Todo el mundo, más o menos, tiene miedo a lo desconocido, pero para algunos es una fuerza que paraliza y nos impide avanzar. ¿De dónde surge este miedo y cómo podemos deshacernos de él?
Última actualización: 27 octubre, 2020
El miedo es una de las emociones más primitivas y útiles que uno puede experimentar. Siempre ha permitido a la humanidad enfrentarse a situaciones de peligro o escapar, facilitando así la supervivencia. Al mismo tiempo, haber superado una amenaza nos permite obtener información valiosa: siempre recordaremos ese peligro y cómo lo superamos. Algunos miedos, en cambio, se alimentan de la falta de información. Uno de ellos es el miedo a lo desconocido.
El miedo a lo desconocido es un sentimiento universal e intrínseco, según la ciencia es uno de los miedos primarios. La incertidumbre es parte de la vida: en principio no podemos predecir eventos.
Algunos somos más capaces de sobrellevar esta emoción, evaluando o elaborando posibles soluciones. Otros en cambio, no pueden superarlo y esto provoca un bloqueo emocional.
La emoción más antigua y fuerte del hombre es el miedo, y el miedo más antiguo y fuerte es el de lo desconocido.
– Lovercraft –
Miedo a lo desconocido
Los psicólogos también lo llaman intolerancia a la incertidumbre. Así se define la tendencia a tener miedo de una situación u objeto sobre el que no tenemos suficiente información, por lo que se percibe como un peligro.
En otras palabras, tenemos miedo de un evento o un estímulo cuando no conocemos sus repercusiones; esto va acompañado de la sensación de que no serán agradables.
El origen de este miedo, teniendo en cuenta algunas diferencias individuales, es evolutivo. Nuestros antepasados estuvieron expuestos a muchos peligros, y aunque aprendieron la lección, adentrarse en zonas desconocidas significaba ponerse en gran riesgo. Aparentemente, por lo tanto, el cerebro está programado para tener miedo a lo desconocido.
La incertidumbre estaría codificada en el cerebro a través del mismo sistema neuronal. Cuando nos encontramos ante algo nuevo, uno de los primeros filtros por los que pasa la información es decidir si se trata de una situación amenazante o no.
Para evaluar la amenaza, nuestra red neuronal accede al almacén de recuerdos y experiencias pasadas. Si no encuentra ninguna información, clasifica la situación como posible peligro.
Consecuencias
Según algunas investigaciones, el miedo a lo desconocido está relacionado con la actividad de la amígdala y el hipocampo. El pesimismo asociado con cometer errores también aumenta y se activa el sistema de inhibición del comportamiento. el resultado es que el miedo y la negatividad nos paralizan, haciéndonos huir de nuevas situaciones.
Experimentar este tipo de miedo era, y sigue siendo, un comportamiento adaptativo cuando nos obliga a actuar con cautela ante un peligro potencial. Sin embargo, la intensidad del miedo puede comprometer otras actividades.. Para nuestros antepasados, se trataba de buscar alimento o cobijo. Hoy, para buscar nuevas oportunidades o conocer gente nueva.
Aparentemente, preferimos aceptar la incomodidad de las limitaciones que vienen con el miedo, en lugar de resistir y enfrentarlo. Según investigaciones canadienses, este miedo está relacionado con otros trastornos psicológicos: ansiedad, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo, estrés postraumático, adicción a sustancias, depresión, etc.
5 estrategias para superar el miedo a lo desconocido
El miedo intenso a lo desconocido puede ser tanto la causa como la consecuencia de otros trastornos psicológicos y puede impedir una vida normal en el ámbito personal, laboral y social.
En este caso, la psicoterapia podría ser una valiosa ayuda. En particular, la terapia cognitiva conductual es una de las mejores opciones, ya que ayuda a identificar y cambiar los pensamientos que están causando el malestar.
Si el miedo no es demasiado fuerte, las siguientes pautas pueden ayudarte a dominarlo, animándonos a explorar terrenos desconocidos.
Reconocer y aceptar el miedo.
El primer paso es entender que es una emoción natural y común. Es parte de la vida y generalmente no se basa en pensamientos racionales. También es necesario distinguir el miedo genérico de un miedo que encubre algo más específico. Por ejemplo, el miedo a morir.
¿Hay una razón concreta?
El miedo a menudo proviene de una experiencia negativa. Sin embargo, vale la pena considerar si el miedo a lo desconocido es el resultado del aprendizaje o de la educación.
Cuestionar el miedo a lo desconocido
Intentar desmantelar los pensamientos temerosos es una de las estrategias más poderosas. Intente preguntarse: “¿Qué evidencia tengo para respaldar mi miedo? ¿Qué pruebas tengo de que algo malo va a pasar? ¿Qué es lo peor que me puede pasar?”.
Allo stesso modo, recuerda tres ejemplos en los que te enfrentaste a la incertidumbre satisfactoriamente ayuda a calmar el miedo y la ansiedad.
Debemos aceptar que también existe el fracaso
En situaciones en las que no podemos saber lo que sucederá, controlar las expectativas es una de las variables que más peso cobra en la gestión emocional. Cometer errores no es tan malo y en la mayoría de los casos las consecuencias no son irremediables.
Por otro lado, el error adquiere un verdadero significado cuando aprendemos; finalmente, la novedad puede ser realmente emocionante si nos permitimos experimentar.
El miedo a lo desconocido es una emoción natural que a veces nos aleja de los problemas. Pero también puede impedir que consigamos metas importantes o que la vida nos sorprenda. La gestión emocional inteligente nos permitirá utilizar esta emoción a nuestro favor.