Amar significa no idealizar a la pareja. Significa dejar de lado el dolor que nos han causado los demás para reconocer que estamos aquí y ahora, frente a alguien que merece lo mejor de nosotros. Los vacíos del ayer no se pueden proyectar en el presente.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Amar es dar lo que no se tiene. Significa ver al otro como único, nuevo y excepcional, merecedor de lo mejor de nosotros y no proyectar viejos patrones erróneos del pasado sobre él/ella.
Debemos amar de manera auténtica, libre y madura sin pretender que este afecto nos lleve a formas de amor ya vividas y conocidas que nos han hecho sufrir. Dar lo que no tenemos es abrazar el aquí y ahora para dar valor al otro.
El psicoanalista francés Jacques Lacan logró transmitir sus teorías, afirmaciones y conocimientos con una notable dialéctica. En virtud de ello, reconocemos su importancia y su competencia para inducir a la reflexión sobre cuestiones decisivas como el amor.
El aforismo de Lacan “amar es dar lo que no se tiene, al que no se tiene” constituye un oxímoron que vuelve a jugar con la jerga psicoanalítica. El objetivo de Lacan era inducir al lector a reflexionar sobre la tendencia a establecer relaciones a partir de la carencia: en la edad adulta buscamos el amor que no recibimos en la infancia.
Buscamos en la nueva pareja el cariño que nos privó la anterior. Abrazamos siempre el amor, del cual tenemos una visión ideal. Renunciar a este ideal nos permitirá liberarnos del pasado para dar a nuestra pareja lo que no hemos recibido, es decir, afecto genuino.
¿Por qué "amar es dar lo que no se tiene"?
El aforismo "amar es dar lo que no se tiene" se justifica en la complejidad de las conexiones entre los seres humanos. Jacques Lacan habló de ello durante su VIII seminario "La transferencia" refiriéndose al Banquete de Platón.
Lacan enfatizó que el amor muchas veces se manifiesta bajo la figura de un amante herido por la carencia. Esto nos hace pensar que lo que nos falta está escondido en el otro y que él está obligado a dárnoslo.
Sigmund Freud también abordó la cuestión: durante la terapia psicoanalítica el paciente tiende a trasladar numerosas carencias y lagunas provocadas por la ausencia de amor, especialmente en la infancia. Proyectamos esta transferencia, es decir que “nos falta algo”, en casi todas las relaciones.
Repetimos las relaciones del pasado
Jacques Lacan y Freud coinciden en que nuestro inconsciente nos afecta más de lo que pensamos. Hasta el punto de boicotear la forma en que interactuamos con el mundo, por ende, nuestras relaciones. Necesitamos y buscamos por encima de todo el amor, la aprobación.
La frase "amar es dar lo que no se tiene" alude por tanto a un hecho concreto arraigado en nuestro inconsciente: el paraíso perdido de la infancia. Una parte de nosotros lleva la sombra de un pasado inconcluso.
Las deficiencias de nuestros padres, que pueden no haber nutrido todas nuestras necesidades, no han abrazado nuestros miedos ni nos han ofrecido un apego seguro y satisfactorio.
Según Lacan, a medida que crecemos queremos sanar ese paraíso perdido (el de la infancia). Esta necesidad hace que muchas relaciones afectivas fracasen y esto crea más vacíos, más deseos, más angustias insatisfechas.
En cada lazo, repetimos el mismo patrón hasta renderizar el amor es una repetición frustrante que huele a infelicidad e incomprensión.
Amar es dar lo que no se tiene a quien no se tiene
Según el psicoanálisis, existe un camino ineludible para alcanzar la satisfacción y madurez en nuestras relaciones. Es a través de la resignación y la aceptación.
Tenemos que renunciar al amor que no recibimos en la infancia porque ese tiempo ya pasó, porque el cariño de los padres no es lo que podemos recibir de nuestra pareja.
También debemos ceder a esa obsesión por buscar nuevos amores para recibir el amor que otros no han podido darnos. Porque esas personas que nos han hecho daño son otros y quien hoy ocupa nuestro corazón es otro. Exigir que alguien repare lo que otros nos han causado no es lógico, no es maduro.
Tenemos que empezar de cero y aceptar lo que no hemos recibido en el pasado (amor). Luego nos sentiremos más libres para dar y recibir, para reconocer al otro sin exigir, para dejar de lado el pasado y abrazar el presente.
Amar es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es, porque esa persona es otra (distinta de las que nos han hecho daño en el pasado).
Amar aquí y ahora, dejando atrás lo que ya no está
Persiste el sufrimiento de una infancia o de un pasado traumático, es cierto. Los efectos de una pareja que nos ha traicionado o que ha vulnerado los principios fundamentales de respeto y compromiso perduran en el tiempo, no hay duda.
Sin embargo, nada es tan indispensable como abrirse a nuevas relaciones a partir del presente, del aquí y ahora, dejando atrás lo que ya no existe, lo que ya no existe. Esto lleva tiempo.
Para traspasar este umbral y permitirnos establecer vínculos más felices, necesitamos trabajar nuestra autoestima, aceptar el pasado, sanarlo y fortalecer la autoconciencia. Solo así será posible construir un futuro más sólido.