Tu eres tus metas y tu camino
Luchar por tus sueños y tener el coraje para lograrlos es la clave para vivir sin remordimientos. Pero también esconde un peligro mortal; por ejemplo, imagina que tienes un sueño muy ambicioso y trabajas incansablemente para hacerlo realidad. Entregue su cuerpo y alma, día tras día, para lograr el éxito deseado. Sin embargo, es probable que cuando alcances la codiciada meta sientas un vacío interior, no sientas la satisfacción que esperabas y, por lo tanto, comenzarás a preguntarte si lo hiciste bien, si valió tanto sacrificio. En ese preciso momento quizás te preguntes si no hubiera sido mejor pasar esos años disfrutando de otros placeres de la vida en lugar de dedicarte al 100% a hacer realidad tu sueño. De hecho, un estudio muy interesante realizado en el University College London ha demostrado sin sombra de duda algo que probablemente ya sepa: que somos incapaces de predecir nuestras reacciones emocionales ante situaciones futuras. En este experimento, los psicólogos reclutaron a 47 personas y les dieron 10 libras que debían compartir como quisieran con un extraño que estaba en otra habitación. Pero también dijeron que si el extraño rechazaba la oferta, se quedarían con las manos vacías. Luego se les preguntó cómo se sentirían si fuera así Obviamente, todo estaba preparado para que el extraño rechazara la oferta y la gente perdiera su dinero, porque el objetivo era evaluar con qué precisión los participantes podían predecir sus emociones en la cara Sorprendentemente, la mayoría de los participantes se sintieron menos decepcionados de lo que imaginaban. A continuación, los investigadores reclutaron a 27 estudiantes y les pidieron que pronosticaran cómo se sentirían si recibieran una calificación baja o alta en uno de los exámenes de fin de año. Los investigadores regresaron después del examen y volvieron a preguntar cómo se sentían. Nuevamente se encontró que los adolescentes habían sobrestimado sus emociones, tanto negativas como positivas. Estos experimentos muestran que tendemos a exagerar el impacto emocional de la situación, pensando que nos sentiremos mejor o peor. Por eso, después de haber cultivado un sueño durante mucho tiempo, cuando finalmente se hace realidad, no nos sentimos tan felices como pensábamos. Y ser consciente de esto puede ser devastador, sobre todo si hemos invertido mucho tiempo y todas nuestras ilusiones en el proyecto, así que aunque sea cierto que debemos apuntar alto, que debemos luchar por nuestros sueños y no rendirnos nunca, el hecho es que debemos aprender sobre todo a disfrutar del viaje. Es importante encontrar el equilibrio, porque de lo contrario corremos el riesgo de llegar vacíos a la meta. Esto significa que mientras trabajamos para hacer realidad nuestros sueños, también debemos aprender a apreciar lo que tenemos, aquí y ahora. No es una contradicción, pero significa evitar vivir en la frustración, esperar perpetuamente a que los sueños se hagan realidad. También significa que debemos ahorrar energía y esfuerzo. No se trata de encontrar siempre la mejor plaza de aparcamiento, a cualquier precio.¿Qué lección nos enseña la teoría del aparcamiento gratuito de por vida?
- No tengas miedo de fallar o cometer errores., porque siempre puedes volver a tu zona de confort. Recuerda que no hay peor arrepentimiento que el que proviene de dejar escapar los sueños porque no tuviste el valor de agarrarlos en el momento adecuado.- Cuando se trata de grandes sueños, no apunte inmediatamente al "Plan B", ten el coraje de correr riesgos, porque solo así sabrás de lo que eres capaz. Cuando te obligas a dar un paso más, expandes tu potencial y das lo mejor de ti.
- Si fallas, no te avergüences, errar es humano y los errores son parte del aprendizaje. Simplemente acepta la experiencia, no te desanimes y vuelve a trabajar para encontrar un proyecto más realista y accesible.
- Mientras trabaja para hacer realidad sus sueños, recuerde disfrutar de su presente, porque eso es todo lo que realmente tienes. No dejes que la promesa del futuro te quite la felicidad que puedes disfrutar ahora mismo. Mire al futuro con esperanza, no con frustración.