A veces aprendemos de alguna manera
demasiado rápido y no percibimos la complejidad que se esconde detrás de todo
proceso. Otras veces es más difícil aprendiendo
y nos preguntamos por qué es tan complicado.
es necesario conocer los diferentes aspectos relacionados con una determinada actividad, e
diferentes áreas de nuestro cerebro están involucradas en este proceso. Por ejemplo,
para aprender a tocar el piano hay que gestionar la secuencia exacta del
notas musicales y la secuencia apropiada de movimientos de los dedos. Para
aprender el concepto tendremos que descomponerlo en partes, analizar las relaciones,
Intenta simplificar y finalmente volver a reintegrarlo todo. Tanto en el aprendizaje motor
como en el conceptual, la memoria siempre está involucrada. Por esta razón
muchos experimentos psicológicos se centran en evaluar cuáles son
condiciones ideales de aprendizaje basadas simplemente en la memoria
(obviamente, este no es un enfoque óptimo para el proceso de aprendizaje,
pero puede ofrecernos un truco muy interesante y sencillo para mejorarlo
mismo). Pero ... podemos mejorar el aprendizaje
simplemente cambiando el tiempo para estudiar? ¿Puede dormir mejorar el
¿proceso de aprendizaje? Los profesores siempre han
recomendó que los estudiantes duerman bien y profundamente la noche anterior
exámenes, para que pueda tener una mente más fresca y mejor
atención. También se sabe que habrá que aprender los contenidos conceptuales
durante la noche para que se puedan consolidar adecuadamente durante el sueño,
ya que durante el día la gran cantidad de información a la que estamos
expuesto, actuará como una barrera y borrará gran parte de lo que tenemos
tentado a aprender. Entonces ... es realmente mejor
estudiar de noche? En 1972 un
experimento en el que se demostró que somos capaces de retener una mayor cantidad
de información si dormimos antes o después de aprender algo nuevo. En
En este caso, se lanzó una hipótesis que afirmaba que no importa si aprender
ocurre durante el día o la noche, el factor esencial es que el sueño
precede o sigue al aprendizaje. Varias décadas después, algunos neuropsicólogos
Universidad de Harvard, pudieron confirmar que, de hecho, incluso si el
La hora del día puede ser importante ya que afecta nuestro nivel de
atención y por tanto asimilaremos una mayor o menor cantidad de información,
de hecho, el factor fundamental para consolidar el aprendizaje es el sueño. Estos neuropsicólogos
llevaron a cabo un experimento en el que la gente se tomaba un descanso para dormir
entre 60 y 90 minutos o durmió una noche normal. Luego evaluaron
la calidad del aprendizaje (lo que recordaban de lo que habían aprendido).
Se encontró que el factor constante en quién demostró haber aprendido de alguna manera
más profundas, fueron las ondas en la fase REM durante el sueño. La explicación de este fenómeno
podría basarse en el hecho de que la fase REM facilita la neuroplasticidad e
propicio el desarrollo de arborizaciones dendríticas así como sinapsis
interneuronal. ¿Resultado? La mejora de la memoria. Así, podríamos llegar a la
conclusión de que para mejorar el aprendizaje es importante elegir el momento de
día en el que estaremos más atentos y motivados pero también echaremos la siesta
Inmediatamente después, dormir profundamente incluso durante unos minutos.