"Estoy aquí para ti, te apoyo y te entiendo". Pocas cosas nos reconfortan como recibir apoyo emocional. Sin embargo, en última instancia, aún debemos ser capaces de resolver nuestros problemas y enfrentar los desafíos diarios por nuestra cuenta.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
El término “regulación emocional extrínseca” define aquellas situaciones en las que una persona nos ofrece su apoyo, en el que su simple presencia o sus palabras nos transmiten paz interior, calma y bienestar. Incluso el apoyo psicológico poco profesional de quienes nos rodean a veces puede ser adictivo, tanto que ya no podemos prescindir de él.
Para entender mejor este concepto, daremos un ejemplo. Todos tenemos un amigo que siempre viene a nosotros cuando tiene un problema o está pasando por un mal momento. En estos momentos, no dudamos en pasar un rato con él ofreciéndole nuestra cercanía y comprensión. Sin embargo, hemos comenzado a notar que nos llega cada vez con más frecuencia.
Es posible que este amigo sea "adicto" al apoyo emocional. Algunas personas, de hecho, no pueden o no pueden gestionar sus estados emocionales sin la ayuda de los demás. “No sé cómo hacerlo sin ti”, nos dicen. Si bien nunca les hemos negado nuestra ayuda, sabemos que estas dinámicas no son del todo sanas.
Cada uno de nosotros debe aprender a manejar sus emociones. Es nuestra responsabilidad resolver nuestros problemas y aprender las estrategias adecuadas de regulación emocional. Confiar únicamente en la regulación emocional extrínseca no es la solución.
¿Por qué recurrimos a la regulación emocional extrínseca?
La regulación emocional extrínseca es un campo de estudio relativamente nuevo. En el pasado, la psicología se ha interesado principalmente en estudiar los mecanismos por los cuales las personas autorregulan sus estados emocionales. Somos seres sociales y es natural que busquemos el apoyo de los demás.
Este modelo parte de la teoría de la referencia social de Jim Coan. De acuerdo con este enfoque, el cerebro está bajo estrés durante el aislamiento; viceversa, la cercanía con nuestros semejantes nos da bienestar.
Compartir nuestras emociones con otra persona reduce el sentimiento de amenaza, dándonos los recursos para afrontar las dificultades y haciéndonos sentir aceptados. Todo esto es fundamental y necesario para nuestra supervivencia.
¿En qué consiste la regulación emocional extrínseca?
La regulación emocional extrínseca es el proceso por el cual una persona influye en el estado emocional de otra. Esto se hace a sabiendas y de forma voluntaria para regular el estado de ánimo de la persona que tenemos delante.
Si volvemos al ejemplo inicial, descubriremos que somos nosotros los que regulamos el estado de ánimo de ese amigo que está pasando por un mal momento.
- No hay contagio emocional. No nos sentimos "impregnados" por el estado emocional de la otra persona, ni ella se ve afectada por nuestro estado emocional. Más bien, hay un claro deseo de regular su estado de ánimo.
- Hay una intención premeditada. Es decir: “Trataré de que esa persona se sienta mejor señalándole ciertos aspectos, invitándole a abandonar ciertos pensamientos para adoptar otros”.
Los demás pueden afectarnos emocionalmente de muchas maneras (y no todas son positivas)
Hasta ahora hemos hablado de la regulación emocional extrínseca como un mecanismo ideal para ofrecer apoyo, pero no vale la pena descuidar otros aspectos. Esta regulación puede ser positiva o negativa.
En otras palabras, las personas también pueden usar su influencia para causar malestar o herir intencionalmente. Imaginemos, por ejemplo, que nuestro interlocutor no dude en decirnos «bueno, si estás enfermo, yo estoy peor», «siempre tienes el mismo problema, está claro que no sabes llevar las riendas de su vida. Estos comentarios afectarán negativamente a nuestro estado de ánimo.
El aspecto más complejo de la regulación emocional extrínseca negativa es que no siempre es evidente. Desafortunadamente, algunas personas nos lastiman y debilitan de una manera tan sutil que ni siquiera nos damos cuenta.
No es bueno depender únicamente del apoyo emocional externo
Romper con la pareja, perder el trabajo, perder a un familiar, fracasar en un proyecto… Todos pasamos momentos difíciles en los que necesitamos un apoyo emocional extrínseco (externo).
Pero para disfrutar de beneficios reales y superar las dificultades, heridas y obstáculos diarios, se debe establecer una regulación emocional interna. Si no gestionamos nuestras emociones y esperamos siempre que los demás lo hagan por nosotros, seremos presos de la adicción.
Esperar a que otros reduzcan nuestro malestar es un poco egoísta. Nos podemos beneficiar, pero al final será como poner un paño tibio sobre una herida: calma el dolor, pero la herida sigue ahí, abierta y sangrando.
Es nuestra responsabilidad gestionar y hacer frente a las emociones cotidianas, positivas y negativas. El apoyo externo es un pilar en la vida de todo ser humano, eso es cierto. Y es correcto que recurras a los demás de vez en cuando.
Sin embargo, no podemos ni debemos acostumbrarnos a esto. La madurez emocional requiere una cierta cantidad de independencia. que te permite resolver y superar tu dolor.