Muchas veces, detrás de nuestro enojo hacia los demás hay una emoción negativa y no aceptada que usamos contra quienes no lo merecen.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 28 de enero de 2022
La emoción proyectada define un mecanismo de defensa bastante común. Aparece cuando nos cuesta lidiar con sentimientos o sensaciones complicadas.
En lugar de enfrentarlos, de ponerse en contacto con ellos para comprenderlos, la mente opta por redirigirlos a otra esfera, a otra dimensión, comportamiento o persona.
Podemos describir muchas situaciones que representan este proceso psicoemocional y que a todos nos resultarán familiares. Ocurre cuando, por ejemplo, el trabajo genera estrés e incomodidad severos.
No es fácil gestionar la situación ni poner en orden nuestras emociones porque son punzantes, angustiantes y con un gran valor negativo.
Por ello, muchas veces derramamos desprecio, dolor e injusticia sobre nuestra pareja o familiares a través del mal humor. La frustración y el sufrimiento se proyectan hacia afuera a través de reacciones inadecuadas hacia quienes no lo merecen.
Liberamos la ira de la forma menos saludable, ya que genera arrepentimiento a corto plazo, traduciéndose en más malestar. Suprimir o proyectar emociones es contraproducente.
El estado emocional adverso o problemático no sólo permanece, sino que se intensifica. Te invitamos a profundizar en este tema.
Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma.
-Carl Jung-
¿Qué es la emoción proyectada?
El concepto de desplazamiento, en alemán verschiebung, se debe a Sigmund Freud. Es un mecanismo de defensa inconsciente que la mente activa cuando no puede aceptar una emoción demasiado hostil.
Por lo tanto, elige proyectarlo, llevarlo a otro lugar para encontrar una salida más aceptable, liberando así esa tensión. El padre del psicoanálisis ha establecido que estamos acostumbrados a hacer numerosos cambios.
Un ejemplo de esto podría ser la clásica proyección psicológica. Cuando no aceptamos un rasgo o un defecto en nosotros, tendemos a proyectarlo en los demás, ver defectos en los que nos rodean que en realidad son nuestros.
Freud también explicó que no todos los cambios son negativos. La sublimación, por ejemplo, es la transferencia de sentimientos sexuales inaceptables a contextos creativos. El arte se transforma así en un medio para expresar, de forma inofensiva y catártica a la vez, unos impulsos que a la mente le cuesta aceptar.
Más allá del marco psicoanalítico hay un hecho indudable: el desplazamiento emocional es una conducta mental que solemos llevar a cabo.
Los mecanismos de defensa son un recurso que utiliza la mente cuando intenta, de manera inconsciente y casi automática, reducir la ansiedad y la contradicción para restablecer el equilibrio emocional.
Negación descartada, cuando no aceptamos lo que sentimos
La emoción proyectada o desplazada se manifiesta de muchas maneras, lo más común es negar lo que sientes y quieres. Tomemos un ejemplo.
Llevamos tiempo soñando con un ascenso. Sin embargo, cada vez que se presenta la oportunidad, se nos niega. Siempre es alguien más quien recibe el reconocimiento.
Eventualmente, nuestra mente, incapaz de procesar tanta frustración, ira, injusticia y decepción, termina por convencernos de que realmente no queríamos ese ascenso. Negamos esas emociones y también negamos nuestras ambiciones.
Este mecanismo de defensa nos sitúa en una zona de confort donde aparentemente la vida deja de doler, pero donde a su vez nuestro potencial es cortado y nublado.
Transferencia directa, la emoción como arma agresiva
Todo lo que no es aceptado ni elaborado sigue presente. Negar una emoción es como tratar de sumergir una pelota bajo el agua.
Eventualmente termina emergiendo con fuerza; ya veces también nos afecta a nosotros. Esto es lo que sucedería con la emoción proyectada cuando se produzca el mecanismo de transferencia directa.
Son aquellas situaciones en las que, acumulando tanta frustración y negatividad, terminamos descargándola en los demás. Somos groseros con nuestra pareja, tenemos cada vez menos paciencia con nuestros hijos y discutimos cada vez más con los amigos.
Mover emociones tiene como consecuencia, en muchos casos, imbuir esa negatividad en las víctimas colaterales.
Emoción proyectada y transferencia conductual
Practicar deporte de forma intensa e incluso caer en autolesiones. La emoción proyectada puede buscar cauces válidos, pero también patológicos.
Un ejemplo es recurrir a deportes de alta intensidad. o buscar en el arte un medio para descargar la energía emocional que no se necesita para la estrategia de afrontamiento inteligente. Estos comportamientos serían herramientas apropiadas y positivas.
Sin embargo, la emoción que no se acepta puede canalizarse a través de autolesiones o prácticas como cortarse. Estas son respuestas claramente problemáticas que requieren atención profesional.
¿Cómo manejar estas situaciones?
Arthur J. Clark, profesor de la Universidad de St. Lawrence, ha realizado un trabajo muy interesante sobre los mecanismos de defensa. En Mecanismos de defensa en el proceso de consejería (2012) analiza el hecho de que el desplazamiento suele apreciarse en la terapia psicológica.
Como señala irónicamente en el prólogo, “el que sabe sonreír cuando las cosas van mal ya ha pensado en alguien a quien culpar”. ¿Qué podemos hacer en estos casos?
El primer paso, así como el más importante, es sin duda darse cuenta de esto. No es fácil, porque este mecanismo es automático e inconsciente.
Técnicas como la reflexión y el cambio de enfoque pueden ayudarnos. El primero nos permite tomar conciencia de las preocupaciones y emociones ocultas que median en nuestro comportamiento y en las relaciones con los demás.
La segunda consiste en tomar la distancia adecuada de nuestra realidad para luego ver las cosas con una perspectiva más amplia y repensar las narrativas, descubriendo emociones que hemos descuidado.
Conclusiones
Mover nuestros sentimientos hace que nuestra experiencia de vida sea mucho peor. Por ello evitamos caer en estas prácticas y no dudamos en pedir ayuda profesional si es necesario.