El COVID-19 está cambiando radicalmente nuestro estilo de vida. En un escenario incierto, sentirse ansioso es normal. Sin embargo, es necesario saber gestionarlo para dar lo mejor de nosotros y superar esta situación de emergencia que afecta a toda la población.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
La psicología está muy familiarizada con un fenómeno llamado contagio social. Son situaciones en las que las emociones se propagan hasta el punto de crear un fuerte estrés, preocupaciones e incluso pánico. La ansiedad por el coronavirus está afectando a todos y es necesario contener sus efectos para gestionar adecuadamente la situación que estamos viviendo.
Experimentar fuertes sentimientos de pánico cambia nuestro estilo de vida. La pandemia del Coronavirus ciertamente tendrá efectos en la economía, pero lo peor es que nos hace comportarnos de manera irracional. Por ejemplo, gran parte de la población irrumpió en los supermercados y se abasteció de papel higiénico durante meses. ¿Tiene sentido este comportamiento? Aparentemente no.
Debemos ser claros. La ansiedad es parte de nosotros y como tal tiene un propósito y su importancia. Gracias a él, de hecho, advertimos y reaccionamos ante los peligros, salvaguardando nuestra supervivencia.
En contextos de incertidumbre y preocupación, como el momento presente al que nos enfrentamos, es muy importante mantener la ansiedad bajo control. Esta emoción debe ser nuestra aliada y no la causa de futuras preocupaciones que nos hagan adoptar comportamientos ilógicos e irracionales.
En el escenario actual, el miedo puede ser un segundo virus tan peligroso como el COVID-19. ¿La razón? Si nos asustamos, nuestro malestar psicológico aumentará y mostraremos lo peor de nosotros. Este definitivamente no es el momento de tener miedo. En estos días tenemos que sacar lo mejor de nosotros mismos y usar nuestra fuerza mental.
Ansiedad por coronavirus: ¿qué podemos hacer?
El clásico mensaje inglés Keep calm and continue debería aplicarse a todos. Esta frase apareció por primera vez en el Reino Unido en 1939 en un panfleto para levantar la moral de la población. Posteriormente, como todos sabemos, se convirtió en una frase icónica. ¿Fue bueno?
La gente ciertamente apreció la voluntad del gobierno británico. En realidad, sin embargo, no es muy útil decirle a alguien que mantenga la calma. Hoy, para calmar la ansiedad por el Coronavirus, se necesita algo más: tenemos que entrenar nuestro enfoque mental.
Se trata de reducir la hiperactividad de la amígdala y de nuestras emociones para activar la corteza prefrontal, que es la zona del cerebro que nos permite actuar y pensar de forma más centrada y reflexiva.
1. Evita la intoxicación informativa
Debe evitarse la sobrecarga de información. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que la crisis actual está causando un enorme estrés a la población. Para reducir el impacto negativo del estrés, debemos evitar exponernos las 24 horas del día a las noticias y datos que nos brindan continuamente.
Hay que estar informado, pero no obsesionarse con las noticias. Revisar sin descanso los números, la tasa de contagio, los nuevos casos, las nuevas muertes no hace más que aumentar la ansiedad por el Coronavirus.
2. Para lidiar con los pensamientos negativos, uno debe ser racional
Tener miedo es lógico. Sin embargo, este miedo debe ser racional. Por ejemplo: “Me temo que estoy infectado. ¿Qué tengo que hacer?". Informar a los profesionales de la salud y tomar todas las precauciones necesarias. “Tengo miedo de que mi padre o mi abuelo se enfermen, ¿qué puedo hacer?”. Protégelos siguiendo todos los protocolos necesarios.
El miedo debe ser un mecanismo que nos estimule a tomar medidas útiles para actuar. Por lo tanto, debemos mantener bajo control especialmente los pensamientos negativos que aumentan el pánico.
