La sinceridad y la honestidad son conceptos que a menudo se usan indistintamente. Si los examinamos en profundidad, veremos que presentan importantes diferencias en cuanto a significado y aplicación.
Última actualización: 07 de enero de 2022
¿Te consideras sincero u honesto? Ten en cuenta que estos dos conceptos no son sinónimos, aunque en el lenguaje coloquial se suelen utilizar como tales. Las diferencias entre sinceridad y honestidad no son obvias, pero es bueno conocerlas.
¿Eres capaz de distinguir una acción honesta de una sincera? En las siguientes líneas presentamos las diferencias entre sinceridad y honestidad.
Honestidad
La honestidad, del latín vulgar onestàs, -ātis, es la virtud de comunicarse con sinceridad, siendo justo, recto y razonable; también se considera una acción acompañada de valores intrínsecos individuales.
Esta relación debe ser consistente para probar la íntima relación entre pensar y actuar, cuyos resultados deben ser justos y completos.
La principal cualidad de una persona honesta es que sus valores correspondan a las normas de su comunidad. Esta relación surge de la confianza que la persona tiene hacia su responsabilidad, ya que propicia un clima de armonía y respeto entre ambos.
La honestidad es una característica peculiar del ser humano, íntimamente ligada a los principios de justicia y verdad. Una persona honesta antepone su integridad moral en su pensamiento y actúa en consecuencia, de ahí su coherencia.
Este valor promueve la salud mental de la persona gracias a la tranquilidad que genera su comportamiento consigo mismo y con su comunidad.
La honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría.
-Thomas Jefferson-
Características
La honestidad tiene características inconfundibles que hacen a la persona mentalmente sana, auténtica e inspiradora de confianza.
La persona honesta es consciente de sí misma, autónoma y muy segura de sí misma, sin ser pedante; sabe vivir con una opinión diferente a sus valores intrínsecos y aceptar sus propios errores para mejorar su integridad. Sabe confiar en los demás, sin ser ingenuo.
Siendo consecuente consigo misma y con los demás, suele gozar de buena salud física y emocional. Como consecuente con sus palabras y acciones, maneja un discurso claro y práctico.
sinceridad
Sinceridad, del latín sincerĭtas, -ātis, derivado de sincērus 'intacto, puro', 'sincero', es respeto por las emociones y pensamientos de la persona; anula toda forma de mentira y ficción en nombre de la franqueza y la sencillez; es una virtud que define la personalidad.
Puede ser un arma de doble filo en las relaciones sociales, como si no se comunicara de forma asertiva, la sinceridad puede lastimar a la persona que no está lista para escuchar la verdad.
Además, la sinceridad y la arrogancia son una pareja ineficaz, como dice el refrán: "la sinceridad sin empatía es simplemente crueldad".
“Aléjate del desprecio y la admiración, ya que ambos van de la mano, alternándose. Acércate a la sinceridad, aunque duela”.
-Melita Ruiz-
Características
La persona sincera respeta a todos por igual, independientemente de su estatus; expresa su opinión sin hipocresía y de suele practicar el altruismo sin esperar nada a cambio y no se jacta de sus propias acciones. Además, tiende a establecer relaciones duraderas y de calidad.
La autosuficiencia es una de las características más visibles de la persona sincera, ya que nunca trata de complacer a los demás con su personalidad, se expresa espontáneamente y sin ningún tipo de esfuerzo o apariencia.
Es posible confiar en la persona sincera porque difícilmente traicionará. Eso es le permite disfrutar de una buena autoestima.
Honestidad y sinceridad: dos valores favorables
La honestidad y la sinceridad son dos valores favorables para una buena salud física y mental. Sin embargo, difieren mucho en términos de significado y aplicación.
La honestidad define la integridad de una persona según su sistema de valores. La sinceridad, en cambio, es la expresión de una persona sencilla y directa al decir lo que piensa y observa. Es auténtica al comunicar sus conclusiones y no condiciona la opinión de los demás esperando sus respuestas.
Otra diferencia interesante entre honestidad y sinceridad la destaca el filólogo clásico Javier Álvarez, quien evidencia que lala honestidad incluiría la sinceridad y da el ejemplo del asesino que advierte a su víctima que la va a matar y luego lo hace.
Álvarez reflexiona que “el asesino actuó con total sinceridad, pues cumplió su palabra; pero, claro, su acto no es nada honesto”.