La culpa inconsciente casi siempre está relacionada con hechos o situaciones respecto de las cuales existe un tabú o se perciben como insoportables.
Última actualización: 16 de abril de 2019
La culpa inconsciente se manifiesta muchas veces con depresión y ansiedad.. La depresión implica un sentimiento de inadecuación hacia uno mismo y el mundo. En la base de la angustia, en cambio, está la predicción de daño o castigo.
La culpa es un sentimiento complejo, en el que influyen varios factores. Se manifiesta como remordimiento, culpa y sentimiento de humillación personal.
Sin embargo, no siempre está consciente. Se viven experiencias que inducen a una culpa inconsciente, es decir, una acusación contra uno mismo. Genera malestar, pero no lo notamos.
La culpa inconsciente casi siempre está relacionada con hechos o situaciones hacia los que existe un tabú o que se perciben como insoportables.. A veces se trata de acciones que has cometido, otras simplemente está conectado a pensamientos o deseos que rechazas conscientemente.
"Como con las deudas, así con la culpa sólo queda honrarla".
-Jacinto Benavente-
En otras ocasiones, la culpa inconsciente se asocia a la agresión o a la sexualidad.. Tienes sentimientos o deseos que son a la vez insoportables. Por ejemplo, un exceso de odio contra un ser querido o un deseo incestuoso.
No reconocemos la culpa inconsciente, pero la reprimimos y este es precisamente el peor aspecto. Sin embargo, siempre de forma inconsciente, la culpa vuelve y se manifiesta en forma de autosabotaje, ansiedad, melancolía e incluso con conductas delictivas implementadas para obtener castigo.
Manifestaciones de culpa inconsciente
Malestar
Una de las formas más comunes de culpa inconsciente es el malestar constante con uno mismo.
El psicoanalista Franz Alexander señala que el contenido básico de la culpa es “No soy una buena persona, merezco castigo”. Mucho más que un problema de autoestima.
Este tipo de culpa conduce a un constante rechazo de uno mismo.. Nada de lo que hace la persona la satisface por completo. Es hipercrítica consigo misma y desprecia sus propios pensamientos, sentimientos y acciones. Muy a menudo, esto da como resultado estados depresivos y vidas deficientes o de bajo rendimiento.
Cuando se configura este cuadro, hablamos de “culpa depresiva”. En casos extremos conduce a una parálisis de la vida.. Hay tal sentimiento de humillación que la persona acaba sintiendo que no merece ni la vida. También puede volverse demasiado irritable y víctima de un mal humor constante.
Culpa inconsciente y ansiedad
Una de las manifestaciones más frecuentes de la culpa es la ansiedad y, más concretamente, la angustia.. Esta es una preocupación imprecisa e intensa. Como si algo terrible estuviera a punto de suceder, pero se desconoce de dónde viene la amenaza y por qué ocurriría el evento catastrófico.
Este tipo de culpa se llama "culpa persecutoria". A veces es invasivo y genera ansiedad en la persona.
Suele presentar un objeto temido que se vuelve persecutorio, por ejemplo una enfermedad, la vejez, una deidad, etc. En estos casos, gran parte del comportamiento de la persona está dirigido a apaciguar al objeto, o defenderse de él..
En casos extremos, este sentimiento lleva al crimen. Este delito no busca la transgresión, sino el castigo.
Fantasía y culpa
Como se señaló al principio, la culpa es un sentimiento complejo, en el que intervienen diversas variables. Los valores familiares, culturales, religiosos (o antivalores) tienen un gran impacto.
Alguien con una educación muy conservadora puede llegar a pensar que tener deseos sexuales es innoble.
Muchas personas advierten de la culpa inconsciente por episodios ocurridos en la infancia y sobre los que no tenían control. Por ejemplo, para discusiones entre padres, abusos de los que han sido víctimas, experiencias de sexualidad infantil.
A veces sientes una culpa inconsciente solo por estar vivo. "Si no hubiera nacido, tal vez mi madre podría haber terminado su carrera y no se quejaría hoy". Otras veces la culpa se manifiesta por la diferencia con respecto a los demás. Hay varias experiencias que lo confirman..
Sentirse culpable y responsabilizarse de los errores son dos realidades muy diferentes. La primera es solo para hacer que la persona se sienta mal. Comienza una espiral de autotortura que conduce al deterioro psicológico. La segunda es una forma consciente y adulta de evaluar el propio comportamiento y, sobre todo, de aceptarlo.
