¿Qué es el estrés económico? ¿Cómo nos afecta día tras día? ¿Y en nuestra forma de planificar el futuro? En este artículo abordaremos esta y otras cuestiones.
Última actualización: 12 de junio de 2020
A veces colapsamos. Varias situaciones nos llevan a un punto de no retorno, entre ellas el estrés económico. En tiempos de crisis, las preocupaciones se multiplican. Pero, ¿cuál es la relación entre el estrés económico y nuestra salud mental? ¿Qué estrategias podemos utilizar para gestionarlo? ¿En qué consisten?
En días de extrema preocupación por lo que está ocurriendo y lo que será, es importante comprender lo que sucede con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones. Pero también saber cómo afecta a nuestras áreas de control.
¿Qué es el estrés económico?
El estrés es una "tensión provocada por situaciones agotadoras que provocan reacciones psicosomáticas o, en ocasiones, trastornos psicológicos graves".
Cuando hablamos de estrés económico, nos referimos a Estrés relacionado con los activos y actividades que componen la riqueza de una comunidad o individuo.. Hay varios factores que causan estrés económico, incluyendo:
- Enfrentarse a situaciones nuevas. Por ejemplo, nuevas inversiones, crisis, etc.
- Problemas financieros, es decir, cuando no cumplimos con los compromisos financieros.
- Discusiones de pareja donde las finanzas están involucradas.
- Presión. Porque cada vez está más cerca el día de pagar o porque necesitamos dinero y no sabemos de dónde sacarlo.
El estrés es también una respuesta psicofisiológica a una petición del entorno. No sólo está relacionado con lo que pensamos, sino también con lo que sentimos y nuestra conducta.
Por lo tanto, también se manifiesta con reacciones físicas, mentales y emocionales. Incluso en las formas en que interactuamos con el medio ambiente y con los demás.
El impacto del estrés en la salud mental
El estrés tiene un gran impacto en nuestra salud mental, pues a través de nuestro pensamiento alimentamos la tensión, la cual se manifiesta junto con nuestras emociones; estos a menudo están llenos de pesimismo y frustración.
Una práctica común es alimentar la ansiedad pensando demasiado en el futuro.. Cuando estamos sufriendo estrés económico, comienzan a surgir las siguientes complicaciones:
- Dificultad para relajarse.
- Perenne sensación de agobio.
- Irascibilidad.
- Tristeza.
- Culpa.
- Pensamientos obsesivos.
- Preocuparse.
- Desorganización.
- Pesimismo.
También podemos experimentar depresión, crisis nerviosas, vergüenza, miedo, confusión, autocrítica excesiva, dificultad para concentrarse y tomar decisiones. Los síntomas se presentan de manera diferente según la persona. Factores genéticos, de aprendizaje, sociales, vitales, de conciencia, etc. ellos dependen de eso.
Aunque el estrés económico tiene un fuerte impacto en la salud mental, que en ocasiones puede derivar en las dolencias enumeradas, trabaja en conjunto con otras áreas que son importantes para nuestra salud, como la física y la social.
Por ejemplo, nuestros cambios de humor pueden causar malestar en los demás y cambiar nuestras relaciones sociales. Otras veces, optamos por el aislamiento.
Estudios recientes investigan el efecto de las estrategias de apoyo social en personas que sufren estrés económico. Según algunos estudiosos, la percepción de apoyo social parece estar directamente relacionada con la salud e interactúa con las estrategias de comparación.
- A nivel físico se pueden destacar: inestabilidad tensional, tensión muscular, aumento del colesterol, trastornos del sueño, contracturas, palpitaciones, cansancio, dolores de cabeza, etc.
- Comportamentalmente, hay aumento del apetito, disminución de la actividad física, tendencia a evitar o posponer responsabilidades, inquietud, morderse las uñas, etc.
Está claro que varios factores interactúan entre sí contribuyendo al estrés económico.
¿Cómo hacer frente al estrés económico?
Para hacer frente al estrés económico, tenemos que conocernos bien a nosotros mismos. Cuando sabemos lo que queremos, a dónde queremos llegar y cuáles son nuestros obstáculos, estamos más cerca de lograr lo que nos hace sentir bien. La mayor parte del tiempo, el estrés ocurre porque no satisfacemos todas nuestras necesidades.
Por lo tanto, para no sentirse abrumado, debe establecer prioridades. Sobre todo, es importante saber gestionar nuestras necesidades básicas, pero también evitar pensamientos, emociones y comportamientos tóxicos.
Una vez identificados, podemos comenzar a entender cómo manejarlos mejor. No significa eliminarlos de nuestra vida, sino reconocer cuándo es el momento de parar.
Por otro lado, es fundamental prestar atención a lo que nos estamos exponiendo. El estrés económico, muchas veces, está asociado a una crisis por la que también están pasando otras personas o que proviene de un cambio importante en el sistema. Está bien compartir experiencias, pero si nos hace daño, es importante alejarnos de ellas.
Tomar un descanso puede ayudar. Sería bueno considerar qué circunstancias nos están causando estrés económico y organizarlos según el grado de control que ejerzamos sobre ellos. En este sentido, planificar las cosas de forma inteligente y coherente nos puede ayudar mucho.
El apoyo social también juega un papel importante. Muy a menudo no pedimos ayuda y no disfrutamos de los recursos que tenemos a nuestra disposición. Tampoco se debe descuidar la salud física, de hecho el deporte es una herramienta útil para reducir el estrés, porque nos permite liberar endorfinas.