El miedo a dar el salto

El miedo a dar el salto

La mayoría de los elementos que nos asustan no representan una amenaza real o, al menos, como para hacernos huir. Hoy hablamos de un miedo muy familiar: el miedo a dar el salto.

El miedo a dar el salto

Última actualización: 16 de diciembre de 2019

El miedo es una emoción útil. Nos acompaña desde el nacimiento y nos garantiza la supervivencia en el mundo real. Sin embargo, al mismo tiempo, no vivimos en el bosque junto a feroces depredadores. La mayoría de los elementos que nos asustan no representan una amenaza real o, al menos, como para hacernos huir. Hoy hablamos de un miedo muy familiar: el miedo a dar el salto.



Hablamos de una reacción fisiológica ante el peligro y la amenaza reales, pero puede convertirse en una respuesta desadaptativa si surge en una situación que ha dejado de ser peligrosa, aunque lo haya sido en nuestro pasado.

El miedo, por tanto, se vuelve inadecuado y dañino cuando, en lugar de "salvarnos", nos bloquea en una circunstancia sin riesgo potencial. Piense, por ejemplo, en el miedo a hablar en público. ¿Nuestra vida está en peligro? ¿Estamos en peligro de morir? Ciertamente no. Nuestro cuerpo, sin embargo, reacciona como si lo fuera.

Si el miedo a dar el salto nos impide crecer

El llamado miedo inadaptado también es normal. El ser humano experimenta muchos miedos, como empobrecerse, perder una pareja o una posición social. Pero incluso estas situaciones a menudo no ocultan una amenaza real o, de nuevo, no hay proporción entre el riesgo asumido y la intensidad de la emoción que se produce.

El miedo a dar el salto es uno de esos miedos que existen solo en nuestra mente y que nunca se traducen en realidad. Es tan incapacitante que en vez de llevar la vida que nos gustaría, nos obliga a empantanarnos y nos apaga con el paso del tiempo.



Muchas veces el miedo al cambio está fuertemente condicionado por las expectativas de nuestro entorno. Tal vez a nuestros padres les gustaría vernos instalados en una bonita casa, pero nuestro sueño secreto es comprar una caravana y dar la vuelta al mundo. Esta sensación de expectativa nos mantiene constantemente en la duda, deseosos de dar el paso, pero con los pies trabados.

Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscarte. Y nadie puede hacer por ti lo que tú mismo tienes que hacer. La existencia no admite representantes.

– Jorge Bucay –

¿Vives tu vida o la que otros han decidido por ti?

A menudo, los pasos más importantes de la vida se vuelven a recorrer en la silla del psicólogo. Los estudios, el encuentro con la pareja, el trabajo estable, los hijos... ¿Y si las aspiraciones nos llevan en otra dirección?

Esto sucede casi imperceptiblemente. Generalmente nadie nos dice claramente “haz esto”. Somos nosotros los que nos orientamos hacia unas elecciones y no hacia otras, dependiendo de cómo nos vean los demás.

Puede suceder, por ejemplo, que desees cierto curso de estudio o un trabajo que no sea el tuyo, pero otros nos admiran por lo que estamos haciendo... Son imágenes que resuenan dentro de nosotros y que impulsan nuestras decisiones.

Arriesgarse o estancarse

Ante el miedo a dar el salto tenemos dos opciones: arriesgarnos o estancarnos. Si salimos de la casa de nuestros padres, es posible que no podamos verlos tanto como queremos. Si cambiamos de trabajo, quizás encontremos un entorno estimulante.


De cualquier manera, esto significa aprender y salir de nuestra zona de confort. Si lo abandonamos, viviremos repitiéndonos “qué pasaría si…”. Es un doloroso si, una duda que nos bloquea y nos impide crecer, experimentar. En definitiva, para vivir. Como dijo Voltaire: “Quien vive con prudencia, vive tristemente”.


La sensación de estar bloqueado es ilusoria porque, en realidad, hay menos obstáculos de los que vemos. Esto no quiere decir que no existan límites o problemas reales, pero siempre es posible avanzar.

Si no lo intentamos, la ansiedad estará cada vez más presente, aumentando nuestra sensación de no tener una dirección a la que apuntar. Pero incluso esto no es cierto.

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