Elecciones, relaciones e incluso pensamientos... Gran parte de lo que hacemos todos los días está mediado por las emociones. Dan impulso a la vida, por lo que estamos obligados a entender su mensaje para jugar a nuestro favor.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
La fuerza de la emoción a menudo precede al pensamiento mismo.. Al fin y al cabo, no hay que olvidar que somos entidades emocionales que aprendieron a pensar hace poco más de 100.000 años. Las emociones, por otro lado, siempre han sido una especie de raíz primaria en nuestro cerebro; un conjunto de mecanismos fundamentales que garantizaban nuestra supervivencia.
Aceptar esta idea no siempre es fácil. No lo es, en primer lugar, porque a la mayoría de nosotros nos gusta pensar que tenemos control total sobre todo lo que hacemos y decidimos. Sin embargo, no somos conscientes de que gran parte de nuestro comportamiento está regido por un poderoso pero velado universo emocional del que no siempre somos conscientes. Pensemos en ello por un momento.
Cuando nos despertamos por la mañana, lo hacemos con cierto estado emocional; a veces más motivado, a veces con una voluntad un poco menos definida. Nuestro estado de ánimo afecta completamente nuestro día.
El impulso principal detrás de cada paso que damos, ya sea grande o pequeño, está filtrado por las emociones. Es cierto que, en muchos casos, intentamos pensar en cada decisión que tomamos, pero son estas las que nos dan el empujón inicial y dejan huella. Tampoco podemos negar que muchas de nuestras compras están mediadas por emociones, así como por relaciones sociales y afectivas.
Las emociones, con su importancia, su influencia y su enorme complejidad, dan forma a todo lo que hacemos y cómo reaccionamos al medio ambiente. Por lo tanto, el poder de las emociones es innegable.
“No quiero estar a merced de mis emociones. Quiero usarlos, disfrutarlos y dominarlos".
-Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray–
El poder de las emociones está en todo lo que hacemos
Un concepto que se repite a menudo en los libros de autoayuda o de gestión emocional es el que dice “aprende a controlar tus emociones”. En estos manuales (así como en el lenguaje popular) nunca faltan términos como "dirigir", "dominar" y "controlar". Muchos, al leer estas palabras, pueden pensar que las emociones son casi como un coche o una cuenta corriente que hay que saber gestionar.
Pues nadie puede controlar ni gestionar nada si no entiende lo que tiene en las manos, o mejor dicho en el fondo neuronal de su cerebro. Así nos introduce en este universo el neurólogo Antonio Damasio. En libros como Finding Spinoza. Emociones, sentimientos y cerebro o El extraño orden de las cosas. La vida, los sentimientos y la creación de la cultura nos ofrecen visiones muy interesantes. Veámoslos con más detalle.
Nuestras emociones quieren que sobrevivamos y estemos bien
La emoción es una respuesta química y neuronal. Esta reacción la genera nuestro cerebro cuando procesa un estímulo que requiere un cierto comportamiento de nuestra parte (veo una serpiente, sé que puede ser un peligro. Por lo tanto, es normal que me aleje sin "ni siquiera pensarlo" ). Paralelamente, la respuesta química interna genera una gran cantidad de cambios en el organismo con un único fin; permitirnos adoptar una respuesta conductual.
El propósito de nuestras emociones es ayudarnos a reaccionar ante lo que sucede a nuestro alrededor. Nos permiten sobrevivir y encontrar de nuevo la homeostasis, es decir, el equilibrio y el bienestar. Bueno, en promedio, todos tenemos un pequeño problema básico: no sabemos lo que nos quieren decir.
Miedo, tristeza, ira, frustración... Muchos de estos estados emocionales a los que nos referimos como "negativos" juegan un papel específico: para avisarnos de que algo anda mal y que debemos reaccionar. Sin embargo, es más común dejarlos ahí, en lo más profundo de nuestro ser, para alterar la homeostasis y causar molestias.
El poder de las emociones, sentimientos y pensamientos
Las emociones siempre preceden a los sentimientos y, a menudo, incluso al propio pensamiento.. Libros como Finding Spinoza. Las emociones, los sentimientos y el cerebro de Damasio revelan la importancia de entender la diferencia entre emociones y sentimientos. Las emociones se relacionan con el cuerpo y los sentimientos con la mente.
En primer lugar, experimentamos emociones. Ante cada acontecimiento que nos sucede, ante cada situación, se produce una emoción. Pues bien, la experiencia mental que adoptamos ante los cambios que se producen en el organismo moldea nuestros sentimientos. Y los sentimientos, a su vez, dan impulso a la mente, nos motivan o, por el contrario, nos bloquean.
Esto es lo que sucedió en el último paso de nuestra evolución, cuando aprendimos a tener una mayor comprensión y control de nuestras emociones. Con el desarrollo de los lóbulos frontal y prefrontal nos hemos vuelto conscientes de los sentimientos y emociones, dando forma a comportamientos más refinados, creativos, racionales y poderosos.
Sin embargo, no debemos olvidar que las emociones y el pensamiento nunca viajan separados; juntos, nos dan más impulso. Una emoción controlada y jugada a nuestro favor a través del pensamiento suele dar forma a comportamientos más innovadores y positivos.
Las emociones deben convertirse en nuestras aliadas, no enemigas
La fuerza de las emociones es innegable; son ellos los que condicionan en gran medida nuestro comportamiento. Al mismo tiempo, los sentimientos nos imbuyen de ese entusiasmo que parece revitalizarlos cuando se conectan con los pensamientos que manejamos habitualmente. Por tanto, es fundamental no solo comprender qué son las emociones, sino también aprender a gestionarlas, canalizarlas y utilizarlas a nuestro favor.
Tener éxito no es nada fácil. Se necesita tiempo, esa autoconciencia a través de la cual conectarnos con lo que está sucediendo dentro de nosotros y responder en consecuencia. Como señala Daniel Goleman, tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente. La felicidad, el auténtico bienestar, consiste en hacerlos actuar en una sola dirección. Piénsalo.