Cuando compartimos nuestras preocupaciones y sentimientos, queremos ser comprendidos, no juzgados. Identificar a las personas que pueden desempeñar con éxito este rol es una habilidad que nos puede ayudar mucho y es el primer paso para sentirnos mejor.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Seguro que te has preguntado con quién es más adecuado compartir tus sentimientos. No todas las personas son receptivas o adecuadas, eso seguro, por muy cercanas que nos parezcan. Asimismo, hay quienes, con toda la buena fe del mundo, terminan haciéndonos sufrir con un comentario inapropiado o dándonos un consejo cuando solo queremos ser escuchados. Por ello, es recomendable seguir unas pautas para elegir con quién compartir tus sentimientos.
Nos han dicho en muchas ocasiones que compartir nuestros sentimientos con los demás es tan positivo como catártico. Sin embargo, no todas las personas son aptas para practicar este tipo de "artesanía emocional".
Si miramos hacia atrás, encontraremos que en algún momento habremos dejado de compartir nuestro dolor, nuestra alegría o nuestro asombro con alguien. Sucede con frecuencia. Pensamos que un amigo, un colega o incluso una hermana no son lo suficientemente receptivos para comprender nuestros sentimientos.
Muchas veces encontramos que ese alguien no representa el refugio del dolor que imaginábamos, quizás porque no le da la debida importancia a lo que nos hace sentir mal y nos preocupa. También están los que nos juzgan o los que simplemente es muy torpe y no puede ponerse en nuestros zapatos y ayudarnos.
“Estando en silencio aprendemos a escuchar; escuchando aprendemos a hablar; finalmente, hablando, aprendemos a callar”.
-Diógenes-
¿Con quién podemos compartir nuestros sentimientos?
Charlote Brontë decía que el interés del oyente estimula el lenguaje del hablante. Todos lo hemos probado más de una vez en nuestra piel; es una experiencia catártica y reconfortante.
El estudio realizado por el Dr. Ullrich Wagner de la Universidad de Münster, Alemania, nos muestra que compartir tus sentimientos con buenos amigos activa el sistema de recompensa del cerebro. Tras los momentos de complicidad, la sensación de bienestar aumenta.
A menudo, sin embargo, lo contrario también es cierto. Creemos que podemos confiar en ciertas personas que consideramos de confianza para compartir ciertas experiencias y sentimientos, pero luego nos arrepentimos. Esto puede tener importantes consecuencias en nuestro estado de ánimo.
Por ejemplo, si un adolescente decide compartir sus sentimientos y pensamientos pero recibe críticas o se burlan de él, se pueden presentar diferentes escenarios. El primer escenario implica el cierre, por lo que el adolescente elegirá no compartir nada más con nadie. En el otro, en una fase fatídica como la adolescencia, puede dañar mucho su autoestima.
No todas las personas pueden escuchar u ofrecer apoyo emocional. Por lo tanto ¿Cómo entender con quién compartir tus sentimientos? Aquí hay algunos consejos útiles.
Advertencia: compartir tus sentimientos no es una forma de comunicación
Hay quienes no usan filtros cuando hablan y no tienen problema en ser honestos. Estas personas tienden a compartir cada pensamiento y sentimiento con colegas, amigos y conocidos. Las consecuencias de esta práctica indiscriminada pueden ser tan graves como desastrosas.
Recordemos, pues, ser precavidos, prudentes e inteligentes. Saber que alguien está a nuestro lado no lo convierte automáticamente en el apoyo adecuado para nuestra reflexión. Compartir emociones o sentimientos no es otra forma de comunicación, sino un intercambio más íntimo y delicado.
Escuchar sin juzgar, escuchar sin dar consejos
Cuando elegimos compartir algo con alguien, no esperamos que resuelva el problema por nosotros. Con frecuencia solo queremos una persona que pueda escucharnos y, sobre todo, entendernos.
Por eso es normal ser honesto con esa persona que no duda en colmarnos de consejos e incluso darnos un itinerario de lo que debemos hacer. También están los que son buenos juzgando: “no debiste hacer tal cosa”, “te fías demasiado”, “otra vez te equivocas, está claro que no es tu campo”.
Es importante evitar estas dinámicas: si quieres compartir tus sentimientos con alguien, elige bien, busca a una persona que sepa escuchar, que sea capaz de mostrarte empatía y comprensión genuina.
Comparte tus sentimientos con aquellos que pueden crear espacios emocionalmente seguros
Hay amigos o incluso conocidos que tienen la habilidad especial de crear espacios seguros donde la confianza es palpable, donde nos sentimos bien, seguros y comprendidos. También puede ocurrir que la persona que es capaz de escucharnos de la forma que necesitamos no sea ni nuestra pareja ni nuestro mejor amigo.
Independientemente de lo que podamos pensar que está sucediendo, esto es normal. A veces las figuras que siempre nos han acompañado no son las más adecuadas en un momento dado para escucharnos. Sabemos que nos aman y quieren lo mejor para nosotros, pero hay momentos en que necesitamos otras perspectivas, de un apoyo que defienda nuestros intereses de forma más o menos emocional.
Por eso debemos aprender a buscar bien, a encontrar a esa persona especial que sea capaz de escucharnos como nos merecemos. Es importante ser cauteloso e inteligente cuando se trata de compartir sus sentimientos. Un comentario equivocado puede hacer mucho daño, pero una mirada que nos acoge con cariño, sin juzgarnos, reconforta y cura. Vamos a pensarlo.