¿Qué estado emocional se tiene después de una cirugía estética? Respondamos a esta y otras preguntas para que conozcamos los desafíos mentales de tal elección.
Última actualización: 17 de junio de 2022
Desde pequeños se nos dice que la belleza es interna, pues depende de los valores y creencias de la persona. También consideramos superficial el cuidado de la apariencia física y juzgamos con dureza a quienes deciden modificar su cuerpo. Sin embargo, nuestra apariencia determina en gran medida cómo nos sentimos y cómo nos relacionamos entre nosotros; Debido a esto es interesante conocer el impacto de la cirugía estética en el bienestar psicológico.
Se estima que más de 25 millones de personas en todo el mundo se someten a cirugías o tratamientos estéticos cada año. Y esta tendencia se ha incrementado en los últimos tiempos.
Sin embargo, lejos de ser una cuestión de vanidad, estos procedimientos pueden conducir a una mejora significativa en la calidad de vida del paciente.
La importancia del aspecto físico
Preocuparse por tu imagen no es una actitud superficial o vanidosa. Es natural que todos presten atención a su apariencia y se esfuercen por hacerla agradable.
Tenemos presente que somos seres sociales por naturaleza, necesitamos ser aceptados y nuestra apariencia es la tarjeta de presentación en el mundo.
Cómo nos perciben los demás afecta las oportunidades que tendremos para construir relaciones, encontrar un trabajo o tener éxito en varias áreas de la vida. Por suerte o por desgracia, si nuestra apariencia no es socialmente deseable, en muchas ocasiones ni siquiera se nos permitirá mostrar nuestra personalidad.
Sin embargo, el impacto no viene solo de la reacción que provocamos en los demás, sino sobre todo de la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Algunas investigaciones indican que aquellos que se consideran menos atractivos que el promedio también tienden a tener baja autoestima, dificultad para establecer relaciones interpersonales y experimentar emociones más desagradables como vergüenza, tristeza, irritación o ansiedad.
En resumen, el bienestar psicológico está influenciado por la autopercepción; y si esto es negativo, el nivel emocional, social y personal se verá afectado.
Cómo afecta la cirugía estética al bienestar psicológico
Gracias a los avances médicos y tecnológicos, hoy en día es posible cambiar casi todos los aspectos del cuerpo de una persona. Los signos del envejecimiento se pueden frenar y podemos corregir todo tipo de imperfecciones.
Esto nos permite deshacernos de nuestros complejos y aumentar la autoestima. En teoría, esto debería tener un efecto positivo en nuestro estado de ánimo. Sin embargo, este no es siempre el caso.
Algunos estudios han analizado el impacto de la cirugía estética en el bienestar psicológico, observando que no existen diferencias significativas en términos de bienestar entre quienes se han sometido a un tratamiento estético y quienes están a punto de someterse a él.
El modesto aumento en el bienestar y la satisfacción se ve solo en el corto plazo, pero los efectos no son duraderos.
Esto puede deberse al fenómeno conocido como adaptación hedonista. por lo que rápidamente nos acostumbramos a las situaciones que dan placer y dejan de tener un impacto en nuestro bienestar.
Esto sucede, por ejemplo, cuando encuentras pareja, obtienes un ascenso o ganas la lotería. Y también puede ocurrir después de un tratamiento estético.
Por otro lado, el la cirugía estética ayuda a adaptar la apariencia a los estándares establecidos, por lo tanto ser socialmente aceptado. Se esperaría que este efecto tuviera un gran impacto en el bienestar personal, pero, de nuevo, no siempre es así.
La investigación revela que los que se consideraban más atractivos no disfrutaban necesariamente de una mayor riqueza. Por el contrario, quienes se consideraban más atractivos eran más felices.
Y este parece ser el quid de la cuestión: no es nuestro aspecto objetivo el que determina nuestra felicidad ni la forma en que los demás nos ven, es la visión que tenemos de nosotros mismos lo que es decisivo.
Abordar los tratamientos estéticos con precaución y mesura
Podemos deducir que el impacto de la cirugía estética en el bienestar psicológico puede ser positivo siempre que ayude a mejorar la autoimagen de la persona. En otras palabras, cuando se trata de un tratamiento estético muy anhelado, destinado a solucionar un complejo origen de malestar y sufrimiento.
Sin embargo, no podemos ignorar los riesgos de estas intervenciones, que pueden convertirse en una verdadera adicción sin lograr el completo bienestar esperado y deseado. No podemos confiar en nuestro valor y autoestima únicamente en lo físico.
El bienestar emocional es una dimensión personal y profunda que debe abordarse con responsabilidad. Ninguna cirugía podrá solucionar las carencias emocionales.
A la luz de esto, antes de someterse a cualquier cirugía estética, tanto el paciente como los profesionales deben analizar las motivaciones subyacentes. Se puede lograr un aumento de la autoestima que tiene un impacto positivo en el bienestar y las relaciones, pero no debe tomarse a la ligera.