Dentro de cada uno de nosotros hay un sabio esperando poder hablar. Si estamos tristes, este sabio interior probablemente querrá decirnos algo, y es importante dejarlo. Hay algunas preguntas que pueden ayudarnos a transmitir su mensaje.
Última actualización: 12 de junio de 2020
Cuando estamos tristes vale la pena hacer algunas preguntas útil para comprender el por qué de nuestro estado de ánimo. Estar triste a veces es perfectamente normal, es inútil buscar explicaciones que no se encontrarÃan.
Hay momentos en los que nos parece que la vida que estamos viviendo no logra sacudir nuestro interés y mucho menos nuestro entusiasmo. Momentos en los que simplemente nos dejamos llevar por la corriente, sin querer intervenir en lo que nos pasa.
Otras veces, sin embargo, somos conscientes del motivo de nuestra tristeza; ya sea una pérdida, una decepción o un fracaso. La razón que nos llevó a estar tristes es tan intensa que no podemos pensar en otra cosa.
"La tristeza es como un muro entre dos jardines".
-Khalil Gibran-
Hay momentos en la vida en los que estar triste es inevitable. En otros, en cambio, fácilmente podrÃamos prescindir de él, pero no podemos porque, sin saber cómo, inconscientemente seguimos alimentando nuestra tristeza.
Preguntas para hacer cuando estamos tristes.
¿Hice algo por lo que me siento culpable?
Muchas veces nuestra tristeza no desaparece porque tampoco desaparece la culpa que la sustenta. Lo lamentable es que muchas veces esa culpa es puramente imaginaria, porque no corresponde a un hecho provocado por nuestras responsabilidades, sino más bien a una fantasÃa que no somos capaces de identificar ni de elaborar.
La culpa a menudo se relaciona con un evento que afectó negativamente tanto a los demás como a nosotros mismos. Nos culpamos por el simple hecho de que no podemos digerir o remediar ese evento.
¿He sido fiel a mis deseos?
Otro motivo que provoca tristeza, especialmente cuando no identificamos una causa especÃfica, es la disonancia. Por una razón u otra, hemos contenido nuestros deseos, nuestros sueños o nuestras relaciones.
Esto genera un sentimiento de profundo malestar hacia nosotros mismos. La tristeza en este caso va más allá de la simple exteriorización de este malestar interior.. Más que tristes, estamos enojados con nosotros mismos. Nos sentimos presionados por una ambivalencia en la que queremos algo, pero obtenemos otra cosa.
¿Soy leal a mis creencias?
Similar al anterior, esta pregunta enfatiza la contradicción entre lo que pensamos y lo que practicamos. A veces, por ejemplo, nos puede haber pasado que hemos sido testigos de una injusticia que, sin embargo, no hemos podido enfrentar por miedo, negligencia o inseguridad.
A veces nos hemos inclinado ante las ideas de otros simplemente por la necesidad de no querer ir contra la corriente. En el fondo sabemos que esas ideas chocan con nuestras verdaderas creencias y sentimos un sentimiento de ira hacia nosotros mismos.. Como en el caso anterior, el reproche nos entristece.
¿Comà y dormà bien?
A veces cuando estamos tristes no se debe a nuestras emociones y pensamientos. A menudo tiene más que ver con un estilo de vida demasiado agitado o caracterizado por la falta de cuidado personal.. El cansancio y la mala alimentación también pueden conducir a un estado de tristeza, especialmente si se prolonga en el tiempo.
La falta de descanso afecta considerablemente nuestras emociones. El mero hecho de no dormir lo suficiente nos lleva a provocar un estado de indiferencia y nerviosismo hacia todo lo que nos rodea. De manera similar, cuando no comemos bien, nuestro cerebro sufre, lo que nos irrita y nos deprime.
¿Qué me harÃa sentir mejor?
Esta es quizás la pregunta más importante que debemos hacernos cuando estamos tristes.. A veces no podemos encontrar la respuesta de inmediato, aunque casi siempre está frente a nosotros. A corto plazo, acciones sencillas como respirar aire puro, dar un paseo o alejarse de un determinado entorno ayudan mucho.. A la larga, cambiar de trabajo, resolver problemas con su pareja u obtener apoyo profesional puede ayudar.
La tristeza como tal nunca es ni positiva ni negativa. Es una realidad que todos experimentamos y que todos conocemos bien. Sin embargo, si ocurre de forma recurrente, es importante entender la causa. Ciertamente hay algo que lucha por salir a la superficie y dejar que suba podrÃa levantarnos el ánimo.