Si nos asaltan ideas como "todos vamos a morir" o "no hay solución", debemos intentar ser racionales. ¿Cómo? Buscando información de fuentes confiables. Por ejemplo, mirando las estadísticas que vienen de China: la tasa de mortalidad es del 2,3%.
3. Ante la incertidumbre, tratamos de mantener nuestras rutinas diarias tanto como sea posible
La ansiedad por el coronavirus está alimentada por la incertidumbre. Lo cierto es que nos encontramos ante una nueva situación que nunca antes habíamos vivido. Es un virus nuevo y todavía no hay vacuna.
Más allá de eso, no sabemos cuánto durarán las medidas restrictivas y el período de cuarentena. Todo esto nos lleva a vivir un estado de incertidumbre que no todo el mundo sabe gestionar.
Cosa possiamo tarifa? Lo mejor es centrarse en el presente, en el “aquí y ahora”. En estos casos, lo ideal es establecer una rutina a seguir que nos obligue a centrarnos en el momento presente.
4. Ansiedad por el coronavirus: compartir emociones para vivir mejor
La angustia es un sentimiento muy común que debilita a quien lo siente. Este es el momento de aceptar todas nuestras emociones y compartirlas con los demás para encontrar un equilibrio.
No es necesario alimentar los sentimientos de miedo, sino aprender a gestionarlos y crear espacios que nos ofrezcan esperanza, energía y consuelo emocional.
5. Sea realista: el riesgo no debe minimizarse ni maximizarse
Una forma de manejar la ansiedad por el coronavirus es ser realista en todo momento. No debemos caer en los mecanismos de defensa psicológica que nos llevan a minimizar el riesgo porque somos jóvenes o porque en nuestra zona la tasa de infectados es muy baja y por tanto el peligro es menor.
Pero tampoco tenemos que maximizar el peligro hasta el punto de sufrir insomnio y permitir que el COVID-19 sea nuestro único pensamiento. Hay un riesgo real y hay que aceptarlo.
En esencia, se trata de adaptarse a esta nueva realidad conscientes de ser responsables con nosotros mismos y con los demás. Si entramos en pánico por el coronavirus, no estamos ayudando a nadie. Si subestimamos la situación, nos ponemos a nosotros mismos y a los demás en riesgo. Debemos actuar con equilibrio y sentido común.
6. Ansiedad por el coronavirus: no tenemos el control de lo que sucede, pero podemos controlar nuestras reacciones y acciones
Para manejar la ansiedad por el coronavirus, debemos tomar nota de una realidad: no tenemos control sobre el COVID-19. Sin embargo, podemos controlar nuestras reacciones y comportamientos. Debemos preguntarnos cómo queremos recordar este período cuando haya pasado.
Sería lindo recordarnos como personas que han mantenido la calma, que han sido responsables y que se han cuidado de sí mismos y de los demás.
7. Metas diarias
Nadie podía haber previsto la situación actual, pero hay que vivirla y afrontarla. Sin embargo, podría llevar varias semanas aplanar la curva de contagios como lo ha hecho China.
Hasta ese día, dos elementos que nos ayudarán a reducir la carga de ansiedad por el Coronavirus. La primera es establecer metas diarias. El segundo es estar en contacto con las personas que amamos.
Los objetivos deben ser tanto a corto como a largo plazo. Todos los días, al levantarnos, es recomendable fijarse un objetivo a corto plazo: leer un libro, hacer algo nuevo con la pareja o los hijos, limpiar la casa, escribir, pintar, etc. Las metas a largo plazo, por otro lado, nos dan esperanza y nos recuerdan que hay un futuro por delante.
Es igualmente esencial mantener el contacto con las personas que nos importan. Ahora más que nunca WhatsApp y las videollamadas nos permiten estar en contacto con familiares y amigos. Usamos tecnologías y no perdemos la esperanza. Nuestra actitud puede ayudarnos a superar mejor este momento difícil.