extremo, porque no siempre funciona, pero a menudo es más saludable, divertido y motivador concentrarse en las cosas que realmente queremos. De esta manera desarrollamos una actitud positiva y, por tanto, podemos mirar hacia el futuro librándonos de ese diálogo interior negativo que nos obstaculiza y frena.
Entonces, la próxima vez que se sienta desmotivado, deténgase unos minutos para analizar su diálogo interno. Si se está enfocando exclusivamente en todos los aspectos negativos y en todas las cosas que desea evitar, llévelo al siguiente nivel y concéntrese en lo que realmente desea.
2. Yo decido. Cada vez que tomamos una decisión le estamos diciendo a nuestro cerebro que debemos trabajar en esa dirección, nos estamos fijando una meta. Cuando nos sentimos desmotivados, tendemos a posponer las decisiones porque no nos sentimos lo suficientemente fuertes para enfrentarlas.
Pero en lugar de dejar que este círculo vicioso nos atrape en su red, debemos esforzarnos por considerar una nueva meta, una meta que se pueda lograr aquí y ahora. Esto nos dará la energía para continuar. Por qué fijarse una meta y trabajar para lograrla
es una de las mejores formas de encontrar motivación.
3. yo hago. Cuando estamos desmotivados comenzamos a postergarnos, nos volvemos perezosos, dejamos que nuestra mente divague perezosamente y terminamos sin hacer nada. Este estado de apatía suele generar más desmotivación, por lo que la mejor forma de salir de esta trampa es hacer algo. No digas "sí, quiero esto o aquello", sino más bien di: "quiero, ahora hago esto o aquello".
No hay necesidad de hacer algo importante o extraordinario, simplemente poner la mano en cualquier cosa que hayamos dejado inconclusa o que deseamos hacer. Simplemente moverse físicamente o activarse mentalmente ya es motivador en sí mismo.
Para concluir estas reflexiones, nada mejor que recordar una frase de Siddhartha Gautama: “Somos lo que pensamos. Nuestra vida es producto de nuestros pensamientos ".