Viajar te cambia para siempre
1. Te transforma en una persona más abierta a nuevas experiencias. Cualquiera que haya viajado puede confirmar que las cosas no siempre salen según lo planeado. Los retrasos en los vuelos, el mal tiempo o cualquier otro inconveniente pueden obligarnos a cambiar nuestros planes. Por lo tanto, los viajeros frecuentes suelen ser conscientes de que lo que realmente importa no es la situación en sí, sino cómo reaccionas ante ella. Por eso estas personas permanecen abiertas a nuevas experiencias y adoptan una actitud más flexible y espontánea, aprenden a fluir con la vida.2. Te hace juzgar menos a los demás. Por lo general, a la gente no le gusta lo que no entiende y lo critica con dureza. Pero cuando viajamos nos vemos expuestos a diferentes culturas y formas de pensar que terminan cambiando nuestra cosmovisión y borrando nuestros estereotipos. Refiriéndose a este efecto, Mark Twain dijo una vez: "viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de miras". Pero este cambio solo ocurre cuando realmente intentamos comprender la cultura local, cuando nos ponemos en el lugar de los demás.
3. Impulsa tu extroversión. Viajar significa tener que hablar con mucha gente que no conoces, desde asistentes de vuelo y conserje del hotel hasta el conductor del autobús o un compatriota conocido en el país extranjero. En cierto modo, viajar nos obliga a exponer nuestro lado más extrovertido, por lo que poco a poco nos daremos cuenta de que nos sentimos cada vez más cómodos hablando con extraños. De esta forma terminamos haciendo nuevos amigos y mejorando nuestras habilidades sociales.
4. Su zona de confort se expande dramáticamente. Cuanto más viajamos, más lejos estamos dispuestos a ir y descubrir cosas diferentes. De esta forma iremos ampliando poco a poco nuestra zona de confort, hasta que un día nos demos cuenta de que nos sentimos cómodos en situaciones que antes eran impensables. Esto se debe a que nuestro cerebro se da cuenta gradualmente de que no hay nada malo o peligroso en aventurarse más allá de los lugares que conocemos o alejarnos de nuestros hábitos y costumbres. Al hacer esto, desarrollamos una sólida confianza en nosotros mismos que será muy útil en la vida cotidiana.
5. Desarrollar la creatividad. No hay nada como viajar, un nuevo paisaje, una arquitectura diferente o incluso nuevos sabores para potenciar la creatividad. Por lo tanto, las personas que realizan trabajos creativos deben viajar con frecuencia y encontrar nuevas fuentes de inspiración en estos viajes. De hecho, viajar nos empuja a pensar más allá de los límites establecidos y revela nuevas formas de hacer las cosas. En este sentido, un estudio realizado en INSEAD en Fontainebleau reveló que las personas que pasan tiempo en países extranjeros para explorar otras culturas no solo son más rápidas en la resolución de problemas, sino que también encuentran soluciones más creativas.
6. Te hace valorar más lo que tienes. Quienes viajan con los ojos bien abiertos a menudo regresan a casa sintiéndose muy agradecidos. De hecho, alejarnos de la rutina diaria nos permite apreciar las pequeñas cosas que normalmente damos por sentadas, pero que no lo son. Dejamos de quejarnos de lo que no tenemos, para empezar a estar agradecidos por lo que tenemos. Este es un gran cambio de perspectiva que nos hará mucho más felices, porque nos daremos cuenta de que los que tienen más ya no son felices, sino los que necesitan menos.
7. Te hace asumir tu parte de responsabilidad. Cuando viajamos, especialmente si nos embarcamos solos en estas aventuras, nos damos cuenta de que cada una de nuestras acciones tiene consecuencias. Si llegamos tarde no nos retrasarán el vuelo y si nos quedamos en la cama por la mañana en el hotel es probable que perdamos la oportunidad de desayunar. Además de estas pequeñas molestias cotidianas, debemos aprender a manejar nuestra vida en un país extranjero, probablemente con diferentes idiomas y costumbres. Sin duda estas experiencias nos harán crecer y hacernos personas más responsables Por último, recuerda que no tienes que viajar para escapar de la vida, sino para que la vida no se te escape.