Cansancio sin motivo: ¿es realmente eso?

Cansancio sin motivo: ¿es realmente eso?

A menudo, detrás de un cansancio inmotivado, que debilita las fuerzas y el ánimo, se esconde el cansancio mental; o la sobrecarga emocional, propia de quienes acumulan demasiadas preocupaciones, compromisos o presiones y han estado descuidados durante mucho tiempo.

Cansancio sin motivo: ¿es realmente eso?

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

“Estoy exhausto, tan cansado como si hubiera corrido un maratón, como si llevara un peñasco sobre los hombros”. ¿Cuántas veces hemos escuchado o dicho estas palabras? Sin embargo, la fatiga irrazonable a menudo tiene poco que ver con el esfuerzo físico real.. Detrás de esta realidad, se esconde más fácilmente el cansancio mental.



Es evidente que existe un estrecho vínculo entre el cuerpo y la mente. Nada es más placentero que llegar a casa después de hacer deporte o después de un día de trabajo, abrir la puerta y sentirte satisfecho. Este es el tipo de fatiga en la que la mente se siente cómoda, no tiene dolor, no está "pesada" y mucho menos agotada. Sabemos que el cuerpo recuperará sus fuerzas después del descanso y sentiremos armonía interior.

Hay momentos, sin embargo, en los que el simple compromiso de ir de compras o una cena con amigos requiere un esfuerzo que parece estar fuera de nuestras fuerzas.. Son situaciones que en ocasiones esconden un problema de fondo y que merecen toda nuestra atención.

“¿De qué podemos tener suficiente…? De la vida misma. Aburrimiento. Cuando te cansas de ver tu cara en el espejo todas las mañanas".

-Henning Mankell-

“Estoy agotado”: ​​cansancio sin motivo

Cuando nos sentimos muy cansados, generalmente sabemos por qué. El esfuerzo físico, una jornada laboral más prolongada de lo habitual, un viaje con varias escalas son factores que explican el cansancio. No es difícil identificar el motivo del agotamiento físico que nos deja sin energía y sin fuerzas.



Pero si la fuente de la angustia física y mental no está clara, el estrés suele ser la causa. No se trata necesariamente de problemas cotidianos, decepciones o adversidades. Un cansancio innecesario puede estar relacionado con la cantidad de compromisos que asumimos, sin darnos tiempo para descansar o incluso sin poder concentrarnos realmente en los compromisos mismos..

Muchos de nosotros nos despertamos en piloto automático: desayunar, llevar a los niños al colegio, ir al trabajo, volver... Realizamos estas tareas casi por inercia, haciendo que una cosa siga a la otra sin parar, sin posibilidad de meditar sobre ella. lo que estamos haciendo No dejamos espacio para la reflexión y el descanso y este estilo de vida, al final, nos pasa la factura.

¿Qué factores causan la fatiga mental?

La fatiga mental no aparece de repente, sino que es el resultado acumulativo de una serie de factores. Por ejemplo:

  • demasiados compromisos. Seguir más cosas de las que realmente podemos hacer.
  • Yo "devo". Si lo pensamos bien, frases como: tengo que hacer, tengo que ir tienen un gran poder en nuestra mente… Las obligaciones mentales así formuladas pueden agotar nuestra mente.
  • Perfeccionismo. Otra dimensión que completa el "must". Todo lo que hacemos debe hacerse de forma perfecta, rápida y eficaz. No sólo la fatiga puede resultar de esta actitud, sino también la frustración.
  • falta de descanso. Este es el factor decisivo. La falta de descanso, no permitirnos un momento de relajación o, por supuesto, no dormir bien por la noche, nos lleva entonces a preguntarnos qué hemos hecho para estar tan cansados.

Estrategias para superar la fatiga mental

En su famoso libro Your Wrong Zones, Wayne Dyer decía que cuando nos sentimos cansados ​​lo mejor es hacer cosas diferentes.. Evitar, sin embargo, es quejarse constantemente de nuestro estado; al hacerlo el único resultado será transmitir desánimo a otros que, seguramente, ya deben enfrentar sus propias realidades internas.



En cualquier caso, el cansancio sin razón lo es solo en apariencia. Siempre hay una razón y nuestro cambio debe comenzar desde allí. La inmovilidad y las quejas hacen que esta infeliz condición sea crónica. Entonces, veamos algunas pequeñas estrategias para aplicar de inmediato:

  • Planifica momentos de descanso a lo largo del día. Es importante tener al menos dos horas al día para uno mismo. Este tiempo lo aprovecharás para pensar, relajarte, dedicarte a tus intereses.
  • Distinguir, en una escala de prioridades, lo importante de lo secundario es otro factor decisivo.
  • Comprométete a cuidarte. Te mereces atención y mimos. Esto se aplica tanto al cuerpo como a la mente.
  • Identifica tus patrones mentales de sabotaje automático. Declaraciones como “tengo que hacer esto, de lo contrario no podré…”, “otros esperan que yo…” son dimensiones que socavan la autoestima y el bienestar.

Meditar…

Finalmente, una estrategia efectiva es sin duda la meditación. Acostumbrándote a dedicar unos veinte minutos al día a esta práctica, notarás los primeros beneficios al cabo de unas semanas. Consideremos, por tanto, cuán importante es profundizar y trabajar este cansancio mental y emocional que muchas veces altera la calidad de vida.. No pospongas para mañana la resolución de un malestar que sientas hoy.


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