A pesar del deterioro físico y cognitivo, los adultos mayores están más sintonizados con las emociones positivas debido a su mecanismo de manejo de emociones.
Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
La gestión adecuada de las emociones en la vejez es un ejercicio de salud y bienestar. Curiosamente, varios estudios han confirmado que, a pesar del deterioro físico y cognitivo, las personas mayores suelen estar mucho más sintonizadas con las emociones positivas. Por ejemplo, valoran más las relaciones sociales y disfrutan de un mayor control sobre su esfera emocional.
El filósofo suizo Henri-Frédéric Amiel dijo que saber envejecer es la obra maestra de la sabiduría y uno de los aspectos más difíciles del gran arte de vivir. No es fácil, sin duda, llegar allí con los años manteniendo el mismo optimismo de un joven que todavía espera todo de la vida. Aún así, el manejo de las emociones parece mejorar a medida que pasa el tiempo.
Los mayores saben bien que la clave de la felicidad no está en esperar algo. El verdadero bienestar reside en habitar el presente con humildad, sencillez y optimismo.
"La madera vieja es la mejor para el fuego, el vino añejo es el mejor para beber, los viejos amigos son los mejores para confiar y los viejos autores son los mejores para leer".
-Francis Bacon-
Esto es lo que revelan muchas investigaciones en el campo de la gerontología. En la vejez, ante el declive del cuerpo y de las facultades mentales, el ser humano afianza un estado de felicidad objetiva y admirable.
Una buena gestión de las emociones en el otoño de la vida nos permite adaptarnos mejor a la realidad de la vejez. seria uno capacidad conocida por un amplio sector de la población.
Gestión de las emociones en la tercera edad, últimos descubrimientos
El estudio de la gestión de las emociones en la vejez es un campo relativamente nuevo. Ciertamente, gracias al aumento de la esperanza de vida, este sector de la población tendrá un peso social creciente en las próximas décadas.
El reto crucial al que todos tenemos que hacer frente tarde o temprano es el de poder llegar a la vejez de la mejor manera posible. No hablamos solo de bienestar físico, sino sobre todo de salud emocional.
La investigación sobre el envejecimiento avanza a pasos agigantados. Como curiosidad, el Dr. Derek Isaacowitzel, experto en el campo de las emociones de la Universidad de Yale, ha desarrollado una tecnología que ayuda a estudiar la atención selectiva en adultos mayores. Se trata de unas gafas capaces de registrar los estímulos que más llaman la atención del espectador. El siguiente paso será analizar sus reacciones emocionales.
La psicóloga ha demostrado que en el 90% de los casos a los mayores les interesan mucho más los rostros que expresan emociones positivas. Esta preferencia, esta búsqueda constante de una cara sonriente, una mirada cálida o palabras amables, les ayuda a autorregular sus emociones. Es como si el cerebro actuara como un mediador cognitivo cuando se enfoca en estos estímulos; de esta manera es capaz de reducir las emociones negativas y absorber la positividad.
Las emociones no se deterioran en el proceso de envejecimiento
Con la vejez, en primer lugar, hay un cambio en la motivación. Las metas a largo plazo se reducen a invertir en una mejor calidad de vida hoy. El mecanismo de gestión de las emociones tiene un propósito concreto, una razón bien definida; tratar de optimizar las experiencias emocionales para disfrutar del equilibrio, calma interior, relaciones con amigos y familiares.
- Esto representa la llamada "paradoja del bienestar en la vejez". Puede resultar sorprendente, pero Las personas mayores están, en promedio, más satisfechas con la vida que las personas más jóvenes. Esto se debe a esta capacidad de regular las emociones, un mecanismo que no corre paralelo al deterioro de los procesos cognitivos.
- Sabemos, por ejemplo, que el envejecimiento afecta principalmente a los lóbulos frontales. Aquí es donde reside la capacidad de atención, resolución de problemas, planificación, etc. Las emociones permanecen intactas, junto con la capacidad de interactuar con el entorno a través de una sonrisa y una mirada, para reconocer el afecto. Incluso sobreviven enfermedades graves y dramáticas como el Alzheimer.
La vejez nos hace más selectivos
Cuando eres joven, estás ansioso por experimentar, por “sentir”, por recibir todo con los brazos abiertos y con buena disposición de ánimo. Sin embargo, a medida que maduramos, empezamos a poner filtros o incluso vallas. Cuando finalmente cruzas el umbral que conduce al otoño de la vida, vuelves a cambiar tu perspectiva. Las vallas se caen y los filtros se vuelven más selectivos. Se da prioridad y atención a todo aquello que pueda aportar bienestar y no a los problemas.
Tal y como explica Heiner Ellgring, psicólogo e investigador del Instituto Max-Planck de Múnich, la persona mayor centra su atención en tres aspectos:
- Disfruta de las relaciones con familiares y amigos.
- Invierte en salud.
- Cuida y disfruta de tus recursos (hogar, jardín, huerta, animales, etc).
Para los mayores, vivir plenamente significa cuidar estos tres aspectos. La felicidad subjetiva reside en estos tres factores, de los cuales los aspectos social, relacional y afectivo son los más importantes. El envejecimiento saludable, por lo tanto, se trata de ser selectivo y saber elegir prioridades. Una de ellas es sin duda la necesidad de sentir emociones positivas todos los días.