Digestión mental y problemas intestinales.

Digestión mental y problemas intestinales.

La ciencia ha identificado un vínculo entre la salud y el funcionamiento del cerebro y el intestino. En este contexto, el concepto de digestión mental se refiere a las experiencias subjetivas absorbidas y que resultan en problemas intestinales.

Digestión mental y problemas intestinales.

Última actualización: 18 de febrero de 2020

El sistema digestivo es muy reactivo a los cambios emocionales. Puede ocurrir que una persona se impresione demasiado y vomite o que se sienta nerviosa y tenga dolor de estómago. Por esta razón, e.e. Ante el problema generalizado de las digestiones lentas, se ha hablado de digestión mental.



Hoy somos conscientes del vínculo muy fuerte que existe entre el intestino, por lo tanto de su bienestar y funcionamiento, y el cerebro. No es raro referirse al intestino como el segundo cerebro. Es el único órgano del cuerpo que funciona de manera absolutamente independiente; es decir, no necesita el "permiso" del cerebro.

El intestino también obedece al sistema nervioso entérico (SNE), que es una derivación del sistema autónomo. Tiene sus propios circuitos neuronales, pero se comunica con el cerebro a través de los sistemas simpático y parasimpático. Esta compleja estructura hace que la mente y la digestión tengan un vínculo especial, por eso hablamos de digestión mental.

¡Hay tantos mortales que no pueden digerir la felicidad! La felicidad no es algo fácilmente digerible; es, más que nada, muy indigerible.

-Miguel de Unamuno-

digestión mental

Se ha identificado un vínculo muy estrecho entre la forma en que digerimos los pensamientos y las emociones y la forma en que digerimos las comidas. Sumado a esto, muchas veces sucede que experiencias no procesadas a nivel mental terminan reflejando una mayor dificultad para digerir adecuadamente un alimento. Podríamos decir que una buena digestión mental depende también de una buena digestión intestinal.



Al mismo tiempo, ocurre lo contrario: los problemas digestivos acaban alterando visiblemente nuestro estado de ánimo. Esto se debe en gran parte al hecho de que el 90% de la serotonina es procesada por el sistema digestivo, mientras que solo el 10% por el cerebro.

Recuerda que la serotonina es un neurotransmisor con un impacto significativo en nuestro estado de ánimo. Altos niveles de serotonina presuponen un estado de felicidad; niveles bajos, por otro lado, un estado de ánimo negativo.

Como podemos ver, existe una conexión clara entre la digestión mental y la digestión de los alimentos. Uno influye en el otro y se determinan mutuamente.

Estreñimiento y digestión mental

Uno de los problemas más frecuentemente asociados con una mala digestión mental es el estreñimiento. Se interpreta como una señal de que hay ideas, emociones o experiencias del pasado que están "atascadas". En estos casos la persona se aferra a la situación y se niega a dejarla pasar.

No es raro que las personas con estreñimiento dediquen tiempo a reflexionar sobre algo que sucedió el día anterior, sin deshacerse de él. Puede ser una creencia, una meta, una herida o un objeto material.

El punto es que todo vuelve una y otra vez, sin ningún progreso. Como decíamos anteriormente, podemos decir que el estreñimiento es propio de quienes tienden a obsesionarse.

A veces, el estreñimiento también está relacionado con palabras no pronunciadas. La persona ha dejado de expresar lo que piensa o siente por miedo o conveniencia, pero el silencio comienza a convertirse en un autocastigo, que luego se traduce en un problema digestivo. Este malestar también es común en quienes tienden a ahorrar siempre por temores infundados sobre el futuro.


Diarrea y emociones

Dra. Megan Rossi, especialista australiana en salud intestinal, indica que uno de los principales factores observados en pacientes con problemas intestinales es un alto nivel de estrés. 



También afirma que una de las recomendaciones que da a quienes buscan su consejo después de problemas digestivos es hacer 10 to de meditación al día. Esto termina teniendo un efecto positivo en la salud.

La diarrea se asocia con el rechazo directo de una idea o un sentimiento sentido o con una decisión ya tomada. La mente reacciona tratando de deshacerse de este aspecto lo antes posible, y esto se refleja en el cuerpo con una evacuación constante. Es decir que una incorrecta digestión mental acaba repercutiendo en una deficiente digestión intestinal.

Mental y físicamente, la diarrea es lo opuesto al estreñimiento. En este caso, existe el deseo de deshacerse rápidamente de algo que causa rechazo y culpa. El sujeto no quiere, no puede o no sabe aceptar esa parte de sí mismo, que acaba expresándose a nivel fisiológico.


A la luz de los anteriores, vale la pena prestar un poco más de atención a nuestros síntomas digestivos. A menudo, de hecho, pueden ser la manifestación de un malestar emocional. Se trata de explorar y detectar el problema que no podemos digerir… y luego proceder con una adecuada digestión mental.

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