Un ecosistema emocional lleno de sensaciones, de emociones aceptadas, nutrido de sentimientos descifrados y apreciados como una preciosa lección de vida, configura un entorno psicológico más fuerte y más sabio.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
En la naturaleza, cuanto mayor sea la diversidad en un ecosistema, más fuerte, rico y resiliente será ese escenario. La emodiversidad sigue exactamente el mismo principio. Cuanto más heterogénea sea nuestra paleta de emociones, mayor será nuestra flexibilidad y fortaleza, ya que comprender este universo sin limitarnos a los extremos significa invertir en salud, adquirir mayor inteligencia y madurez.
Si lo pensamos bien, además de una gran cantidad de libros de autoayuda, la sociedad nos dice que para alcanzar el bienestar solo hay que experimentar emociones positivas. Esto lleva, casi sin darse cuenta, a emprender un viaje artúrico en busca del grial de la felicidad a través del cual evitar a toda costa matices como la tristeza, la decepción, la frustración o la ira.
Y olvidamos que no hay mejor estrategia que entender a tu enemigo. Escapar de las emociones negativas corresponde a vendarse los ojos, negar ese aprendizaje vital mediante el cual afrontar cualquier circunstancia con mayores recursos. Porque la vida, como las emociones, es variada y muy compleja. Solo quien se permite profundizar en los sentimientos y emociones para comprenderlos en su totalidad, se adapta mejor a las fluctuaciones de la vida cotidiana.
Nos han condicionado a pensar que los sentimientos negativos son enemigos del bienestar. Y para algunos, pasar de la alegrÃa a la ira, de la decepción a la emoción en el mismo dÃa es sinónimo de inestabilidad e incluso de desconfianza. Ha llegado el momento de arrojar algo de luz, de introducir en nuestro lenguaje un concepto fundamental para la salud mental: la emodiversidad.
"No me cansaré de enfatizar lo importante que es aprender a usar las emociones negativas por lo que son, un llamado a la acción y comprometerse a cultivar emociones positivas".
-Tony Robbins-
¿Qué es la emodiversidad?
La emodiversidad define nuestra capacidad de experimentar una amplia gama de emociones, y cuantas más, mejor. Esta habilidad o, mejor dicho, permitirnos experimentar cualquier sentimiento sin bloquearlo o negarlo, representa una ventaja adaptativa. No solo nos permite ser más auténticos, sino también disponer de más recursos para afrontar las dificultades y conseguir el bienestar mental.
Esta idea no es nueva en absoluto. Ya en 2012, a raÃz de un estudio publicado en la revista Emotion, se llegaba a una conclusión sobre la que reflexionar. La Universidad de Queensland ha estudiado cómo la clásica expectativa de que la felicidad equivale a emociones positivas puede afectar a las poblaciones australiana y japonesa. Este principio cultural hace que la población no sea capaz de hacer frente a las emociones negativas, evitándolas. La búsqueda de la felicidad (anclada a este marco) provoca, tarde o temprano, infelicidad.
Desmantelar la felicidad
Para aprender a ser felices debemos, por asà decirlo, presionar el botón de reinicio en nuestro disco duro mental. Empezar de nuevo, borrando mucho de lo que nos han dicho hasta ese momento (desaprender). Un primer aspecto a tener en cuenta es el siguiente: las emociones negativas no son dañinas. Cada emoción sentida y aceptada es un compromiso con nosotros mismos. Un compromiso de comprensión, de aceptación de las realidades y de responsabilidad en la búsqueda de soluciones o cambios.
Un segundo aspecto a integrar en nuestra "programación" interna es darnos permiso para experimentar tantas emociones como sea posible y ganar en términos de resistencia emocional, salud mental y habilidades psicológicas. En este sentido, quienes habitualmente se sitúan exclusivamente en la polaridad de las emociones positivas tendrán menos herramientas para hacer frente a las dificultades y frustraciones. De igual forma, quienes solo oscilan en la polaridad de la negatividad y el dolor se enfrentarán a un mayor riesgo de desarrollar depresión, trastornos de ansiedad, etc.
La emodiversidad como clave del bienestar
En 2014, las universidades de Yale, Pompeu Fabra de Barcelona y la Universidad de Cambridge realizaron un amplio estudio para analizar los beneficios de la emodiversidad. Este aspecto, entendido como la capacidad de darse permiso para experimentar una amplia gama de emociones, incide directamente en la salud fÃsica y emocional.
Los lÃderes del estudio encontraron que las personas que negaban sus emociones negativas o basaban su vida en un estado de perenne frustración, abatimiento y mal humor, no solo desarrollaban un mayor número de trastornos psicológicos, sino que también tenÃan menos inmunidad, mayor propensión a estados inflamatorios. y desarrollar diversas enfermedades.
Las emociones, como puedes ver, afectan la calidad de nuestra vida y repercuten directamente en nuestra salud.
Cuidando tu ecosistema emocional
Un ecosistema emocional lleno de sensaciones, de emociones aceptadas, nutrido de sentimientos descifrados y apreciados como una preciosa lección de vida, configura un entorno psicológico más fuerte y más sabio. Debemos aprender a cuidar esta diversidad con sinceridad y valentÃa hacia nosotros mismos..
La tristeza, la ira, el miedo y la decepción no son malas hierbas para arrancar. No son las semillas de baobab que el principito temÃa porque según él destruirÃan su pequeño planeta. Las llamadas emociones negativas, junto con las positivas, constituyen nuestra esencia, no podemos eliminar ni ocultar lo que no nos gusta.
Son parte de nuestro camino, y por ello debemos aprender a gestionarlos, transformarlos y entender que toda la riqueza de nuestro ecosistema psicológico y emocional nos ofrece herramientas preciosas para construir escenarios más sólidos ante cualquier adversidad y más nutridos para conformar la verdadera felicidad (y no un falso sustituto).